La Fiscalía General de Justicia del estado mexicano de Tamaulipas ha informado de la detención de un sospechoso por la muerte de Lizbeth Flores, la joven texana torturada y asesinada en Matamoros. El arrestado, identificado como Braulio, fue capturado este martes en su casa en el fraccionamiento Molinos del Rey. El posible móvil del crimen fue un robo, según la Fiscalía.
El cuerpo de Flores, madre de una niña de 4 años y un bebé de 3, fue hallado el 11 de agosto en Matamoros con signos de violencia brutal: sin dientes y sin una parte del cuero cabelludo, según los investigadores.
Lizbeth murió como consecuencia de las heridas que sufrió en la cabeza tras ser golpeada con una piedra que fue hallada junto a su cuerpo, según la policía.
La joven había cruzado la Frontera entre México y Estados Unidos, por el puente internacional de Veteranos, para visitar a su novio. Le dijo a su madre, María Rubio, que estaría en su casa en Brownsville, Texas, esa misma noche. Pero jamás regresó.
Un día después de su llamada, Rubio llamó al Departamento de Policía de Brownsville y comunicó su desaparición.
“Perder a un hijo es como si te arrancaran el corazón”, dijo su madre en entrevista con Telemundo 40, filial de Telemundo.
“Siento mucha tristeza por lo que le hicieron a mi hija. Cómo la dejaron, eso es lo que me duele, lo que mi hija pasó ahí en ese momento eso es lo que me duele”, lamentó Rubio, “quiero que pague cada uno que participó en la muerte de mi hija”.
Rubio no cuenta con los recursos suficientes para hacerse cargo de la repatriación de sus restos: “No tengo la manera de traerla para acá. Yo quiero identificar que sea ella. Para mí, mi hija está viva y yo y toda mi familia la queremos ver y saber cómo murió”.
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La familia de Lizbeth fue referida al Consulado de México para realizar los trámites correspondientes en cuanto a la repatriación de su cuerpo y en el apoyo de los gastos fúnebres.
Las oficinas consulares de México en Estados Unidos normalmente solo cubren gastos cuando el fallecimiento se ha producido en territorio estadounidense, pero “al ser un caso humanitario sí vamos a ayudar la señora hasta donde podamos”, aseguró el cónsul, Juan Carlos Cue Vega.
Con información de Telemundo40.