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Se acerca la ejecución de Melissa Lucio: por qué se ha vuelto controversial la inyección letal

Considerada por los estados que la aplican como una manera menos dolorosa de morir, la inyección letal arrastra problemas de suministro y dudas sobre el sufrimiento de quienes son ejecutados.

HUNTSVILLE, Texas.– Los días que se levanta más optimista, John Lucio se centra en lograr que la ejecución prevista para su madre, Melissa Lucio, el próximo 27 de abril se cancele. Otros días más grises piensa en la posible ejecución, en los trámites funerarios y en si la inyección letal la hará sufrir.

“Tengo mucho miedo”, dijo Lucio a Noticias Telemundo Investiga, en una vigilia a las puertas de la corte de Brownsville, Texas, donde condenaron hace 15 años a su madre a la pena capital por la muerte de una de sus hijas. “Yo soy uno de los cinco que va a estar allí: yo, mi esposa y otras tres personas más que vamos a estar de testigos para mirar la inyección”.

Melissa Lucio podría convertirse en la primera mujer latina en ser ejecutada en Texas, el estado que más veces ha aplicado la pena capital en la historia reciente de Estados Unidos.

[“Tengo miedo, pero por mis hijos”, habla Melissa Lucio a semanas de su ejecución]

El uso de la inyección letal en las ejecuciones se ha complicado en los últimos años en varios estados, incluido Texas, pese ser considerada por la Corte Suprema como una forma de matar menos dolorosa para el condenado. Han crecido los problemas para encontrar las dosis mortales necesarias, ha aumentado el secretismo sobre cómo se lleva a cabo en la práctica, y la aplicación ha tenido complicaciones que han hecho sufrir a los presos.

En Oklahoma, en octubre de 2021, un preso murió después de convulsionar y vomitar cuando recibió el primer componente de la fórmula letal, el sedativo midazolam. En Texas, donde desde 2012 usan un solo componente, pentobarbital, varios reportes apuntaron que algunos presos manifestaron sensación de quemadura en su interior antes de morir.

Estos son algunos problemas que se han documentado en ejecuciones con inyección letal:

1. Muerte por edemas pulmonares

El doctor Joel Zivot cree que lo más alarmante es lo que pasa dentro del cuerpo de los ejecutados.

Empezó a analizar algunas autopsias de ejecutados en varios puntos del país y, con el tiempo, se convirtieron en más de 200 revisiones. Concluyó que, dentro del cuerpo, la inyección letal no sólo se traduce en quedarse dormido y morir. 

“Vimos un daño significativo en los órganos de la persona que murió y, principalmente, un órgano que resultaba muy dañado eran los pulmones. Frecuentemente se llenaban de fluido. Mientras la persona moría, se estaba en efecto ahogando en sus propias secreciones”, dijo en entrevista con Noticias Telemundo Investiga.

Detectó una mezcla de agua y sangre que entra en los pulmones, lo que lo llevó en 2020 a determinar que había un patrón: más del 80% de las autopsias revelaron un edema pulmonar en los fallecidos.

El activista Abraham Bonowitz carga una pancarta a favor de Melissa Lucio en Brownsville, Texas. Está ayudando a la familia Lucio para hacer presión y lograr que se pause la ejecución.
El activista Abraham Bonowitz carga una pancarta a favor de Melissa Lucio en Brownsville, Texas. Está ayudando a la familia Lucio para hacer presión y lograr que se pause la ejecución.Damià Bonmatí

Imagina que agarras un vaso de agua y se vaciara dentro tus pulmones. Sería una manera terriblemente incómoda y aterradora de morir”

JOEL ZIVOT, REVISÓ MÁS DE 200 AUTOPSIAS DE EJECUTADOS

“Imagina que agarras un vaso de agua y todo el vaso se vaciara dentro tus pulmones. Sería una manera terriblemente incómoda, difícil y aterradora de morir”, dijo este anestesiólogo del hospital universitario Emory, en Atlanta, Georgia. Analizó autopsias de varios estados que usan el mismo fármaco que en Texas, donde no se practican autopsias a los ejecutados.

2. Detalles secretos

“Si a un pariente tuyo lo van a ejecutar, tú no sabes ni qué producto le están poniendo en las venas, si está vencida la fecha del producto, si le va a costar grandes dolores…”, explica la profesora de Leyes Ana Otero, de Texas Southern University, que se ha especializado en pena de muerte.

Se refiere a las consecuencias de una ley estatal texana aprobada en 2015 que rodeó de secretismo la inyección letal: se desconoce desde el proveedor de los químicos para la fórmula, hasta la persona que la administra en el cuerpo del ejecutado. En marzo de 2022, la legislatura de Florida aprobó una ley similar que también convierte en secreta esa información.

