La familia de Victoria Esperanza Salazar podrá comenzar a despedirse de ella.
El cuerpo de la migrante, que murió brutalmente tras ser sometida por cuatro policías de Tulum, llegó este sábado por la mañana a El Salvador en un vuelo procedente de Cancún, México, según informó el Gobierno salvadoreño.
El Gobierno de México había anunciado antes en Twitter el traslado de los restos.
El viaje del féretro con el cuerpo de la mujer de 36 años arrancó cerca de las 5 am desde una modesta funeraria en Tulum, donde murió a manos de la policía, a unas 81 millas (130 kilómetros) de Cancún. Tras dos horas de trayecto la carroza ingresó a la zona de aduanas de la terminal aérea para realizar los trámites.
Las dos hijas, la madre y el hermano de Salazar viajaron en un avión comercial que despegó poco después de las 9 am (hora local).
Salazar, quien residía en México con una visa humanitaria desde 2018, fue sometida por cuatro policías de esta ciudad turística, que ya están procesados por feminicidio.
La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo informó este sábado que un juez de control acusó de feminicidio a los cuatro policías municipales de Tulum.
A través de un comunicado, la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo notificó que en la audiencia de vinculación y tras la incorporación de pruebas, el juez fijó como medida cautelar la prisión preventiva hasta que dure todo el proceso y otorgó a los fiscales cuatro meses de investigación complementaria.
Era madre de dos hijas, la mayor, de 16 años, estuvo desaparecida unas horas entre martes y miércoles. La hija pequeña está siendo resguardada en un albergue público tras haber sufrido abusos de la pareja de su madre, el cual fue arrestado el martes.
La madre ha asegurado que pedirá al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, refugio para sus nietas. Considera que no estarán seguras en México y mucho menos en El Salvador.
Mientras tanto, en Ciudad de México, cientos de mujeres volvieron a salir a las calles este viernes para exigir justicia tras el brutal asesinato de la mujer salvadoreña. “Ya nos cansamos de que nos maten”, dijo una manifestante.
La pareja de Salazar, Hector N., acusado de abusar sexualmente de ella y de una de sus hijas, ya fue procesado por el delito de abuso sexual a una menor.
“Era muy trabajadora”
Salazar vendía comida y frutas en la calle, según contó a Noticias Telemundo su cuñado, el hermano del hombre acusado de abuso sexual
“Vendía chicharrones… Era muy trabajadora, ayudaba mucho a mi hermano”, aseguró Francisco Hernández. Vivía en un barrio muy pobre, alejado del glamour que ofrece este paradisiaco destino turístico.
Salazar salió de Sonsonate, una localidad al oeste de San Salvador, hace cinco años debido a la violencia y para buscar mejores oportunidades para su hijas de 15 y 16 años, explicó a The Associated Press su madre, Rosibel Emérita Arriaza.
Madre soltera, llegó a Tapachula, en la frontera con Guatemala, donde hizo su solicitud de refugio. El Instituto Nacional de Migración confirmó esta semana que le había sido concedido este estatus.
Posteriormente, se trasladó a Tulum, una ciudad más tranquila que Cancún o Playa del Carmen pero que ahora enfrenta dificultades por su veloz desarrollo y mayor actividad delincuencial. Allí encontró trabajo de limpieza en hoteles de la localidad y después mandó traer a sus hijas a México.
"Yo quiero justicia para mi hija, porque no es justo lo que le hicieron a ella", afirmó Arriaza. “Ella era una mujer que no iba armada, simplemente porque era mujer y no sé que pasó”, agregó.
Las imágenes de Salazar boca abajo, esposada y con la rodilla de una mujer policía en su cuello fueron divulgadas hace una semana en redes y generaron fuertes condenas tanto en México como en El Salvador.
Hace unos días, la autopsia reveló que Salazar murió luego de que le rompieran el cuello.
Los vídeos sobre la muerte de la salvadoreña recordaron la de George Floyd en Minneapolis en 2020 que provocó protestas y manifestaciones contra el racismo en Estados Unidos.
Con información de AP y EFE.