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El asesino entró a la escuela de Texas sin enfrentar resistencia y empezó a disparar. La policía tardó casi un hora en abatirle

El padre de una niña muerta dice que acudió a la carrera al enterarse del tiroteo y encontró a las autoridades reunidas frente al edificio sin actuar. Molesto, organizó a ciudadanos para intervenir: "Vamos a entrar a toda prisa porque los policías no están haciendo nada", contó.

El joven armado que mató a 19 niños y dos maestras en una escuela primaria de Texas este martes entró en el edificio sin obstáculos y se atrincheró allí durante casi una hora antes de ser abatido por la Patrulla Fronteriza, según informaron las autoridades de Texas este jueves.

Contrariamente a la información que estas habían divulgado anteriormente, el asesino, Salvador Ramos, no fue confrontado por un agente de la policía escolar antes de entrar en la escuela primaria Robb en Uvalde, dijo el jueves el director regional del Departamento de Seguridad Pública del Sur de Texas, Víctor Escalón.

Cronología del crimen

El asesino de 18 años entró en la escuela a las 11:40 de la mañana del martes y comenzó a disparar. Cuatro minutos después, la policía local y la de la escuela lo siguieron al interior.

“Oyen disparos, reciben disparos, retroceden, se ponen a cubierto y, durante ese tiempo, se acercan a donde está el sospechoso”, dijo Escalón. “Los agentes están allí, los agentes reciben disparos al inicio. No entran inicialmente debido a los disparos que reciben”, agregó.

En cuanto el atacante entró, caminó entre 20 y 30 pies y giró a la derecha para caminar otros 20 pies antes de girar a la izquierda y entrar en un aula, según Escalón.

“Mientras [las autoridades] hacen llamadas para pedir ayuda, resolver el problema y detenerlo inmediatamente, también están evacuando al personal, a los estudiantes, a los profesores. Están pasando muchas cosas”, agregó.

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El sospechoso había disparado a su abuela y estrellado su camioneta alrededor de las 11:28 am antes de caminar hacia la escuela.

Escalón no pudo explicar inmediatamente cómo no se detuvo al sospechoso en los 12 minutos que transcurrieron entre el choque y la entrada al campus.

El asedio terminó aproximadamente una hora más tarde cuando un equipo de élite de la Patrulla Fronteriza mató al atacante, precisó Escalón.

Los funcionarios estatales y federales encargados de hacer cumplir la ley habían dicho anteriormente que aún no tenían una línea de tiempo sobre la secuencia precisa de los acontecimientos.

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El director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Steven McCraw, dijo en una conferencia de prensa el miércoles que el tirador estuvo en la escuela hasta una hora antes de que las fuerzas del orden entraran en el aula. “Va a ser dentro de, como 40 minutos dentro de una hora”, dijo McCraw.

“En este momento no tenemos una línea de tiempo precisa o segura para asegurar que el asesino estuvo en la escuela durante ese período”, dijo el miércoles a la cadena de noticias CNN el teniente Christopher Olivarez, del Departamento texano de Seguridad Pública.

Preguntado por si los agentes no actuaron a tiempo en el lugar de los hechos, Escalón no quiso responder. “Esa es una pregunta difícil, es una pregunta difícil”, dijo. “No tengo suficiente información para responder a esa pregunta todavía”. 

“¡Entren ahí! ¡Entren ahí!”

Un video grabado el martes en el exterior de la escuela parece mostrar a padres y vecinos angustiados que reaccionan ante la noticia del tiroteo.

“Están todos dentro, los policías no están haciendo nada, excepto quedarse fuera”, se oye decir a un hombre. “Sabes que son niños pequeños, ¿verdad? Niños pequeños, no saben cómo defenderse”, añade. No está claro cuándo se grabó el video ni si los agentes estaban dentro del edificio en ese momento.

“¡Entren ahí! ¡Entren ahí!”, gritaron mujeres a los agentes poco después de que comenzara el ataque, relató Juan Carranza, de 24 años, que vio la escena desde el exterior de su casa, al otro lado de la calle de la escuela primaria Robb, en la ciudad de Uvalde.

Pero los agentes no entraron, según Carranza.

