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La prueba rápida casera de COVID-19 es un indicio claro de si todavía puede infectar a otros, dicen expertos

Aunque una persona haya cumplido los cinco días de aislamiento recomendados, una prueba de antígenos positiva indica que es muy probable que aún tenga suficiente carga viral como para contagiar. Estas son todas las pautas para saber cuándo ya está fuera de riesgo. 

Por Rae Ellen Bichell, Kaiser Health News - NBC News

¿Qué significa si el resultado de la prueba rápida de antígenos del COVID-19 de una persona da positivo después de cinco días de aislamiento? Según los expertos, lo más probable es que esa persona todavía tenga una carga viral lo suficientemente alta como para infectar a otros.

“Cada vez que da positivo en una de estas pruebas rápidas en el hogar, significa que todavía tiene un nivel muy alto de la proteína viral, y la mayoría de los expertos lo interpretan como un alto nivel de virus presente en su nariz”, dijo Matthew Binnicker, director de virología clínica de la Clínica Mayo y presidente de la Sociedad Panamericana de Virología Clínica.

La Administración de Joe Biden está comprando mil millones de pruebas rápidas de antígenos para enviar a los hogares estadounidenses, con el objetivo de abordar la necesidad de aumentar la detección del virus y aliviar la escasez de pruebas en todo el país. Esa afluencia de pruebas se produce inmediatamente después de que las autoridades federales revisaran sus pautas y acortaran el período de aislamiento a cinco días después de que comenzaron los síntomas o una prueba positiva, tras lo cual se debe utilizar mascarilla por otros cinco días. 

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Una mujer gotea una solución en el casete de prueba de antígeno después de realizar una prueba rápida del COVID-19.
Una mujer gotea una solución en el casete de prueba de antígeno después de realizar una prueba rápida del COVID-19.picture alliance / dpa/picture alliance via Getty I

Es ampliamente conocido que las pruebas de PCR, las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa altamente sensibles que detectan material genético viral, pueden detectar virus “muertos” (material que no es capaz de replicarse) y arrojar un resultado positivo durante semanas después de la recuperación, incluso cuando la persona que está siendo examinada ya no es contagiosa.

Pero los infectólogos dicen que es poco probable que ese sea el caso de las pruebas rápidas de antígenos, que detectan ciertas proteínas en el virus y producen resultados en 30 minutos; y que ahora están en camino a los hogares de Estados Unidos.

Las probabilidades son muy escasas, fuera de un entorno de laboratorio, de que alguien que obtenga un resultado positivo en una prueba rápida de antígeno sea una persona no contagiosa que tenga grandes cantidades de virus muertos, dijo Kelly Wroblewski, directora de programas de enfermedades infecciosas de la Asociación de Laboratorios de Salud Pública.

Hay varias razones. En primer lugar, según la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, “una gran ventaja” de las pruebas rápidas de antígenos es que son herramientas un tanto contundentes para detectar el virus. Por lo tanto, un resultado positivo tiende a significar que la persona tiene una carga viral alta, especialmente si aparecieron síntomas.

En segundo lugar, se necesita una cantidad sustancial de material del virus para que esta prueba de positivo, por lo que una persona necesitaría tener un nivel elevado de virus muerto en la nariz o la garganta para que de positivo y, por lo general, eso también indica que hay en contraparte una alta cantidad virus vivo. 

En tercer lugar, incluso si alguien tuviera un alto nivel sólo de virus muertos, la cantidad por sí sola no sería suficiente para desencadenar una prueba positiva: las proteínas virales tienden a perder su forma después batallar con el sistema inmunológico, lo que puede hacerlas indetectables por este tipo de pruebas. 

En un entorno de laboratorio, una prueba rápida de antígeno podría detectar fragmentos de virus “muertos”, dijo el doctor Sam Domínguez, médico pediátrico de enfermedades infecciosas y director médico del laboratorio de microbiología de Children’s Hospital Colorado.

Científicos que llevan adelante investigaciones financiadas con fondos federales hicieron exactamente eso para verificar si las pruebas rápidas de antígenos funcionarían tan bien con la variante ómicron como lo hicieron en otras variantes del coronavirus. Sin embargo, dijo Domínguez, las probabilidades de que el virus muerto, y solo el virus muerto, desencadenen una prueba de antígeno positiva en un ser humano en lugar de una placa de Petri son bajas.

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A diferencia de lo que ocurre en un laboratorio, el cuerpo humano no está intentando desactivar los virus cuando está siendo atacado. Está tratando de destruirlos, con proteínas y todo. “El ARN puede durar más que las proteínas”, dijo Wroblewski, pero ninguna de las sustancias realmente es robusta. Incluso para los científicos es un arte mantener intactas las proteínas después de inactivar el virus.