Grupos en contra de la pena de muerte, como Texas Coalition to Abolish the Death Penalty, critican la opacidad sobre los verdugos: el público no sabe si recibieron o no formación médica para llevar a cabo la ejecución porque no suele haber médicos o enfermeros en la sala. Organizaciones como la Asociación Nacional de Medicina consideran que un médico no puede participar en la pena capital ya que lo ético en la profesión es precisamente “preservar la vida”.

La prisión de Huntsville, Texas, donde el estado realiza las ejecuciones.
La prisión de Huntsville, Texas, donde el estado realiza las ejecuciones.Damià Bonmatí

En Missouri, el estado llegó a pagar 284,551 dólares en efectivo entre 2013 y 2016, según reveló el medio Buzzfeed. Justo antes de una ejecución, un alto funcionario de la correccional entregaba sobres con dinero en efectivo a los verdugos. Al pagar en efectivo, evitaban que quedara evidencia en papel y se conocieran las identidades de los que participaban en las ejecuciones.

Los verdugos recibían los pagos bajo pseudónimos para proteger sus identidades. Las tarifas eran de 2,400 dólares para los enfermeros, 3,000 para los anestesiólogos y el que proporcionaba la substancia recibía casi 7,200. El director de las cárceles de Missouri dimitió al poco de que estos pagos se descubrieran.

Sin embargo, el punto más controversial de este secretismo en varios estados –y el de más litigio judicial– es saber quién provee la fórmula letal. Texas alegó que revelar públicamente el nombre de los vendedores de los fármacos compromete la seguridad física de las compañías y sus trabajadores.

3. Sin farmacéuticas vendiendo

Ese pulso se ha mantenido durante años en las cortes, y ha provocado fuertes cambios en la manera en que los estados manejan la inyección letal.

Hospira, el único fabricante estadounidense de tiopentato de sodio, un químico usado para algunas inyecciones letales, dejó de producir en 2009. Desde ese momento, los estados buscaron comprar fuera de Estados Unidos, otros países frenaron la exportación, la propia DEA incautó productos comprados en el exterior y la FDA prohibió las importaciones. Pfizer, una de las últimas farmacéuticas en producir algunos componentes necesarios para la inyección letal, se retiró de ese negocio en 2016.

Una veintena de farmacéuticas estadounidenses y europeas abandonaron la venta de los químicos para ejecutar alegando razones morales y empresariales, según un recuento del diario The New York Times, lo que causó un efecto dominó que ha llevado a la escasez de los químicos necesarios para completar la inyección.  

Estados como Texas han recurrido desde entonces a las llamadas ‘farmacias de componentes’, laboratorios que realizan preparados específicos de fármacos para un cliente concreto, normalmente para pacientes con alergias u otras necesidades únicas. Los productos que salen de estos negocios no están supervisados por la FDA, y la regulación de los negocios recae sobre los estados.

Farmacéuticas estadounidenses y europeas abandonaron la venta de los químicos para ejecutar

En Texas, la compra de la inyección letal en estos laboratorios ha levantado controversia porque algunos de ellos registraron problemas sanitarios en el pasado, pero también porque se hizo público que el estado altera las fechas de expiración de las dosis que les compran debido a la escasez. El medio The Texas Tribune ha publicado, a través de varias peticiones de información pública, que en 2022 el estado ha extendido la expiración de 11 dosis.

“Es preocupante porque las drogas pierden su potencia, pero también pueden tener ciertos efectos negativos al estar vencidos”, dijo Ana Ortega, profesora de Leyes en Texas que investiga la pena de muerte y quien se presenta como abolicionista.

El Departamento de Justicia Criminal de Texas, a cargo de estas dosis y del corredor de la muerte, no quiso responder a Noticias Telemundo Investiga al respecto. Un portavoz, Robert Hurst, nos dijo a finales de marzo que disponían de cinco dosis de pentobarbital con fecha de expiración en octubre de 2022 y 11 más en diciembre de 2022, pero no aclaró si habían modificado esas fechas.

4. Ejecuciones dolorosas

Junto a la escasez y al secretismo en torno a la inyección, varios estados han registrado en los últimos años complicaciones en las ejecuciones. Algunas incluso se pospusieron por el dolor o la agonía que estaban experimentando visiblemente los presos. 

El 7.9% de las ejecuciones por inyección letal en la historia reciente del país fueron fallidas, según Death Penalty Information Center, que recopila datos sobre cada muerte capital. Es la forma de ejecución con el mayor porcentaje de casos fallidos, aunque compite con maneras de matar más violentas y directas como la silla eléctrica, el ahorcamiento o el pelotón de fusilamiento.