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Javier Cazares, cuya hija de cuarto grado, Jacklyn Cazares, murió en el ataque, dijo que corrió a la escuela cuando se enteró del tiroteo, y llegó cuando la policía todavía estaba reunida afuera del edificio.

Molesto por el hecho de que los agentes no actuaran, planteó la idea de entrar a la escuela con varios otros ciudadanos reunidos allí.

“Vamos a entrar a toda prisa porque los policías no están haciendo nada como se supone que deben hacer”, dijo, “se podría haber hecho más”. “No estaban preparados”, añadió Cazares.

Minutos antes, Carranza había visto cómo Ramos estrellaba su camioneta en una zanja a las afueras de la escuela, tomaba su rifle militar de asalto estilo AR-15 y disparaba contra dos personas que se encontraban afuera de una funeraria cercana, que lograron escapar ilesas.

"Cerró la puerta y empezó a disparar a los niños y a los profesores que estaban dentro del aula”, dijo a CNN Olivarez. “[Eso] Muestra la completa maldad del tirador”, añadió.

Todos los muertos estaban en la misma aula, precisó Olivarez.

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“La conclusión es que las fuerzas del orden estaban allí”, dijo McCraw. “Se enfrentaron inmediatamente. Sí contuvieron (a Ramos) en el aula”, agregó.

Un oficial familiarizado con la investigación dijo que los agentes de la Patrulla Fronteriza tuvieron problemas para forzar la puerta del aula y tuvieron que conseguir que un miembro del personal educativo abriera la sala con una llave.

Carranza dijo que los agentes deberían haber entrado en la escuela antes: “Era más, sólo había un [tirador]”, condenó.

Uvalde es una ciudad mayoritariamente latina de unos 16,000 habitantes a unas 75 millas de la frontera con México. La escuela primaria Robb, que cuenta con 600 alumnos de segundo, tercero y cuarto grado, es una estructura de ladrillo de una sola planta en un barrio mayoritariamente residencial de casas modestas.

Un grupo de personas camina hacia una ceremonia en honor a las víctimas del tiroteo del martes en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, el miércoles 25 de mayo de 2022.
Un grupo de personas camina hacia una ceremonia en honor a las víctimas del tiroteo del martes en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, el miércoles 25 de mayo de 2022.Jae C. Hong / AP

Homenaje a las víctimas

Cientos de personas se agolparon en las gradas del recinto ferial de la ciudad para asistir a una vigilia el miércoles, y la multitud creció tanto que algunos se pusieron de pie alrededor de los altavoces en la pista de tierra. Algunos lloraron. Algunos cerraron los ojos con fuerza y pronunciaron oraciones silenciosas. Los padres rodearon a sus hijos con sus brazos, mientras los oradores dirigían palabras.

Antes de atacar la escuela, Ramos disparó e hirió a su abuela en la casa que compartían, según las autoridades.

El vecino Gilbert Gallegos, de 82 años, que vive al otro lado de la calle y conoce a la familia desde hace décadas, dijo que estaba jugando en el jardín cuando oyó los disparos.

Ramos salió corriendo por la puerta principal y cruzó el pequeño patio hasta la camioneta estacionada frente a la casa. Parecía asustado, dijo Gallegos, y le costó sacar la camioneta del estacionamiento.

Luego salió corriendo: “Salió disparado, quiero decir rápido”, rociando grava en el aire. Su abuela emergió de la vivienda cubierta de sangre: “Ella dice: ‘Berto, esto es lo que hizo. Me disparó”. La mujer fue hospitalizada con un tiro en la cara.

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Gallegos, cuya esposa llamó al teléfono 911 de emergencias, dijo que no había escuchado ninguna discusión antes o después de los disparos, y que no sabía de ningún historial de acoso o abuso de Ramos, a quien rara vez veía.

Los investigadores tampoco arrojaron luz sobre el motivo de Ramos en un ataque que dejó también al menos 17 heridos. El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que el joven, residente de la pequeña ciudad a unas 85 millas (135 kilómetros) al oeste de San Antonio, no tenía antecedentes penales ni de salud mental conocidos.

“No vemos un motivo o catalizador en este momento”, dijo McCraw, del Departamento de Seguridad Pública.

