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La familia india secuestrada y asesinada en California dejó su país en busca de seguridad y del sueño americano, según un pariente

Una bebé de 8 meses, sus padres y su tío fueron hallados muertos en una zona rural hace unos días. La pequeña acababa de pronuncia su primera palabra: "papá", contó un tío.

Por Sakshi Venkatraman — NBC News

Días antes de que Aroohi Dheri, de 8 meses, fuera asesinada, balbuceó una de sus primeras palabras. Llamaba a su padre, Jasdeep Singh, de 36 años, y sería la única vez que lo haría. 

“Dijo ‘papá’ por primera y por única vez”, dijo a NBC News el primo de Jasdeep, Amarinder Singh.

La bebé Aroohi, sus padres Jasdeep y Jasleen Kaur, de 27 años, y su tío paterno Amandeep Singh, fueron encontrados muertos el miércoles en una zona rural de Merced (California), no muy lejos de donde fueron llevados dos días antes.

Aroohi Dheri, de ocho meses, sus padres, Jasleen Kaur, de 27 años, y Jasdeep Singh, de 36, y el tío de la bebé, Amandeep Singh, de 39.
Aroohi Dheri, de ocho meses, sus padres, Jasleen Kaur, de 27 años, y Jasdeep Singh, de 36, y el tío de la bebé, Amandeep Singh, de 39.Oficina del Sheriff del Condado de Merced

Jesús Manuel Salgado, antiguo empleado de la empresa de camiones de Jasdeep y Amandeep, ha sido detenido y acusado de asesinato y secuestro. Su hermano, Alberto Salgado, también ha sido arrestado y acusado de ser el presunto ayudante. NBC News no pudo identificar al abogado de ninguno de los dos sospechosos.

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Los días que siguieron a la noticia de las muertes han sido un calvario para los que quedaron atrás, aseguró Amarinder Singh. Amandeep dejó una viuda y dos hijos pequeños, Jasdeep dejó a sus padres. Los padres de Jasleen, que viven en la India, nunca pudieron conocer a su nieta. Un círculo de primos muy unidos en California también se tambalea por la pérdida. 

“Me sentí como que desapareció la tierra bajo mis pies”, dijo Singh sobre el momento en que se enteró de las muertes. “Me sentí entumecido, me sentí vacío, no podía pensar”.

El sueño americano llevó a sus primos Jasdeep y Amandeep al otro lado del océano cuando eran adolescentes, según Singh. Los dos se criaron en un pequeño pueblo del Punjab; Singh aún recuerda haber pasado meses enteros en su casa en verano antes de que las familias emigraran en 2004. Estados Unidos representaba una promesa de seguridad para todos ellos, dijo.

“Queríamos estar en un lugar donde nos sintiéramos seguros, donde pensáramos que nuestros hijos están a salvo”, afirmó. “Y donde supiéramos que si trabajábamos duro, si nuestros hijos trabajaban duro, podrían hacerse una vida”.

Su primo Amandeep era la encarnación viva de eso, dijo. Pasó sus primeros años en el país trabajando como cajero y obrero en una fábrica, y acabó comprando su primer camión. 

“Empezó su negocio con un solo camión de su propiedad”, dijo Singh, “conducía como cinco días de la semana. Algunos fines de semana no estaba en casa. Estaría en casa cada siete o diez días”.

Fue en el negocio en el que trabajó toda su vida para crecer donde finalmente se lo llevaron, según las imágenes de las cámaras de seguridad. La imagen antaño perfecta de Estados Unidos, que había formado grietas a lo largo de los años, está ahora destrozada, dijo Singh.

“Sigo las noticias. Me he enterado de muchas cosas que pasan. Tiroteos en escuelas y tiroteos masivos y cualquier otra cosa que ocurra en Estados Unidos”, lamentó, “pero nunca pensé que algo así aterrizaría tan cerca de nuestra familia”.

Singh vio a la familia una semana antes de que la encontraran muerta y contó que hablaron de sus planes para Thanksgiving, una fiesta que Amandeep siempre atesoraba pasar con su gran familia.

“Como crecimos juntos de niños en la India, él quería que nuestros hijos crecieran juntos para que se conocieran y tuvieran el mismo tipo de vínculo que nosotros”, relató. 

La última vez que vio a Aroohi, conoció al bebé de 3 meses de Singh por primera vez. Los dos balbuceaban juntos mientras Singh, Jasdeep y Jasleen los miraban con cariño, dijo.

“Creo que cada vez que los veía cerca de Aroohi, ambos tenían un brillo en los ojos”, recordó, “les encantaba estar juntos como una familia. La llamaron así porque significa literalmente ‘la que tiene el espíritu de Dios”. 

Singh dijo que todavía le cuesta procesar por qué alguien podría haberles hecho daño. “Es totalmente injustificado”, confesó, “creo que todo el mundo puede, como mínimo, estar de acuerdo en que un bebé de 8 meses no ha hecho nada malo a nadie y no se merece algo así”.

La esposa de Amandeep, Jaspreet Kaur, ha quedado como madre soltera. No ha comido ni hablado, dijo Singh, y sus hijos de 6 y 8 años se esfuerzan por comprender lo que ha pasado. El más pequeño todavía pregunta si su padre va a volver a casa. Los ancianos padres de los hermanos también se han quedado solos.

“Todos están destrozados por lo ocurrido”, aseguró. Singh y algunos parientes ayudaron al resto de familiares directos a crear un GoFundMe, que ya ha recaudado más de 340,000 dólares. 

Pero después del caos, la familia de Singh se queda con un vacío, dijo, y siente su pérdida en muchas maneras. “Todavía puedo escuchar lo que creo que habrían dicho, todavía puedo sentir cómo me habrían dado un abrazo, todavía puedo pensar en las cosas que haríamos”, dijo. “Voy a echar de menos todas esas cosas”.