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Doce armas, 22,000 cartuchos, cócteles molotov y galones de gasolina: el asesino de San José guardaba un arsenal y odiaba su trabajo

Samuel Cassidy empleó tres pistolas para asesinar a nueve de sus compañeros de trabajo, que aparentemente adquirió legalmente. Pero en su vivienda guardaba un arsenal que además le sirvió para prenderle fuego antes de la matanza.

El hombre que mató a nueve de sus compañeros de trabajo este miércoles en un edificio de la Autoridad de Transporte del Valle de Santa Clara (VTA, por sus siglas en inglés) en San José, California, había almacenado una enorme cantidad de armas y municiones en su vivienda antes de incendiarla alrededor de la misma hora en la que abrió fuego en el lugar que despreció durante años, según informaron las autoridades locales este viernes.

Los investigadores encontraron 12 armas y 22,000 cartuchos de munición en la casa de Samuel James Cassidy, según indicó la Oficina de la Sheriff de Santa Clara en un comunicado. El asesino usó tres pistolas de 9 milímetros y 32 cargadores de alta capacidad para perpetrar su matanza, que en principio fueron adquiridas legalmente.

En la vivienda se encontraron además galones de gasolina y cócteles molotov. Cassidy quemó la casa usando un dispositivo de combustión lenta que le permitió escapar de allí y ejecutar la masacre.

Los investigadores todavía están tratando de determinar cuál pudo haber sido el motivo de atacante, quien durante años aparentemente despreció su lugar de trabajo y a sus compañeros.

En 2016, Cassidy, de 57 años, fue entrevistado por agentes del Departamento de Seguridad Nacional cuando regresaba a Estados Unidos de un viaje a Filipinas, de acuerdo con un reporte de The Wall Street Journal que cita un memorando de la agencia. Entre las cosas que encontraron las autoridades en su equipaje estaba un cuaderno con declaraciones de odio hacia su lugar de trabajo.

Según el reporte, las autoridades descubrieron en su equipaje "libros sobre terrorismo, miedo y manifiestos ... así como un cuaderno de notas negro lleno de muchos escritos sobre cómo odiaba la VTA". No está claro por qué lo detuvieron en esa ocasión ni por qué los funcionarios no se comunicaron con el lugar de trabajo de Cassidy para comentar sobre sus descubrimientos. 

El fiscal del distrito, Jeff Rosen, aseguró al diario USA Today que todo esto no le fue notificado: "Me habría gustado saberlo en 2016". 

El memorando señala que Cassidy tenía "antecedentes penales por delitos menores", citando un arresto en 1983 en San José y cargos de "obstrucción menor/resistencia a un agente del orden público". La policía de San José asegura que el hombre no tiene antecedentes de condenas federales.

“Haya sido lo que haya sido esta detención en la frontera, no resultó en un arresto que salga en su historial criminal con el FBI, y no fue reportado a la policía de San José”, dijo este cuerpo de agentes.

Las víctimas del tiroteo masivo tenían edades de entre 29 y 63 años. Cuatro de ellas eras personas hispanas. Fueron identificadas como Paul Delacruz Megia, de 42 años; Taptejdeep Singh, de 36; Adrian Balleza, de 29; José Dejesús Hernández III, de 35; Timothy Michael Romo, de 49; Michael Joseph Rudometkin, de 40; Abdolvahab Alaghmandan, de 63; Lars Kepler Lane, de 63; y Alex Ward Fritch, de 49.

Vecinos, conocidos y una expareja describieron a Cassidy como una persona solitaria, antipática y propensa a ataques de ira. Había trabajado con la VTA al menos desde 2012.

Su exesposa, Cecilia Nelms, dijo en entrevista con NBC News: "Era muy educado, callado. Era amable con la gente, pero muy distante. En realidad, nunca quiso conectar con nadie".

La mujer aseguró a la agencia de noticias The Associated Press que su exmarido había hablado de matar a gente del trabajo hace más de una década. "Nunca le creí, y nunca ocurrió. Hasta ahora", dijo.

Con información de The Associated Press