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¿Por qué los niños necesitan la vacuna contra el COVID-19?

El coronavirus causa una enfermedad menos grave en los niños, pero los expertos dicen que sigue siendo importante que se inmunicen una vez que las vacunas estén disponibles.

Por Kaitlin Sullivan - NBC News

El voto de un comité asesor de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) el martes para recomendar la autorización de uso de emergencia de una vacuna contra el COVID19 de dosis más baja para para niños de 5 a 11 años significa que la autorización podría llegar tan pronto como la próxima semana. Sin embargo, sólo una minoría de los padres dicen que planean vacunar a sus hijos.

Una encuesta de la Kaiser Family Foundation publicada el jueves reveló que menos del 30% de los padres de niños de 5 a 11 años tienen previsto vacunar a sus hijos. Otro tercio de los padres reveló de que piensa esperar a ver cómo funciona la vacuna fuera de los ensayos clínicos, y aproximadamente otro tercio no piensa vacunar a sus hijos contra el COVID-19 en absoluto. 

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Sin embargo, los expertos afirman que vacunar a los niños es un paso importante para ayudarles a volver a la normalidad. Aun así, muchos reconocen que la decisión para los padres puede ser difícil, dada la novedad de la vacuna, así como los efectos menos graves de la enfermedad en los niños en comparación con los mayores.

“Sabemos que es más leve, sabemos que [a los niños] no les afecta tanto como a los adultos mayores”, señaló el jueves el doctor Buddy Creech, experto en enfermedades infecciosas pediátricas del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee, al corresponsal médico senior de nuestra cadena hermana NBC News, el doctor John Torres. “Pero también reconocemos que hay una carga de infección en los niños. Y ahora tenemos una herramienta para prevenirla”, añadió.

La semana pasada, Pfizer-BioNTech informó de que su vacuna era un 91% eficaz contra la enfermedad sintomática en niños de 5 a 11 años. 

“Sabemos que la enfermedad es un problema, casi dos millones de niños [de 5 a 11 años] se han infectado... Se sabe quién es el villano, así que la cuestión es si la vacuna es la buena”, opinó el doctor Paul Offit, director del Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital Infantil de Filadelfia y miembro del comité asesor de la FDA.

Está seguro de que la respuesta a esa pregunta es “sí”. 

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Offit fue uno de los 17 miembros del comité asesor que votó a favor de autorizar la vacuna de Pfizer-BioNTech, al igual que la doctora Amanda Cohn, jefa médica de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés).

Mientras sopesaba los beneficios y los riesgos de la vacuna durante la reunión, Cohn reconoció los desafíos.

“Cuando hablamos de niños, no aceptamos las muertes y los resultados graves de la misma manera que aceptamos hasta cierto punto en los grupos de mayor edad, pero tampoco aceptamos el riesgo asociado a una vacuna", apuntó.

Los casos entre los niños siguen siendo elevados

Los datos nacionales muestran que las nuevas infecciones en niños alcanzaron su punto máximo a principios de septiembre y han ido disminuyendo desde entonces.

Según el informe más reciente de la Academia Americana de Pediatría, la semana del 14 de octubre se reportaron 118,000 contagios en niños, lo que “sigue siendo un número extremadamente alto de niños recién diagnosticados”.

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En las últimas seis semanas se han reportado más de un millón de casos pediátricos y una cuarta parte de las infecciones recientes se han producido en niños. 

Mientras que las cifras nacionales tienden a la baja, algunos estados, como Colorado, Michigan y Minnesota, se encuentran en medio de un pico de otoño. La transmisión comunitaria también sigue siendo alta en los 50 estados. 

“Aunque las cifras están bajando en muchas zonas -y nos alegramos de ello-, el coronavirus no va a desaparecer. Es más probable que siga siendo uno de los virus que continúan circulando, como la gripe”, señaló la doctora Anna Sick-Samuels, profesora adjunta de enfermedades infecciosas pediátricas en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. Añadió que el número de niños hospitalizados suele ser proporcional al número de casos en la comunidad. 

Bridgette Melo, de 5 años, recibe una pinchazo de una de las dos dosis reducidas de la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer-BioNtech durante un ensayo en la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, el 28 de septiembre de 2021.
Bridgette Melo, de 5 años, recibe una pinchazo de una de las dos dosis reducidas de la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer-BioNtech durante un ensayo en la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, el 28 de septiembre de 2021.SHAWN ROCCO/DUKE UNIVERSITY / via REUTERS

En la reunión del martes, varios miembros del comité hicieron hincapié en los enormes riesgos asociados a la enfermedad en comparación con otras enfermedades infecciosas, destacando la necesidad de una vacunación generalizada entre los niños. 

