La decisión de la Suprema Corte de Justicia sobre la ley de salud no sólo beneficia a los más de 6 millones que reciben subsidios de parte del estado para pagar su seguro médico, sino que igualmente sirve para dejar intacto lo que con seguridad será el logro más importante del gobierno del Presidente Obama.
El llamado “Obamacare”, la controversial ley de salud que tanto ha dividido al país y por la cual los republicanos en particular han hecho hasta lo imposible por descarrilarla ha sobrevivido a su segundo y quizá último gran desafío legal.
El caso ante la Corte era en el papel simple: eran o no legales esos subsidios que reciben esos millones de beneficiarios de “Obamacare”, que da la casualidad, viven en estados que por oponerse a la ley nunca establecieron lo que se conoce como “mercados estatales” de seguro médico.
La Corte sentenció que tales subsidios -alrededor de $275 dólares mensuales en promedio- sí son legales.
La disputa legal era sobre cuatro palabras (‘establecidos por el estado’) de una ley de más de 900 páginas, por las que no quedaba claro si lo de los subsidios se aplicaba a todo el mundo que está acogido a la ley o únicamente a los que viven en estados que sí han establecido esos “mercados” de seguro médico.
California por decir algo, por haber estado siempre en favor de la ley y aceptar sus regulaciones, desde temprano aceptó crear su respectivo “mercado estatal” de seguro médico. Básicamente un sitio de internet donde la persona va y escoge su seguro médico entre varios que le son ofrecidos. Con el detalle, que es el estado de California y no el gobierno federal el que está en cargo de todo el asunto.
Según “Obamacare”, y luego por una decisión de la oficina de impuestos federales -el IRS-, el estado podía dar subsidios a la gente que ganará “X” cantidad de dinero (entre 100 y 400% del nivel de pobreza). La disputa era sobre si en lugares como Florida, Texas, Alabama y muchos otros estados, 34 en total, gobernados por republicanos y donde no hay “mercados estatales” de seguro médico, se aplicaban estos subsidios.
“El Congreso aprobó la Ley de Cuidado Médico Accesible para mejorar el mercado de los servicios médicos, no para destruirlos”, señaló en sus considerandos el Juez Presidente de la Corte John. G. Roberts, quien escribió el dictamen de la mayoría de seis jueces que votaron a favor. “Dentro de lo posible debemos de interpretar la ley de una manera que sea consistente con lo primero y evitar lo segundo”.
Suena simple lo de Roberts -por cierto, el mismo juez que literalmente también salvó ‘Obamacare’ cuando se dio el otro caso hace unos años que tuvo a la ley en filo de la navaja-, pero la verdad es que si al caso se le quita lo emocional, lo político y lo controversial es eso precisamente, algo simple y lógico. Por qué dar subsidios a unos y no a otros cuando que de hacerlo se destruiría la ley.
Sin esos subsidios esos millones de beneficiarios simplemente no tendrían dinero para pagar su seguro médico ya que sería muy caro, y al salirse del “Obamacare” harían que de inmediato las compañías de seguro aumentaran las primas de los que se quedaran. En una frase, volar la ley en pedazos ya que por un lado habrían millones de personas que no podrían pagar las primas -los que se quedaron sin subsidios- y otros millones más de pronto con primas que también serían demasiado altas.
Por supuesto, en esto de “Obamacare” y sus detractores no hay mucha lógica o simpleza. Para los republicanos y en general para la mayoría de gente conservadora, la ley ha sido siempre una obsesión a la cual hay que atacar a como de lugar. En la Cámara baja para el caso, donde dominan los republicanos, la han tratado de cancelar muchas veces siempre sin éxito (en parte porque no ha pasado el Senado).
La pelea legal en la Corte era su última esperanza -hay otro caso que comienza a caminar en los tribunales menores alegando en este caso que Obama se ha excedido en la implementación pero pocos piensan que pueda prosperar. De ahí el enorme significado de la decisión de los magistrados del supremo tribunal, más allá de que en la realidad básicamente nada cambiará para el fulano de a pie que es parte de “Obamacare”. Alguien de la Florida para el caso -por cierto, uno de los estados donde más gente hay que recibe subsidios-, seguirá con su seguro médico y seguirá también recibiendo el subsidio del gobierno federal.
“La Ley de Cuidado Medico Accesible” está aquí para quedarse”, comentó un satisfecho Obama en su primera reacción a lo resuelto por la Corte. “Después de casi un siglo de hablar, de décadas de tratar, (de) un año de debate partidario, finalmente hemos declarado que en Estados Unidos el cuidado médico no es un privilegio para algunos sino un derecho para todos”.
Puede uno estar de acuerdo o no con Obama, pero lo cierto es que los números de la ley no dejan mentir: más de 10 millones de seres humanos -entre ellos muchos latinos- que antes no tenían seguro médico y que hoy lo tienen. O qué decir del hecho de que hoy las aseguradoras no pueden negarle la cobertura médica a alguien que tiene una enfermedad previa. O en general, del hecho de que poco a poco se han ido reduciendo los costos del cuidado médico -falta mucho por caminar en este terreno, pero al menos gracias a ‘Obamacare’ hay avances.
Obama entonces es en el papel el gran ganador de esta pelea legal. Su ley de salud, mejor conocida como “Obamacare”, pasará a la historia como su gran éxito legislativo.
Pero la verdad es que los republicanos también tienen algo que agradecer a la Corte. Lo menos que se han salvado es de un gran fiasco y de posibles derrotas en muchas elecciones por venir. No es de locos pensar que si la Corte hubiese sentenciado en otro sentido, es decir dándole la razón a los que peleaban porque no hubieran subsidios y en consecuencia millones de gentes hubiesen perdido su cobertura medica, estas le hubieran echado la culpa a los republicanos.
Alguien puede ser un republicano de hueso colorado de Florida, Texas o cualquier estado gobernado por republicanos y estar de acuerdo con los ataques verbales a la ley de salud -que es una imposición, que parece de un régimen socialista, que va contra la libertad de escoger médico, etc.- pero de seguro que le importa más tener cobertura médica accesible -gracias a los subsidios.
Los grandes ganadores sin embargo, son los beneficiarios de la ley de salud. Con todas sus imperfecciones -una de ellas, que no abarca a los indocumentados- la ley es un avance sobre el sistema de cuidado médico que existía antes donde habían millones de gente sin seguro médico.
Por último, una Corte de Justicia vista en general como conservadora sorprende una vez más. Los cuatro liberales de siempre votaron en favor de la sentencia, en este caso con otros dos magistrados de su lado. Uno, el citado juez Roberts, quien de seguro estará satisfecho que la Corte que lleva su nombre evitó ponerse en el “ojo del huracán” en uno de los más controversiales asuntos de los últimos años. Otro, el juez Anthony Kennedy, quien aunque conservador, vuelve a mostrar que en los grandes temas sociales vota con sus colegas liberales.