IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

La esposa de este patrullero fronterizo le envió un mensaje desde la escuela de Uvalde: "Ayuda. Te amo". Él acudió a rescatarla

Jacob Albarado estaba en la barbería cuando le llegó la alerta; su hija y su mujer estaban atrapadas en el colegio. Él logró cruzar la barrera policial y llegó hasta la puerta tras la que se escondía el asesino.

Jacob Albarado, agente de la oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés), estaba fuera de servicio cuando sucedió la masacre en la escuela primaria de Ubalde hace una semana, pero fue de los primeros oficiales en responder tras recibir un aterrador mensaje de texto de su esposa, Trisha, que es maestra de cuarto grado y estaba dentro del edificio atacado.

Albarado se encontraba en una barbería cuando recibió los mensajes: "Hay un tirador activo. Ayuda. Te amo", escribió la mujer, según contó el agente en una entrevista con Noticias Telemundo.

El agente Jacob Albarado junto con su esposa Trisha y su hija Jada
El agente Jacob Albarado junto con su esposa Trisha y su hija JadaTelemundo

En el tiroteo del 24 de mayo murieron 19 niños y dos maestras, apenas unos días antes de la última jornada del curso escolar.

Aunque los agentes de policía llegaron rápidamente al lugar del tiroteo, decidieron esperar una hora antes de actuar porque su comandante consideró, según las autoridades, que el asesino estaba atrincherado en un salón de clases vacío. Mientras, niños llamaban desesperados al teléfono 911 de emergencias, pidiendo ayuda, y los padres suplicaban a los agentes que actuaran o les dejaran entrar a ellos para rescatar a sus hijos. Albarado hizo ambas cosas.

El patrullero había acudido a la escuela primaria Robb ese mismo día para asistir a una ceremonia de entrega de premios de su hija Jada, de 8 años, que cursa el segundo grado. Este martes recordó cómo regresó inmediatamente al lugar armado con una pistola.

[Comienzan las misas funerarias para despedir a las víctimas]

"Entré en la barbería, me senté y no recuerdo si [el peluquero] recibió el texto primero o si lo recibí yo de que había un tirador activo" relató Albarado al programa TODAY de NBC News.

"Busqué un arma, mi peluquero me dijo que tenía una también, ambos corrimos hacia la escuela y nos reunimos allí", agregó sobre sus acciones tras recibir el mensaje de su esposa.

Cuando llegó, vio el "caos" en los alrededores de la escuela, donde agentes organizaron un cordón para retener a los padres. "Sólo intentaba ir a donde estaba mi mujer y de mi hija", agregó Albarado.

El patrullero explicó que le permitieron entrar y ofrecer su ayuda porque conocía a los agentes que controlaban el acceso a la escuela.

“Es una comunidad pequeña. Mi mujer trabaja en la escuela, todos en Robb me conocen. Prácticamente todos los agentes locales me conocen o yo conozco a la mayoría de ellos, así que pude entrar, dije quién era y me abrí paso”, explicó.

“Mientras entraba, podía ver a los niños saliendo por las ventanas, niños que venían hacia mí. Ayudé a todos los niños”, dijo, mientras intentaba contactar con su esposa.

[Biden aboga por prohibir los rifles de asalto como medida “racional” contra los tiroteos]

“Mi esposa finalmente me envía un mensaje de texto diciendo que estaba al otro lado de la calle, en una funeraria [cercana]. Después de eso, lo siguiente fue ir a buscar a mi hija”, continuó.

Imagen de la entrevista a Jacob Albarado en hoyDía.
Imagen de la entrevista a Jacob Albarado en hoyDía.Telemundo.

Albarado dijo que no escuchó disparos y que, en un principio, no estaba seguro de si el asesino seguía dentro de la escuela. Recordó haber visto a la policía romper las ventanas de las aulas y a los niños saltar para ponerse a salvo en la funeraria cercana.

“En un momento dado, estaba allí, en la puerta, preparándome para entrar", explicó. Allí se amontonaron casi una veintena de agentes, esperando la orden para actuar contra el asesino, que estaba atrincherado en un aula. "Pero no tenía nada de mi equipo", explicó, "no habría sido un movimiento inteligente por mi parte. Todos los demás tenían su equipo, así que me retiré”, explicó.

[“Pido que me hablen de sus hijos”, dice el sacerdote que oficiará algunas misas de las víctimas de Uvalde]

La hija del agente estaba escondida en un baño con su maestra, pero Albarado no sabía en cuál exactamente. Luego se desplazó a un salón de clases, y él entró a buscarla y la sacó junto a otros niños.

"Encontré a mi niña en el salón 21. La abracé, le di un beso y le dije que todo estaba bien", dijo en su entrevista a Noticias Telemundo.

Más tarde se enteró de que su mujer y sus alumnos se escondieron bajo los pupitres antes de poder escapar de la escuela.

Tras poner a salvo a su familia colaboró con otros agentes, dos de ellos con las armas desenfundadas, para desalojar las aulas.

“Despejé todas las aulas. Vi a los amigos (de mi hija)”, agregó, “pude ver las caras de todas sus amigas, la mitad de ellas bien, la otra mitad en pánico, llorando. Sólo trataba de mantenerlos lo más calmados posible mientras era evacuados”.

El Departamento de Justicia anunció este domingo que investigará la actuación de las autoridades locales durante el tiroteo. Albarado, por su parte, opinó: “Creo que todo el mundo hizo lo mejor que pudo dadas las circunstancias. Todo el mundo estaba haciendo todo lo que estaba en sus manos”. No quiso comentar sobre el retraso en actuar contra el asesino, que pudo agravar las consecuencias.

Albarado nació y se crió en Uvalde, y explicó que su comunidad está pasando por un difícil proceso de duelo y su esposa en concreto está “extremadamente afectada” por la masacre.

“Están sufriendo. Hacen lo posible por salir adelante, pero es difícil. Todo el mundo se conoce ”, dijo Albarado. "No será rápido que Uvalde vuelva a ser el mismo, creo que nunca lo será", concluyó.