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Un niño de 5 años muere de COVID-19 en Georgia mientras los casos aumentan en todo el país: "Estaba tan sano y feliz"

"Había tenido algún resfriado pero nada más. (El virus) se apoderó de él y se lo llevó. Es una locura", dijo su madrina. El pequeño murió en brazos de su madre en un hospital infantil.

Por Daniella Silva – NBC News

Wyatt Gibson amaba tanto a los superhéroes que siempre llevaba una capa. Wyatt, de 5 años, amaba los caballos, los perros, los árboles, las flores y, en realidad, cualquier otra cosa que lo mantuviera al aire libre. Le encantaba jugar con Legos o bloques, cosas que le permitían construir. Para él, todo era divertido, incluso los viajes al supermercado.

En un video, Wyatt toca una guitarra de juguete mientras lleva puestas unas botas de vaquero, gira en la hierba y canta: "Los amo árboles y pájaros, amo a los burros y amo a los perros".

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La de Wyatt fue una de tantas vidas truncadas por el COVID-19 en las últimas semanas, cuando el número de casos ha aumentado en todo el país, impulsado en gran parte por la propagación de la altamente contagiosa variante delta.

Ahora, una familia del noroeste de Georgia lamenta la pérdida del niño que "trajo alegría a todo", según su madrina.

"Amaba a todos. Quiero decir, nunca conoció a un extraño", dijo entre lágrimas Amanda Summey, la madrina de Wyatt. "Todo era divertido. No importaba lo que fuera. Era el mejor amigo de mi hijo”, agregó.

"Era perfecto. Era absolutamente perfecto", aseguró mientras la voz se le quebraba.

Wyatt murió en brazos de su madre el viernes en un hospital infantil, después de haber enfermado gravemente a causa del coronavirus y haber sufrido un derrame cerebral, según Summey y un comunicado de Andrea Mitchell, la abuela materna de Wyatt.

"¿Habíamos sido tan cuidadosos todo este tiempo (como) para que ahora nos encontrara (el virus)? Estaba luchando por su propia vida", escribió Mitchell. "Su madre, despierta desde hace 4 días, no dejó de animarlo para que siguiera moviéndose, luchando y le rogó que se quedara. Su padre, la columna vertebral de la familia, tosiendo con COVID-19 ahora él mismo, estaba al lado, preocupado en silencio, sin creer lo que estaba viendo," añadió.

Wyatt tenía "toda la vida por delante" para convertirse en quien quisiera ser, dijo Mitchell. "Todo lo que podría haber aportado a este mundo se ha ido ahora", aseguró.

La variante delta representa ahora más del 83% de los casos de COVID-19, según informaron el martes los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés). Los médicos advierten que las poblaciones no vacunadas, incluidos los niños pequeños, se encuentran entre las personas más vulnerables.

Las vacunas contra el COVID-19 han sido autorizadas para su uso de emergencia solo para personas de 12 años en adelante en EE.UU. Hasta el jueves, más de cuatro millones de niños habían sido diagnosticados con COVID-19, alrededor del 14.2% de todos los casos, según la Academia Estadounidense de Pediatría. Casi 340 niños de 17 años o menos han muerto a causa del COVID-19, según los últimos datos de los CDC, aunque las complicaciones graves en los niños siguen siendo muy raras.

Mitchell y Summey describieron a Wyatt como un niño sano antes de que enfermara por el coronavirus. "Estaba tan sano y feliz", dijo Summey. "Había tenido algún resfriado pero nada más. (El virus) se apoderó de él y se lo llevó. Es una locura", añadió.

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La familia tiene el corazón roto, confesó Summey. "Son solo cáscaras de lo que fueron seres humanos. Es como si su alma se hubiera ido", aseguró.

"Todo lo que sabemos es que una luz brillante se ha ido", afirmó Mitchel en su declaración, y agregó que Wyatt ha "dejado arco iris por todas partes para que lo veamos".

"Había tanta vida en este niño de 5 años. Tanta alegría. Así que quizá no sea la cantidad de vida lo que extrañaremos. Sino la calidad de vida. Era pura felicidad", aseguró.