En el séptimo día del juicio en contra de un exagente de la Patrulla Fronteriza, que confesó haber asesinado a cuatro trabajadoras sexuales en el sur de Texas, se mostraron nuevas evidencias su crimen y se le vio llorar.
En medio del juicio, que se lleva a cabo en San Antonio, en el condado de Bexar, se reprodujeron grabaciones de dos llamadas telefónicas que sostuvo Juan David Ortiz con su esposa desde la cárcel del condado Webb.
Una de las grabaciones corresponde a 2018. En ella, Ortiz asegura que está preocupado por las declaraciones que dio a los investigadores. En otra llamada, en 2020, le dice a su esposa que no tiene pensamientos suicidas.
Al escuchar las llamadas, según registró la afiliada de Noticias Telemundo en San Antonio, Ortiz rompió en llanto.
El lunes, el ex agente, de 39 años, se declaró no culpable de homicidio punible con la muerte, agresión agravada con un arma letal, secuestro y evadir el arresto. Está acusado de matar a Melissa Ramirez, de 29 años; Claudine Anne Luera, de 42 años; Guiselda Alicia Cantu, de 35 años; y Janelle Ortiz, de 28.
Al inicio del juicio, el abogado de Ortiz, Joel Pérez, dijo a los jurados en su declaración de apertura que los investigadores sacaron conclusiones apresuradas, y que la confesión de su cliente fue “forzada”. Aseguró que su cliente estaba “quebrantado” y era “suicida” al momento de su confesión luego de ser interrogado por más de ocho horas. Meses antes, al veterano se le administraron “un montón de píldoras antipsicóticas” luego de buscar ayuda porque no podía dormir y sufría pesadillas, comentó Pérez.
Al momento de su arresto, Ortiz, veterano de la Marina, se desempeñaba como supervisor de inteligencia de la Patrulla Fronteriza. Fue detenido el 15 de septiembre de 2018 en Laredo, luego de que Erika Isamar Peña logró escapar y le pidió ayuda a un patrullero del Departamento de Seguridad Pública de Texas.
Peña, de 31 años, declaró durante el primer día de juicio y afirmó que conocía a Ortiz como cliente y ella le ofrecía sexo a cambio de dinero.“Me apuntó con un arma en la cabeza y logré escapar”.
La mujer recordó que en la noche del 14 de septiembre de 2018 Ortiz pasó por ella en el Boulevard San Bernardo, en Laredo, y fueron a la casa de él.
Isamar Peña describió a Ortiz como alguien “amable, inteligente, gracioso, un tipo normal”, sin embargo, ella empezó a sospechar de sus intenciones cuando en medio de la conversación él le confesó que había sido “la penúltima persona” en haber tenido relaciones sexuales con Melissa Ramirez, cuyo cuerpo había sido encontrado una semana atrás.
La mujer aseguró en el estrado que a él le preocupaba que los investigadores encontraran su ADN.
“Me hizo pensar que tal vez él era el que podría haber estado asesinando”, afirmó Peña al jurado
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Según ella el hombre empezó a cambiar de actitud y se puso nervioso y luego la llevo a la parte de atrás de una estación de gasolina y le apuntó con el arma.
El agente del Departamento de Seguridad Pública de Texas al que ella le pidió ayuda también declaró en el estrado.
Un jurado se desmaya
Durante el juicio han sorprendido las fuertes evidencias en contra del hombre que, según el fiscal de distrito del condado de Webb, Isidro Alaniz revelarán "la indiferencia, la falta de respeto, la degradación que siente por estas personas".
De acuerdo a la agencia de noticias The Associated Press Ortiz aseguró a los investigadores que quería "limpiar las calles" y afirmaba que las mujeres eran “basura” y “muy sucias”.
El lunes en el sexto día de juicio se mostraron las imágenes de las autopsias de las mujeres y uno de los jurados se desmayó al ver las dramáticas fotografías, según informó Noticias Telemundo San Antonio.
También se revelaron las imágenes de la camioneta que conducía Ortiz el día de los crímenes y en ella se encontraron bolsas de maquillaje, latas de cerveza y un arma con la capacidad de disparar al menos 12 balas.
En caso de ser declarado culpable, Juan David Ortiz se enfrenta a una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, la pena máxima debido a que la fiscalía no solicitó la inyección letal.