Por Antonio Planas y Shaquille Brewster — NBC News
Kim Potter, la exoficial de Minnesota acusada de homicidio involuntario por la muerte de Daunte Wright, rompió en llanto en el estrado este viernes y ofreció una disculpa entre sollozos mientras recordaba los momentos “caóticos” del tiroteo fatal en el que falleció el hombre negro.
El 11 de abril Potter y otros oficiales del Departamento de Policía de Brooklyn Center tuvieron un intercambio con Wright, de 20 años, en una parada de tráfico, que escaló después de que se le pidió al joven que saliera de su Buick blanco, según testificó la expolicía.
Potter contó que le dijo a Wright que tenía una orden judicial en su contra pendiente por una infracción relacionada con el porte o la utilización de armas y el joven, quien estaba ya fuera de su vehículo y a punto de ser arrestado, se alejó de la policía y trató de regresar al auto, explicó Potter. Lo que provocó una pelea con el sargento Mychal Johnson.
[En video: las imágenes de la cámara corporal de la oficial que baleó a Daunte Wright]
Potter testificó que Wright empezó a tomar la palanca de cambios. “Podía ver la mano de Johnson, y luego podía ver su rostro ... Tenía una expresión de miedo”, dijo Potter, y su voz se quebró y comenzó a llorar.
“Y es algo que no había visto nunca antes. Estábamos tratando de evitar que se alejara. Simplemente, todo se volvió un caos ... Y luego, recuerdo haber gritado: ‘Taser. Taser. Taser’ (por pistola paralizante). Y no pasó nada. Y luego, me dijeron que yo le había disparado”.
"Un error horrible"
Antes de ese enfrentamiento, la policía también se enteró de que Wright tenía una orden de restricción en su contra. Potter dijo que era su trabajo averiguar si una pasajera en el auto con Wright era la mujer objeto de la orden.
Potter, de 49 años y quien es blanca, está acusada de homicidio involuntario en primer y segundo grado en el tiroteo fatal de abril. Sus abogados argumentan que ella disparó por error su pistola, confundiéndola con una pistola paralizante. El juicio comenzó el 8 de diciembre y el jueves, los fiscales presentaron su caso contra Potter.
Potter dijo en su testimonio que nunca ha recibido quejas de abuso de poder o del público. Ella estimó que un 80% del entrenamiento que recibió en cómo usar armas estuvo centrado en su arma de servicio y no en la pistola paralizante.
“Dedicamos mucho más tiempo a las armas de fuego que a las Taser“, dijo. También contó, al ser interrogada al respecto, que la pistola paralizante que llevaba tenía la forma de un arma de servicio y también tenía un mango oscuro y una tapa oscura.
Antes de la parada de tráfico, aseguró, nunca había usado una pistola paralizante cuando estaba de servicio. “Sacaba mi Taser en raras ocasiones, pero no creo que alguna vez lo haya disparado”, indicó.
Su abogado defensor preguntó sobre testimonios que indican que ella llevaba días sin sacar la pistola paralizante. “No recuerdo si lo hice o no,” dijo Potter.
La defensa ha calificado el tiroteo como un error horrible, pero también ha afirmado que Potter habría estado en su derecho de usar fuerza letal porque Wright podría haber arrastrado a otro oficial, Johnson, con su automóvil.
Potter fue interrogada por un fiscal sobre las diferencias entre una funda de pistola paralizante y una de pistola, incluido cómo la del arma paralizante está hecha de plástico mientras que la otra es de cuero. La exoficial estuvo de acuerdo en que liberar las armas de las diferentes fundas requería distintos movimientos, una hacia adelante y otra hacia atrás.
Mientras era interrogada por el estado, estuvo de acuerdo en que aunque ella nunca había disparado una pistola paralizante en servicio, aunque sí la había desenvainado “varias veces” a lo largo de su carrera para en incidentes previos.
El testimonio de Potter fue detenido a pedido de sus abogados, y la jueza Regina Chu ordenó un descanso para almorzar el viernes cuando la exoficial comenzó a llorar nuevamente al recordar lo ocurrido en el tiroteo fatal. Luego, al volver de la pausa, siguió prestando testimonio entre lágrimas.
La fiscal Erin Eldridge dijo que Potter había testificado que no recordaba muchas de sus acciones que llevaron a la muerte de Wright. Eldridge le preguntó a la exoficial sobre su reacción tras el tiroteo, que quedó capturada en video. Entre otras cosas, ella gritó múltiples improperios y dijo que agarró el arma equivocada. También gritó “voy a ir a la cárcel” porque “maté a un niño”, dijo el fiscal.
Eldridge luego enumeró los deberes policiales que Potter no cumplió. “No corriste por la calle y trataste de salvar la vida de Daunte Wright, ¿verdad?” preguntó Eldridge. “Estabas concentrada en lo que habías hecho porque acababas de matar a alguien”, agregó.
“Lo siento”, dijo Potter mientras lloraba. “Lo siento mucho. Lo siento mucho”.
Eldridge dijo que Potter sabía que la fuerza letal era irrazonable e injustificada. “No quería lastimar a nadie”, respondió ella.
El testimonio de Potter se extendió por dos horas. El jurado volverá a reunirse el lunes. Los abogados defensores de Potter también llamaron a varios testigos, muchos de los cuales eran sus antiguos colegas, que testificaron sobre su profesionalismo y reputación como agente pacífica.
Wright fue detenido en el suburbio de Minneapolis por tener placas de identificación con licencia vencidas y un ambientador colgando de su espejo retrovisor. Después de que le dispararon, su automóvil se alejó y chocó segundos después con un vehículo que se aproximaba. Sin embargo, el médico forense asistente del condado de Hennepin ha indicado que el disparo de Potter fue lo que causó la muerte.
La exoficial renunció dos días después del fatal tiroteo. Pagó una fianza de 100,000 dólares en abril y fue liberada de la cárcel del condado de Hennepin.
La muerte de Wright ocurrió mientras Derek Chauvin estaba siendo juzgado en la cercana Minneapolis por la muerte de George Floyd, lo que provocó varias noches de airadas protestas en Brooklyn Center.