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Una niña de 8 años queda paralizada por un raro trastorno causado por el COVID-19

Avella Bauer era una niña atlética, inteligente y graciosa que desde marzo no puede caminar ni hablar a causa de una rara enfermedad desencadenada por el COVID-19. El daño puede ser irreparable, pero su madre tiene esta advertencia para otros.

Por Janhvi Bhojwani - NBC News 

Una mujer de Minnesota, cuya hija permanece hospitalizada desde marzo, urge a las personas a vacunarse y usar mascarillas mientras los niños regresan a clases y la variante delta se esparce.

La hija de Lani Bauer, Avella, de 8 años, fue diagnosticada con encefalomielitis aguda diseminada (ADEM), una enfermedad que desarrolló tras dar positivo en la prueba de COVID-19.

A principios de marzo, Avella tuvo una leve fiebre, por lo que su madre la mantuvo en casa durante unos días. La fiebre desapareció a finales de la semana y pudo volver a clases, pero la niña se comportaba de forma extraña.

“Recibí una llamada del servicio de atención extraescolar diciendo que tenía que ir a buscarla porque no estaba actuando como actúa normalmente y estaba durmiendo en una pequeña habitación”, dijo Bauer.

El sábado, Bauer se despertó y vio que su hija no respondía, por lo que la llevó rápidamente al hospital. Tras realizarle varias pruebas, se le diagnosticó ADEM y COVID-19. La niña ahora está completamente paralizada y permanece en el hospital desde entonces.

La ADEM es una inflamación del cerebro y la médula espinal que daña la mielina, la capa protectora que recubre las neuronas de todo el sistema nervioso del cuerpo. 

Michael Pitt, pediatra de Avella en el Hospital Infantil Masónico M Health Fairview de la Universidad de Minnesota, explicó que este trastorno del sistema inmunológico suele ser provocado por infecciones virales. En el caso de Avella, dijo Pitt, el único virus al que dio positivo fue al COVID-19 .

“Estamos viendo un caso extremo que es muy, muy raro, pero definitivamente es algo que queremos prevenir”, aseguró.

Avella Bauer, de 8 años, fue diagnosticada con encefalomielitis aguda diseminada (ADEM) en marzo
Avella Bauer, de 8 años, fue diagnosticada con encefalomielitis aguda diseminada (ADEM) en marzo Foto cortesía de Lani Bauer

Desde que empezó la pandemia se han registrado decenas de casos que vinculan al COVID-19 como desencadenante de la ADEM, explicó Pitt. La mayoría de los niños que lo padecen recuperan la mayoría de sus funciones cuatro o seis meses después.

Avella es una excepción: sufre una forma rara de ADEM llamada AHEM (encefalomielitis hemorrágica aguda), en la que el daño es tan grave que podría no revertirse.

Avella, a quien su familia describe como una niña atlética, inteligente y graciosa, ahora no puede caminar ni hablar y es alimentada a través de un tubo. 

Bauer recuerda que la maestra de su hija tenía que cambiarla constantemente de asiento porque Avella era capaz de hacer hablar incluso a los niños más callados.

“Antes de este incidente ella era una niña muy sana, nunca ni llegó a vomitar”, contó Bauer, quien asegura que “Avella estaba aprendiendo ajedrez tan bien como para enseñarle a jugar a sus amiguitos”.

Desde que se le diagnosticó ADEM, debido a una grave inflamación en su cerebro, a Avella se le ha tenido que extirpar la parte delantera del cráneo.

Aunque el progreso ha sido lento, Bauer reconoce que cada avance es una victoria y que ha dado pequeños pasos para su recuperación.

Por el daño causado a su cerebro por la ADEM, Avella no puede ver desde que llegó al hospital. Sin embargo, hace una semana, los doctores dijeron que creen que aún conserva algún tipo de visión, aunque no saben cuánto.

Pitt aseguró que pese a que complicaciones como la ADEM están en su radar, la mayoría de familias no se enteran. 

“Hay efectos secundarios raros y graves que podemos prevenir, si los tomamos en serio”, aseguró. 

Hace un año, dijo, los niños eran los que estaban haciendo sacrificios durante la pandemia, y ahora es el turno de los adultos.

“Se educaron en casa, se encerraron para proteger a los más vulnerables. Ahora son nuestros hijos los que corren peligro, y le pedimos a los adultos que hagan lo mismo por ellos”, dijo.

Bauer quiere compartir la historia de su hija con la esperanza de evitar que le suceda a alguien más.

“Si vacunarse y llevar la mascarilla es un paso para evitar que esto le ocurra a otro niño, eso es lo que quiero destacar, y quiero insistir para asegurarme que la gente use una mascarilla”, aseveró.