“No es fácil”, dijo la doctora Izabela Ragan, científica veterinaria de la Universidad Estatal de Colorado que se ha especializado en virología humana y que ha trabajado durante aproximadamente dos años en el desarrollo de una vacuna contra el SARS-CoV-2. Su trabajo consiste en matar el virus mientras mantiene en forma sus proteínas.

La confusión sobre cómo interpretar los resultados de las pruebas se debe en gran medida a este enigma: si bien hay una gran cantidad de opciones de pruebas disponibles, no existe una forma infalible de evaluar si una persona es realmente contagiosa.

“Ojalá lo hubiera”, dijo Binnicker. “No hay ninguna prueba que tengamos para saber si una persona puede infectar a otra”, señaló. 

La mejor opción es tomar la muestra de un paciente, colocarla en un plato de células vivas prósperas y ver qué sucede con las células sanas. Si hay un virus vivo, dijo Dirk Dittmer, virólogo de la Universidad de Carolina del Norte-Chapel Hill, “entonces las células morirían, al igual que morirían las células pulmonares de su cuerpo”. Pero el meticuloso proceso lleva unos tres días y solo se puede realizar en laboratorios autorizados para manejar dichos patógenos, lo que lo hace poco práctico.

En cambio, las pruebas más ampliamente disponibles se basan en métodos totalmente diferentes. Se dividen en dos categorías, típicamente llamadas pruebas moleculares y pruebas de antígenos.

Las pruebas moleculares, incluida la PCR, buscan fragmentos específicos del ARN del virus. Con la excepción de algunas opciones de venta libre, las pruebas se procesan en un laboratorio. Son capaces de detectar pequeños fragmentos del material genético del virus copiando lo que sea que esté flotando en la muestra de una persona una y otra vez, amplificándolo “de un millón a un billón de veces”, dijo la doctora Marie Louise Landry, directora del Laboratorio de Virología Clínica del Hospital Yale New Haven. Por eso, explicó, “la PCR puede detectar niveles muy bajos de ARN viral durante semanas e incluso meses después de la infección, cuando el paciente ya no contagia”, explicó. 

Las pruebas rápidas de antígeno, por otro lado, buscan proteínas virales en lugar del material genético del virus. Muchos de ellos buscan proteínas de la nucleocápside o “N”, que abundan en las células infectadas y forman una cápsula protectora alrededor del material genético del virus. A diferencia de las pruebas moleculares, las pruebas rápidas de antígenos funcionan solo con lo que está disponible, sin necesidad de copiar ni amplificar. Estas pruebas arrastran la muestra de una persona a través de una hoja de papel especial que contiene una cerca de anticuerpos diseñados para agarrar las proteínas N del virus. Si suficientes proteínas se enganchan en la cerca, aparecerá una línea de color visible.

“Incluso las moléculas individuales pueden hacer que una PCR sea positiva”, dijo el Dr. Michael Mina, un epidemiólogo que ha sido un defensor de las pruebas rápidas durante la pandemia y ahora es director científico de la compañía de atención médica eMed. Sin embargo, agregó, se necesitan “alrededor de 100,000 a 1,000,000 de moléculas para que la prueba rápida de antígeno sea positiva”.

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Pero, ¿qué pasa con la recomendación oficial de que las personas con COVID-19 deben aislarse durante cinco días en casa, seguidos de cinco días de uso de mascarilla? Los datos del mundo de los deportes, donde abundan los recursos y los métodos de prueba, ofrecen una idea de cuán variable podría ser ese período de infecciosidad.

Un estudio preliminar de jugadores y empleados de la NBA encontró que entre 70 personas infectadas con ómicron, en el día 5 después de su primera prueba positiva, alrededor del 40% probablemente todavía eran contagiosos.

“Lo que recomendamos es que entre los días 5 y 10, se pueda realizar una prueba de antígeno. Si es positivo, te quedas aislado hasta el día 10”, dijo Binnicker.

La especialista en asuntos públicos de los CDC, Jasmine Reed, dijo que el mejor enfoque es usar una prueba de antígeno hacia el final del período de aislamiento de cinco días si los síntomas de la persona han mejorado. “Si el resultado de su prueba es positivo, debe continuar aislándose hasta el día 10”, dijo.

Wroblewski dijo que un indicador importante del contagio es el más simple: cómo se siente alguien.

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“Si tienes fiebre alta y tos, no vayas a ver a la gente. Siento que de alguna manera olvidamos esa parte”, dijo. “No pongamos tanto énfasis en la prueba y la técnicsa que nos olvidemos de las prácticas básicas de control de infecciones: que si estás enfermo, quédate en casa”.


KHN (Kaiser Health News) es una sala de redacción nacional que produce periodismo en profundidad sobre temas de salud. Junto con Policy Analysis and Polling, KHN es uno de los tres principales programas operativos de KFF (Kaiser Family Foundation). KFF es una organización sin fines de lucro que brinda información sobre temas de salud a la nación.