A unas cuadras de la prisión donde ejecuta a los presos en Huntsville, Texas, el estado se ocupa de este cementerio donde entierran a los presos que no son reclamados por nadie.
A unas cuadras de la prisión donde ejecuta a los presos en Huntsville, Texas, el estado se ocupa de este cementerio donde entierran a los presos que no son reclamados por nadie.Damia Bonmatí

Pese a que las ejecuciones no son públicas, hay testigos que han relatado desde dentro lo que han visto; normalmente son familiares, abogados y periodistas seleccionados por las autoridades penitenciarias. 

Según documentó el testigo de la agencia AP en octubre de 2021, en la sala de ejecuciones de Oklahoma, un reo convulsionó y vomitó durante varios minutos antes de morir. Tres años antes, en Alabama, los ejecutores buscaron las venas del preso durante dos horas y media, lo que obligó a postergar su muerte y lo dejó con unas docena de cortes en los brazos. 

En Texas, varios hombres mencionaron en los últimos años una sensación de quemadura dentro de sus cuerpos después de recibir la fórmula letal a través de sus venas, según reportó The Texas Tribune. Esas ejecuciones no se consideran fallidas, pero activistas y académicos sí creen que registraron complicaciones y dolores que los ejecutados no deberían sentir.

Desde que Texas usa pentobarbital para ejecutar, un 19.54% de las ejecuciones han registrado complicaciones, según un estudio de Niagara University que analizó la información disponible de cada muerte. Eso incluye cualquier ejecución en la que el preso haya mostrado –o los testigos hayan visualizado sensación de quemadura, mareo, complicación para inyectar en las venas o dolor.

Entre las complicaciones, hubo sensación de quemadura, dolor, mareo p problemas para inyectar en las venas.

Los autores del informe destacaron que desde 2012, cuando Texas comenzó a usar una nueva fórmula letal que contiene un solo químico, las ejecuciones con complicaciones se duplicaron. También aumentó el tiempo medio de la ejecución hasta los 18.7 minutos. El nuevo químico se empezó a usar cuando Texas tuvo problemas para encontrar farmacéuticas dispuestas a venderle la inyección.

No hay consenso sobre si la duración de la ejecución es una variable que determina sufrimiento de los presos, ya que hay mezclas letales que los duermen primero.

5. Verdugos traumatizados

Inyectar los medicamentos a través de una vía intravenosa ha sido un problema durante décadas, según recuerda Ron McAndrew, un exverdugo que ahora aboga por acabar con la pena de muerte. Una parte de los ejecutados fueron drogodependientes en el pasado y eso complica la tarea de inyectar la fórmula letal a través de una vía. Los verdugos tenían que practicar un incisión para poder colocarla.

“A menudo se producía un corte en el brazo derramando mucha sangre. Todo eso se tenía que limpiar para que las cosas aparentaran muy sanitarias antes de que los testigos vieran qué pasaba”, dijo a Noticias Telemundo en su casa de Florida.

Ron McAndrew revisa los casos abiertos en los que trabaja, principalmente de pena de muerte y cadena perpetua, en su oficina en el oeste de Florida.
Ron McAndrew revisa los casos abiertos en los que trabaja, principalmente de pena de muerte y cadena perpetua, en su oficina en el oeste de Florida.Damià Bonmatí

McAndrew fue hasta 2002 director de prisiones en Florida, donde presidió tres ejecuciones con silla eléctrica. Una de ellas, la del latino Pedro Medina, se complicó: su pelo acabó en llamas y en la sala flotaba un olor a quemado que dice no puede olvidar. En 1997, el estado de Florida lo envió a Texas para aprender cómo aplicar la inyección a los presos e implementar ese método de ejecución en su estado.

Participó en cinco ejecuciones con inyección letal en Texas y asegura que ese trabajo también incluía un esfuerzo para escenificar que las ejecuciones no eran dolorosas.

“Hacíamos el trabajo sucio de los gobernadores, gente que pedía a gente que matara otra gente por ellos. No creo que se dieran cuenta del dolor que causan a los que matan”, dice McAdrew.

He visto cómo miembros del equipo se encogían en un rincón en lágrimas, tratando de pasar desapercibidos”.

ron mcandrew, exverdugo

Aunque retirado y con más de 80 años, sigue trabajando como consultor en varios casos de pena de muerte y cadena perpetua. Asegura estar en contacto con varios exverdugos que, en la sombra, pasaron por un proceso similar al suyo y también recurren a terapia. Él pidió salir del corredor de la muerte cuando se dio cuenta de que lo estaba afectando a diario, con problemas en su matrimonio, una creciente adicción al alcohol y pesadillas en las que se le aparecían los presos que ejecutó.

Todavía dice ver sus rostros en las noches: “Vienen y se sientan al borde de mi cama”.