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Una falsa teoría sobre el origen del COVID-19 vincula las langostas de Maine con China

El cónsul general chino en la India difundió a través de Twitter que el coronavirus podría haber sido importado al mercado de mariscos de Wuhan a través de un lote de langostas enviadas en noviembre de 2019.

Por Olivia Solon, Keir Simmons y Amy Perrette - NBC News

A mediados de septiembre, Marcel Schliebs, un investigador de desinformación de la Universidad de Oxford que llevaba 18 meses rastreando los mensajes que los diplomáticos chinos y los medios de comunicación estatales difundían en Twitter, detectó la aparición de una sorprendente teoría sobre el origen del coronavirus.  

Zha Liyou, el cónsul general chino en Calcuta, India, tuiteó una afirmación infundada de que el COVID-19 podría haber sido importado a China desde Estados Unidos a través de un lote de langostas de Maine enviadas a un mercado de mariscos en Wuhan en noviembre de 2019. Es la última de una serie de teorías que han sido impulsadas por cuentas pro-China desde el inicio de la pandemia.

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Al indagar un poco más, Schliebs descubrió una red de más de 550 cuentas de Twitter, que compartió con NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo, que difundían un mensaje casi idéntico, traducido a múltiples idiomas -incluidos el inglés, el español, el francés, el polaco, el coreano e incluso el latín- a horas similares todos los días entre las 8 y las 11 de la mañana, hora local de China.

Algunas de las cuentas eran “títeres de calcetín poco sofisticados” con “muy pocos o ningún seguidor”, señaló Schliebs, mientras que otras parecían ser cuentas que alguna vez fueron auténticas pero que habían sido secuestradas y reutilizadas para difundir desinformación. 

“La atribución es realmente difícil”, explicó Schliebs, investigador postdoctoral de propaganda computacional en el Programa de Democracia y Tecnología de Oxford. “Pero podemos ver que hay un esfuerzo coordinado, y que es una narrativa pro-China”, añadió.


Los artículos de los medios de comunicación chinos, compartidos en las redes sociales, han sugerido repetidamente que el coronavirus pudo haberse originado en las importaciones de alimentos congelados.

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El mismo diplomático que Schliebs observó que impulsaba la teoría de la langosta de Maine el mes pasado ya había tuiteado en diciembre la teoría de que el COVID-19 podría haber llegado a Wuhan desde otro lugar a través de la cadena de frío y pidió que se investigara más la afirmación infundada de que el ejército estadounidense estaba implicado en la propagación del virus.

“Esta es la tercera o cuarta redirección diferente que hacen los funcionarios chinos para intentar culpar de alguna manera a Estados Unidos del brote de coronavirus”, señaló Bret Schafer, jefe del equipo de manipulación de la información de la Alianza para la Seguridad de la Democracia, que forma parte de la organización sin ánimo de lucro German Marshall Fund of the United States, sobre los diplomáticos que difunden ese mensaje por cuentas sin verificar.

“Parece burdo y poco sofisticado cuando se observan las cuentas individuales. Pero este tipo de redes están diseñadas para intentar que los temas sean tendencia en las redes sociales", indicó.


“Independientemente de que alguien se trague el bulo de la langosta o que Fort Detrick sea la fuente del coronavirus, al menos está teniendo el efecto de enturbiar la verdad y confundir a la gente”, recordó.

Schliebs compartió con Twitter una hoja de cálculo de las cuentas que parecían no ser auténticas. La plataforma de medios sociales revisó las cuentas y las suspendió en virtud de su política de manipulación de la plataforma y de spam [mensajes con contenido no solicitados, no deseados o con remitente no conocido].

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“Nuestra máxima prioridad es mantener a la gente a salvo, y seguimos vigilando la actividad coordinada en nuestro servicio”, señaló el portavoz de Twitter Marco Bilello.

“Utilizando tanto la tecnología como la revisión humana, abordamos de forma proactiva y rutinaria los intentos de manipulación de la plataforma y los mitigamos a escala actuando sobre millones de cuentas cada semana por violar nuestras políticas en este ámbito", explicó.