“Vacunamos de forma rutinaria contra un par de enfermedades prevenibles por vacunación evitando muchas muertes y hospitalizaciones e ingresos en la UCI”, apuntó Cohn. “No queremos que los niños mueran, aunque sean muchos menos niños que adultos, y no queremos que estén en la UCI”, agregó.

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Casi 2,670 niños de entre 5 y 17 años han sido hospitalizados debido a la pandemia, según los CDC, y hasta mayo, el COVID-19 era la octava causa de muerte de niños de entre 5 y 11 años. 

El coronavirus se compara a menudo con la gripe, pero entre los niños hospitalizados puede ser más grave. 

La duración media de la estancia entre los niños hospitalizados con gripe fue de dos días, frente a los tres días con COVID-19, que además tenían más probabilidades de ser ingresados en la unidad de cuidados intensivos, según declaró el martes la doctora Fiona Havers, médica de la división de enfermedades víricas de los CDC, durante una presentación ante el comité de la FDA. Al igual que los adultos, los niños hospitalizados con coronavirus pueden necesitar apoyo de oxígeno e incluso respiradores.

Los niños que son hospitalizados con coronavirus tienden a tener afecciones subyacentes, como la obesidad y la diabetes, según Sick-Samuels. 

Pero hay una complicación por COVID-19 que parece contradecir esa tendencia: el MIS-C, o síndrome inflamatorio multisistémico en niños. El MIS-C es una complicación poco frecuente pero potencialmente mortal de la enfermedad que provoca una respuesta inmunitaria hiperactiva que ataca al organismo del niño. 

Más de 5,200 de los 6.2 millones de niños estadounidenses a los que se les ha diagnosticado coronavirus han desarrollado MIS-C, y la afección es más común entre los niños de 6 a 11 años.

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La mayoría de los niños que desarrollan MIS-C no tenían afecciones preexistentes y estaban sanos. 

“En ese sentido es aleatorio. Puede hacer que un niño previamente sano se ponga extremadamente enfermo”, apuntó Sick-Samuels.

Las repercusiones de la pandemia van más allá de la enfermedad. El bienestar del desarrollo de los niños también debe formar parte del debate. Las vacunas pueden ayudar a mantener a los niños en la escuela y en actividades extracurriculares que son cruciales para su desarrollo”.

Creech se hizo eco de ello. 

“Creo que la mayoría de nosotros, como padres, queremos que nuestros hijos vayan a la escuela, no queremos tener que llevarlos a casa para que se confinen cada dos semanas y hacerles constantes pruebas nasales de de virus”, señaló. “Y por eso, tener una estrategia preventiva para este grupo de edad es realmente importante. Y queremos hacerlo de forma segura. Por supuesto, queremos hacerlo de forma eficaz”, añadió.

¿Cuáles son los riesgos de la vacuna?

Los asesores expertos de la FDA dejaron claro durante la reunión del martes que no se tomaron a la ligera la decisión de recomendar la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer para los niños, y que estaban considerando cuidadosamente los riesgos. 

La principal preocupación de los asesores de la FDA era el riesgo poco frecuente de una afección cardíaca inflamatoria denominada miocarditis. Se ha documentado como un efecto secundario infrecuente en grupos de edad ligeramente superiores, en particular en varones menores de 30 años.

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No se observaron casos de miocarditis en el ensayo clínico de Pfizer entre niños de 5 a 11 años, aunque la FDA dijo que el ensayo no era lo suficientemente grande como para detectar efectos secundarios muy raros.

Offit, del Hospital Infantil de Filadelfia, reconoció que el riesgo de miocarditis tras la vacunación está en la mente de muchos padres, pero dijo que le preocupa menos la afección en niños que aún no han pasado por la pubertad. 

“Tenemos este raro efecto secundario de la miocarditis en los adolescentes mayores y en los adolescentes, que utilizan una formulación diferente de la vacuna”, apuntó, refiriéndose a la dosis más baja de la vacuna para los niños más pequeños. “La miocarditis parece ser menos común en el grupo de 5 a 11 años, y se administra una dosis más baja de 10 miligramos en lugar de 30 miligramos”, recordó.

La miocarditis también puede ser causada por el propio COVID-19. Un estudio de los CDC publicado en septiembre reveló que los niños menores de 16 años infectados tenían 37 veces más probabilidades de desarrollar esa enfermedad que sus compañeros no infectados. Según Offit, la miocarditis inducida por la vacuna es tan diferente de los casos clásicos que debería llamarse de otra manera. 

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“En la miocarditis clásica, el virus entra en las células del corazón y lo destruye, pero esto no es así. Es clínicamente muy diferente y mucho más leve”, explicó.