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Habla el dueño del club gay de Colorado Springs donde un tiroteo masivo dejó 5 muertos

Nic Grzecka aseguró que la masacre ocurrida durante un espectáculo de ‘drag queens’ es consecuencia de la retórica de derecha que, sin fundamentos, acusa a estos artistas de “sexualizar” o “influenciar” a los niños.

Por Jesse Bedayn - The Associated Press

Uno de los dos propietarios del Club Q, el sitio gay nocturno de Colorado Springs donde una persona con un arma convirtió una celebración de cumpleaños con drag queens en una masacre, afirmó este jueves que el tiroteo que dejó cinco muertos y 17 heridos es reflejo de un sentimiento anti-LGBTQ radicalizado.

La voz de Nic Grzecka sonaba cansada cuando habló con la agencia de noticias The Associated Press el miércoles por la noche al ofrecer algunos de sus primeros comentarios desde el ataque del sábado por la noche en el Club Q, un lugar que Grzecka ayudó a construir y que ha sido un refugio para la comunidad LGBTQ en Colorado Springs, una ciudad mayormente conservadora.

Grzecka dijo que el sentimiento anti-LGBTQ en la ciudad ha pasado de ser solo prejuicio, a materializarse en actos de incitación a la violencia.

Las autoridades no han aclarado cuál fue el motivo de Anderson Lee Aldrich, de 22 años, a quien acusaron de disparar dentro del club antes de que varios clientes le neutralizaran. Sus abogados dijeron que se identifica con el género binario y usa el pronombre neutro "elle", no ha rendido declaración pública.

Los propietarios del Club Q, Matthew Haynes (en primer plano) y Nic Grzecka, en Colorado Springs.
Los propietarios del Club Q, Matthew Haynes (en primer plano) y Nic Grzecka, en Colorado Springs.David Zalubowski / AP

Grzecka cree que el tiroteo durante el show de drag queens es consecuencia de la forma en que algunos activistas y políticos de derecha han acusado sin fundamento a quienes practican esta forma de arte de "sexualizar" o "influenciar" a los niños. Aunque la aceptación de la comunidad LGBTQ ha aumentado en lo general, esta nueva dinámica ha fomentado un clima peligroso.

“Una cosa es caminar por la calle con mi novio de la mano y que me escupan, y otra es que un político diga que una drag queen puede 'pervertir' a sus hijos”, indicó Grzecka. “Prefiero que me escupan en la calle a que el odio llegue a estos extremos de ahora”.

[Un pasado tumultuoso rodea a la persona sospechosa del tiroteo del club de Colorado]

A principios de este año, la legislatura de Florida, de mayoría republicana, aprobó un proyecto de ley que prohibía a los maestros hablar sobre la identidad de género u orientación sexual con estudiantes más jóvenes.

Un mes después, el uso de palabras como “pedófilos” y “grooming” (un término que se usa para hablar de malas influencias) para describir a personas LGBTQ aumentaron un 400 %, según un informe de Human Rights Campaign.

“Mentir sobre nuestra comunidad y convertir a su gente en algo que no son, genera un tipo diferente de odio”, advirtió Grzecka.

Él comenzó trapeando los pisos y atendiendo la barra del Club Q en 2003, un año después de su apertura. Dijo que espera canalizar su dolor y enojo para tratar de volver a convertir el club en ese refugio que ha sido para la comunidad LGBTQ de Colorado Springs.

Los funcionarios locales y estatales han expresado su apoyo a los sobrevivientes y las familias de las víctimas. También el presidente, Joe Biden, y la primera dama, Jill Biden, quienes se comunicaron con Grzecka y el copropietario Matthew Haynes el jueves para ofrecer sus condolencias y reiterar su apoyo a la comunidad, así como su compromiso de luchar contra el odio y la violencia con armas de fuego.

El Club Q, un refugio para la comunidad LGBTQ

Grzecka contó que el Club Q abrió justo después de que cerrara el único otro bar gay que había en Colorado Springs en ese momento.

Fue una época de transición para los bares gay, dijo. Hace décadas, solían ser lugares lúgubres cuya principal función era la de conectar a personas que buscaban pareja. Pero eso cambió con la llegada del internet y los sitios de citas en línea.

Entonces, los bares se convirtieron en espacios limpios y bien iluminados para pasar el rato con amigos. El Club Q estuvo a la vanguardia de esa transición.

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Cuando se convirtió en copropietario en 2014, Grzecka ayudó a convertir el Club Q en algo más que un sitio nocturno, en un centro comunitario, una plataforma para que las personas LGBTQ se sientan "como en familia", en especial para aquellos distanciados de su familia biológica.

Las noches de bingo con drag queens, las cenas navideñas, los intercambios de regalos entre amigos y las celebraciones de cumpleaños se convirtieron en elementos recurrentes del Club Q, que estaba abierto los 365 días del año.

Tras el tiroteo que dejó el club destruido, Grzecka y otros líderes locales dijeron que están canalizando el dolor y la ira que sienten en la reconstrucción de ese sitio de apoyo que solo el Club Q había podido ofrecer.

“Cuando esa base desaparece, te das cuenta de cuánto estaba proporcionando realmente el bar”, afirmó Justin Burn, un organizador de Pikes Peak Pride. “Aquellos que eran parte de la familia del Club Q, ¿a dónde irán ahora?”

Burn cree que el tiroteo ha puesto en evidencia la ausencia de recursos para los adultos LGBTQ en Colorado Springs. Grzecka y otros ahora trabajan con organizaciones nacionales para evaluar las necesidades de la comunidad y desarrollar un plan para ofrecer una red de apoyo más sólida.

Grzecka busca reconstruir la “cultura de amor” y apoyar a la comunidad para “asegurarse de que esta tragedia se convierta en algo lo más positivo posible para la ciudad”.

“Todo el mundo necesita a su comunidad”, afirmó.