Twitter investiga las redes de cuentas no verificadas para ver si puede atribuirlas de forma fiable a una actividad vinculada al estado, dijo la empresa, pero ese proceso puede llevar varios meses. Todavía no ha vinculado esta red a actores estatales chinos.

Debido a la rapidez con la que el equipo de Schliebs identificó la red, el “impacto en el mundo real fue probablemente pequeño”, dijo. “Alertamos a Twitter sobre la red, y rápidamente la suspendieron justo cuando empezaba a ganar tracción, cuando la red estaba en su fase de crecimiento”.

La guerra de las langostas

La industria de la langosta de Maine lleva varios años en el fuego cruzado de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China.

Según los datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, las exportaciones de langostas vivas estadounidenses a China, uno de los principales compradores de productos del mar, se desplomaron en más del 40% en 2019 después de que China impusiera fuertes aranceles a las langostas estadounidenses durante la guerra comercial del expresidente Donald Trump con China.

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Las exportaciones de langostas estadounidenses a China repuntaron en 2020, ya que China alivió las restricciones a la industria. Pero algunos expertos están preocupados por la posibilidad de futuras sanciones a los productos del mar por parte de China.

Una gran langosta en Three Sons Lobster and Fish de Portland, Maine, el 21 de julio de 2012.
Una gran langosta en Three Sons Lobster and Fish de Portland, Maine, el 21 de julio de 2012.Justin Sullivan / Getty Images

En noviembre, China restringió la importación de langostas australianas en medio de una disputa diplomática y comercial que duró un mes. También restringió de manera informal la importación de salmón noruego tras la concesión del Premio Nobel a un activista chino.

Algunos artículos que señalan a las langostas de Maine hacen referencia a un informe de la Organización Mundial de la Salud publicado en marzo, en el que se afirma que el SARS-CoV-2 (Síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2) puede sobrevivir en los productos y envases de la cadena de frío durante mucho tiempo, lo que proporciona una “base científica para la posibilidad” de que las importaciones de la cadena de frío puedan transmitir el virus.

“Las organizaciones de salud pública de todo el mundo han afirmado con rotundidad que los alimentos importados no son la causa del COVID-19”, recordó Tom Adams, propietario de Maine Coast, un proveedor mayorista de langostas de Maine a cuya sede se hizo referencia en algunos de los artículos de los medios de comunicación chinos. “Maine Coast no tiene ninguna información que apoye esta afirmación”, añadió.

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Adams añadió que los rumores infundados no han afectado a su negocio.

Algunos artículos sugieren falsamente que los casos de enfermedad pulmonar identificados por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Maine como causados por los cigarrillos electrónicos pueden haber sido el primer grupo de casos de coronavirus.

El CDC de Maine aclaró que las afirmaciones no tienen ninguna base científica.

“Parece que estas afirmaciones establecen una conexión infundada entre las personas que requirieron tratamiento por problemas pulmonares relacionadas con los cigarrillos electrónicos en un hospital de Maine y el hecho de que las langostas viven en las aguas cercanas a ese hospital. Es una auténtica patraña”, señaló Robert Long, un portavoz del CDC de Maine.

La opinión de China

Kai Yan, portavoz de la embajada china en el Reino Unido, dijo que China se “opone a la fabricación y difusión de desinformación”.

“China es la mayor víctima de la desinformación, y los autores son algunos políticos y medios de comunicación ávidos de atacar a China en Estados Unidos y en algunos otros países occidentales”, dijo Yan.

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Yan añadió que China insta “a todos los miembros de la comunidad internacional a trabajar juntos para oponerse y resistir a esa desinformación, que inevitablemente perturbará la cooperación mundial en la lucha contra la pandemia”.

A pesar de la rápida identificación y suspensión de las cuentas, la misma teoría sigue difundiéndose en Twitter, según Schliebs.

“Lo hemos ralentizado de forma significativa, pero todavía vemos algún esfuerzo coordinado para difundir el mensaje”, señaló Schliebs. “Parece que ahora se están creando cuentas para sustituir a las que fueron retiradas en respuesta a nuestra investigación”, apuntó.