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Abbott achaca el tiroteo de Uvalde a un problema de salud mental. Pero hace un mes recortó los fondos para combatirla

El gobernador de Texas recortó en abril 211 millones de dólares del departamento que supervisa los programas de salud mental. Y aunque estos programas requieren más fondos, no eliminarían la necesidad de controlar las armas, según los expertos.

Por Mike Hixenbaugh y Corky Siemaszko - NBC News

UVALDE, Texas — El gobernador Greg Abbott afirmó el miércoles que el tirador de la escuela de Uvalde tenía un “problema de salud mental” y que el estado necesitaba “hacer un mejor trabajo con la salud mental” — sin embargo, en abril recortó 211 millones de dólares del departamento que supervisa los programas de salud mental.

Además, Texas ocupó el último lugar de los 50 estados y el Distrito de Columbia en cuanto al acceso general a la atención de salud mental, según el informe 2021 State of Mental Health in America.

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“Como estado y como sociedad necesitamos hacer un mejor trabajo con la salud mental”, declaró Abbot durante una conferencia de prensa en la Escuela Primaria Robb, donde un hombre armado disparó y mató a 19 niños y dos maestras el martes.

Sus declaraciones se produjeron justo un día después de que un indignado senador de Connecticut denunciara a los legisladores que se oponen al control de las armas y que pretenden culpar a las enfermedades mentales del último tiroteo en una escuela y de otros anteriores.

Al rechazar las sugerencias de que unas leyes de control de armas más estrictas podrían haber evitado la tragedia, Abbott admitió que el sospechoso de 18 años asesinado no tenía problemas de salud mental ni antecedentes penales conocidos, pero dijo: “Cualquiera que dispare a otra persona tiene un problema de salud mental”.

Sus afirmaciones suscitaron reproches de expertos en salud pública y académicos que estudian a los asesinos en masa, así como de su rival demócrata en la gobernación, Beto O’Rourke, que fue expulsado de la rueda de prensa tras irrumpir en el escenario y acusar al republicano pro-armas de “no hacer nada” para detener la violencia con armas.

“No hay pruebas de que el tirador sea un enfermo mental, solo está enfadado y tiene odio”, ha dicho Lori Post, directora del Centro Buehler de Política y Economía de la Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad Northwestern.

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“Aunque es comprensible que la mayoría de la gente no pueda entender la matanza de niños pequeños y quiera atribuirlo a la salud mental, es muy raro que un tirador en masa tenga una patología de salud mental diagnosticada”, añadió.

David Riedman, fundador de la base de datos de tiroteos en escuelas K-12 del Centro para la Defensa y la Seguridad Nacional, explicó: “En general, los tiradores en masa son racionales. Tienen un plan. Es algo que se desarrolla a lo largo de meses o años, y hay un camino claro hacia la violencia”.

Greg Abbott, gobernador de Texas, habla durante una conferencia de prensa en Uvalde, Texas, Estados Unidos, el miércoles 25 de mayo de 2022.
Greg Abbott, gobernador de Texas, habla durante una conferencia de prensa en Uvalde, Texas, Estados Unidos, el miércoles 25 de mayo de 2022.Eric Thayer / Bloomberg via Getty Images

El problema mucho mayor, dijeron, es que Texas y muchos otros estados están inundados de armas.

“Texas tiene más armas per cápita que cualquier otro estado”, señaló Post. “Después del trágico tiroteo masivo de 2019 en El Paso, el gobernador firmó varios proyectos de ley para frenar los tiroteos masivos. Desafortunadamente, la mayoría de esos proyectos de ley implicaban armar a la población para detener a los tiradores masivos”, recordó.

Post señaló que los oficiales de policía entrenados en tiroteos activos resultaron heridos el martes. Ella y otros dijeron que incluso si la enfermedad mental fuera la causa principal del tiroteo en la escuela primaria, los funcionarios locales históricamente han dejado de lado los programas para ayudar a las personas con problemas psicológicos.

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El año pasado, el diario The Houston Chronicle publicó una serie de tres partes que mostraba que los líderes de Texas no habían financiado ni gestionado adecuadamente el erosionado sistema de salud mental del estado.

Además, los grupos de padres conservadores de Texas y otros lugares han puesto en el punto de mira las iniciativas de salud mental en las escuelas, incluidos los programas destinados a ayudar a los estudiantes a gestionar sus emociones.

Los críticos afirman que los programas son un “caballo de Troya” para la teoría crítica de la raza, un concepto académico separado y raramente enseñado que examina cómo el racismo sistémico está incrustado en la sociedad.

En el condado de Uvalde, una zona mayoritariamente rural donde una quinta parte de los 24,456 residentes, en su mayoría latinos, viven en la pobreza, el dinero presupuestado para “salud y bienestar” ha oscilado en los últimos años entre 2.8 y 3.8 millones de dólares, según los registros.

“Dudo en comentar cuánto debería gastar un condado porque no se puede culpar a las enfermedades mentales como el principal impulsor de los tiroteos masivos”, declaró Greg Hansch, que dirige el capítulo de Texas de la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales.

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“Las personas con enfermedades mentales tienen más probabilidades de ser víctimas de tiroteos masivos que de ser sus autores. Menos del 10% de los tiroteos involucraron a un sospechoso que tenía problemas de salud mental”, añadió.

La doctora Sadiya Khan, profesora adjunta de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, indicó que aunque los programas de salud mental necesitan más fondos, “eso no eliminará la necesidad de controlar las armas".

“Basta con que una persona consiga un arma para arruinar cientos de vidas. La vida de nuestros hijos depende del control de armas”, afirmó.

Tamar Mendelson, profesora del departamento de salud mental de la Universidad Johns Hopkins, dijo que aunque es difícil poner una cifra en dólares a lo que se necesitará para aliviar la crisis de salud mental del país, está claro que Estados Unidos “no invierte lo suficiente en salud mental”.

“Tampoco adoptamos un enfoque preventivo”, señaló Mendelson. “No lo hacemos lo suficiente en los entornos escolares, donde podemos proporcionar una atención críticamente necesaria a los jóvenes. Y carecemos de una atención 'culturalmente competente', como por ejemplo, terapeutas que hablen español", apuntó.

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El martes, tras conocer la masacre de Texas, el senador Chris Murphy, demócrata por Connecticut, rogó a sus colegas republicanos que abandonaran las viejas excusas.

“Ahórrense la mierda de las enfermedades mentales”, declaró Murphy. “No tenemos más enfermedades mentales que cualquier otro país del mundo. No se puede explicar esto a través del prisma de la enfermedad mental”, concluyó.