Por Minyvonne Burke – NBC News
Una mujer blanca de Iowa que atropelló y trató de matar a dos niños con su automóvil debido a la raza y el origen extranjero de los menores fue sentenciada este viernes a 25 años de prisión por un tribunal federal.
Nicole Poole Franklin, de 43 años, se declaró culpable en abril de los cargos federales por delitos de odio por intentar asesinar a un niño negro de 12 años y a una niña latina de 14 años en diciembre de 2019.
El Departamento de Justicia dijo que escogió a los menores "por su raza y origen nacional".
Según los fiscales, Poole Franklin conducía su Jeep Grand Cherokee en Des Moines, Iowa, el 9 de diciembre de 2019, cuando vio al niño de 12 años caminando por la acera con su hermano, también menor de edad.
"Al ver a los niños y creer que la víctima era de ascendencia africana o del Medio Oriente, Poole Franklin manejó su vehículo sobre la acera hacia donde se hallaban ambos niños, golpeando a uno de ellos", afirmó el Departamento de Justicia en un comunicado de prensa.
La víctima sufrió cortes y contusiones, pero no requirió hospitalización.
Después de arrollarlo, Poole Franklin salió a toda velocidad del lugar y unos 30 minutos después se encontró a su segunda víctima, una niña de 14 años que iba caminando cerca de la escuela secundaria Indian Hills, en Clive.
Creyendo que era hispana, la mujer condujo su Jeep sobre la acera de nuevo, la atropelló y se dio a la fuga, dijeron los fiscales.
La niña cojeó hasta la escuela en busca de ayuda y fue llevada al hospital para recibir tratamiento por lesiones graves, incluida una conmoción cerebral y varios hematomas, según documentos judiciales.
Poole Franklin fue arrestada ese mismo día tras un incidente en la tienda de una estación de servicio. Según los documentos judiciales, trató de robar varios artículos e insultó de forma racista a un empleado que la confrontó.
No fue sino días después, cuando ya estaba bajo custodia, que la policía la relacionó con los atropellos.
Poole Franklin le dijo a la policía durante el interrogatorio que arrolló al niño porque creía que "él era como el ISIS, se supone que no debe estar aquí y me va a eliminar”, según documentos judiciales, y en referencia al Ejército Islámico, un grupo terrorista con presencia en África y Asia.
Explicó además que había arrollado a la niña porque "no debía estar en el país", y dijo que los hispanos "se apoderan de nuestras casas y nuestros trabajos", según los documentos de la corte.
Richard D. Westphal, fiscal federal interino del distrito Sur de Iowa, afirmó que las acciones de Poole Franklin fueron crueles.
"Lo que nuestro sistema judicial debería hacer es responsabilizar a Poole Franklin, no solo por sus acciones, sino por las creencias malévolas detrás de ellas", explicó, "hay una obligación de proporcionar un castigo justo, ofrecer una disuasión adecuada y proteger al público de posibles nuevos delitos de esta acusada".
Los fiscales señalaron que Poole Franklin tiene antecedentes penales que se remontan a los 18 años y que incluyen condenas por robo, agresión y acoso. También dijeron que tiene antecedentes de abuso de sustancias y enfermedad mental.
Durante una audiencia antes de la sentencia, el padre de la niña le dijo a Poole Franklin que la agresión fue una pesadilla para su familia.
"Mi esperanza desapareció", dijo César Miranda, según el diario Des Moines Register. "Mi fe en que era libre en este país se esfumó", agregó, "no te odio porque no quiero sentir lo que tú sientes por mi hija. Espero que cambies porque los seres humanos nunca podrán vivir así".
La niña le dijo a Poole Franklin que todavía tiene cicatrices: "Lamento que el color de mi piel te haya molestado, pero mi gente y yo nunca nos iremos".
[Activistas latinos y asiáticos marcharon juntos en California contra los ataques de odio racial]
Osman Sanford, el padre del niño herido, dijo que su hijo se tornó agresivo e irritable después del ataque. "Sé que afectará su vida, así que solo trato de ayudarlo", explicó.
Poole Franklin cumplirá la sentencia federal de 25 años en prisión al mismo tiempo que purga una sentencia estatal de 25 años por intento de homicidio. Tras ser liberada, permanecerá cinco años en libertad condicional.