El exagente de seguridad escolar de Long Beach, California, que le disparó en la cabeza a la adolescente de 18 años Manuela Rodríguez, provocándole muerte cerebral, ha sido acusado de homicidio, según lo anunciaron los fiscales este miércoles.
Eddie González, de 51 años, se presentará ante la corte este viernes, donde se llevará a cabo la lectura del cargo de homicidio en primer grado, indicó en un comunicado el fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón.
González fue arrestado este miércoles en la ciudad de Orange. Anteriormente había sido despedido por el distrito escolar unificado de Long Beach por violar sus protocolos de seguridad y uso letal de la fuerza.
[La muerte de ‘Mona’ Rodríguez ya se investiga como un homicidio]
El acusado no pudo ser contactado para obtener un comentario por parte de la agencia de noticias The Associated Press. Por el momento no se sabe si ya cuenta con un abogado.
Rodríguez, también conocida como Mona, era madre de un bebé de 5 meses.
Recibió un disparo en la nuca con una bala expansiva que destruyó su cerebro, según lo denunció su mamá, Manuela Sahagún, en entrevista con Noticias Telemundo.
La Policía de Long Beach dijo que González conducía una patrulla de seguridad escolar cerca de la preparatoria Millikan cuando presenció una pelea entre Rodríguez y otra adolescente de 15 años en un estacionamiento.
Cuando González intervino, Rodríguez se subió a un automóvil donde había otros dos jóvenes, su novio de 20 años que iba al volante, y su hermano de 16 años que viajaba en el asiento trasero. Ninguno de los dos resultó herido.
Un video de la escena aparentemente muestra a González disparándoles al menos dos veces, luego de que el vehículo arrancara cuando él se acercó a ellos.
El distrito escolar de Long Beach determinó que había violado los protocolos de seguridad al disparar contra un auto en movimiento y en una situación en la que ni su vida ni la de otros corría riesgo.
“Creemos que la decisión de despedir a este oficial está justificada y, francamente, es lo correcto”, dijo en un comunicado la superintendente Jill Baker, quien agregó que el agente no estaba a la altura de los estándares del distrito escolar.
Rodríguez fue desconectada del respirador artificial que mantenía las funciones vitales de su cuerpo el 5 de octubre, ocho días después de que le declararan muerte cerebral por el impacto de la bala.
Los órganos de Rodríguez fueron donados por su familia a cinco personas, quienes recibieron su corazón, hígado, pulmones y riñones.
El personal del centro médico Long Beach Memorial Hospital la despidió como a una heroína, haciendo sonar su canción favorita una y otra vez cuando la llevaban por el pasillo y todo el tiempo que estuvo en el quirófano.
“Otra familia tendrá una oportunidad más de pelear, una oportunidad que nosotros no tuvimos”, afirmó unos días antes de que la desconectaran Óscar Rodríguez, uno de los cuatro hermanos de Mona.