Ramos compró legalmente el rifle y otro igual la semana pasada, justo después de su cumpleaños, según las autoridades.

Aproximadamente media hora antes del tiroteo masivo, Ramos envió el primero de tres mensajes en línea advirtiendo sobre sus planes, dijo Abbott.

El asesino escribió que iba a disparar a su abuela, y luego que le había disparado. En la última nota, enviada unos 15 minutos antes de llegar a la escuela primaria Robb, dijo que iba a disparar a una escuela primaria, según Abbott. Los investigadores dijeron que Ramos no especificó qué escuela.

Ramos envió los mensajes de texto privados, uno a uno, a través de Facebook, dijo el portavoz de la compañía Andy Stone. No estaba claro quién recibió los mensajes.

Entre las víctimas mortales se encuentran Eliahna García, una extrovertida niña de 10 años a la que le gustaba cantar, bailar y jugar al baloncesto; un compañero de cuarto grado, Xavier Javier López, que había estado esperando ansiosamente un verano dedicado a la natación; y una profesora, Eva Mireles, cuyo marido es agente del departamento de policía del distrito escolar.

“Por sus sonrisas angelicales se puede decir que eran muy queridos”, dijo el superintendente de las escuelas de Uvalde, Hal Harrell, luchando contra las lágrimas al recordar a las víctimas.

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La tragedia fue la última de una ola aparentemente interminable de tiroteos masivos en todo el país en los últimos años. Apenas 10 días antes, 10 personas negras fueron asesinadas a tiros en un ataque racista en un supermercado de Buffalo, Nueva York.

El ataque de Uvalde fue el tiroteo escolar más mortífero en Estados Unidos desde que un hombre armado mató a 20 niños y seis adultos en la escuela primaria Sandy Hook de Newtown, Connecticut, en diciembre de 2012.

Texas tiene algunas de las leyes más favorables a las armas de fuego del país y ha sido escenario de algunos de los tiroteos más mortíferos de Estados Unidos en los últimos cinco años.

“No sé cómo la gente puede vender ese tipo de arma a un chico de 18 años”, dijo entre lágrimas Siria Arizmendi, tía de la víctima Eliahna García. “¿Para qué la va a usar sino para eso?”.

El presidente, Joe Biden, dijo el miércoles que “la Segunda Enmienda no es absoluta” al pedir nuevas limitaciones a las armas tras la masacre.

Pero las perspectivas de reforma de la normativa sobre armas del país parecían escasas. Los repetidos intentos a lo largo de los años de ampliar las comprobaciones de antecedentes y promulgar otras restricciones se han topado con la oposición republicana en el Congreso.

El tiroteo se produjo días antes de que comenzara en Houston la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle, en la que estaba previsto que intervinieran el gobernador de Texas y los dos senadores republicanos del estado.

Dillon Silva, cuyo sobrino estaba en un aula, dijo que los estudiantes estaban viendo la película de Disney Moana cuando oyeron varios estallidos fuertes y una bala rompió una ventana. Momentos después, su profesor vio pasar al atacante.

“¡Dios mío, tiene una pistola!”, gritó el profesor dos veces, según Silva, “el profesor ni siquiera tuvo tiempo de cerrar la puerta”.

Una familia presenta sus respetos junto a las cruces con los nombres de las víctimas del tiroteo del martes en la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas, el jueves 26 de mayo de 2022.
Una familia presenta sus respetos junto a las cruces con los nombres de las víctimas del tiroteo del martes en la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas, el jueves 26 de mayo de 2022.Jae C. Hong / AP

La comunidad, muy unida, construida alrededor de una plaza central sombreada, incluye muchas familias que han vivido allí durante generaciones.

Lorena Auguste era profesora sustituta en el instituto de Uvalde cuando se enteró del tiroteo y empezó a enviar mensajes de texto frenéticos a su sobrina, alumna de cuarto curso de la escuela primaria Robb. Al final se enteró de que la niña estaba bien.

Pero esa noche, su sobrina tenía una pregunta: “¿Por qué nos han hecho esto? Somos buenos chicos. No hemos hecho nada malo”.

Con información de NBC News y AP.