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Cómo un tuit falso impulsó una campaña de acoso contra una doctora de Miami

Una comunidad antivacunas agresiva y politizada utiliza nuevas tácticas para difamar. A Natalia Solenkov le atribuyeron una falsa publicación que llegó al podcast de Joe Rogan.

Por Brandy Zadrozny - NBC News

Cuando la doctora Natalia Solenkova se despertó el lunes 2 de enero por la mañana, se encontró una avalancha de notificaciones de la red social Twitter en su teléfono celular. La médica de cuidados intensivos, residente de Miami, tenía cientos de nuevos seguidores que, junto con miles de usuarios, estaban enojados con ella.

En comentarios y mensajes directos en esa red y otras, le exigían explicar por qué había borrado un tuit que decía: “Nunca me arrepentiré de la vacuna. Incluso si resulta que me inyecté veneno real y solo me quedan días de vida. Mi corazón y está en el lugar correcto. Me vacuné por amor, mientras que los antivacunas lo hicieron todo por odio. Si tengo que morir por mi amor al mundo, que así sea. Pero nunca me arrepentiré ni me disculparé por ello”.

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Solenkova no había borrado el tuit. De hecho, ni siquiera lo había escrito. Es lo que los investigadores de la desinformación llaman “falsificación barata”, un término para una publicación falsa, como una imagen o un video, que requiere poco esfuerzo para producir.

Alguien había alterado una de las publicaciones de Solenkova para retratarla con un fanatismo ciego, incluso letal, por las vacunas contra el COVID y de paso difamar a activistas contra las vacunas.

En los días siguientes, a pesar de las protestas de Solenkova y las súplicas a Twitter para eliminar la imagen, el tuit falso se volvió viral entre los usuarios de derecha en Internet y serviría como alimento para un movimiento antivacunas popular y cada vez más rabioso.

El tuit falso incluso llegó al popular podcast de Joe Rogan, quien luego se disculpó por comentarlo.

Solenkova sabía lo que vendría después: una ola de acoso. No le prestó mucha atención a los comentarios y mensajes que decían que era una doctora terrible, que no debería estar ejerciendo, que estaba asesinando personas. Ignoró los odiosos mensajes directos en sus cuentas personales y privadas.

Una protesta anti-vacunas en la ciudad de Nueva York, el 7 de febrero del 2022. Los grupos que se oponen a las vacunas del COVID-19 han utilizado diversas tácticas y campañas de desinformación para desacreditar la efectividad de la vacunación.
Una protesta anti-vacunas en la ciudad de Nueva York, el 7 de febrero del 2022. Los grupos que se oponen a las vacunas del COVID-19 han utilizado diversas tácticas y campañas de desinformación para desacreditar la efectividad de la vacunación. Yuki Iwamura / AP

“A propósito, no pasé mucho tiempo leyéndolos, porque solo quería encontrar el tuit original y eliminarlo”, dijo, “esta vez no me encontré con amenazas de muerte, pero no las ando buscando”.

Solenkova, como muchos otros profesionales médicos, se había convertido en una figura pública menor durante la pandemia. Antes del tuit falso, la doctora había conseguido 30,000 seguidores en Twitter al informar con frecuencia sobre lo que veía en su trabajo en sitios mal atendidos durante la pandemia. También usó su cuenta para desacreditar la información errónea sobre el COVID, las vacunas y las curas no probadas.

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“Empecé a tuitear porque la gente se estaba muriendo y los hospitales no estaban preparados”, dijo, “y luego la desinformación se volvió rampante”.

A pesar del éxito abrumador de las vacunas contra el COVID, que han evitado millones de infecciones graves y muertes, la comunidad anti vacunas, agresiva y politizada, ha perseverado.

El acoso en línea se ha vuelto cada vez más común para los médicos durante la pandemia, según Ali Neitzel, médico que estudia la desinformación.

“Apuntar a médicos individuales es una táctica bien conocida”, dijo Neitzel. “Pero esta falsificación barata, y tratar de incriminar a una médica que está haciendo un trabajo de apoyo no remunerado, es caer aún más bajo”, agregó.

Neitzel cree que el uso de tuits falsos como el que se utilizó contra Solenkova es una señal de desesperación entre los activistas anti vacunas que han luchado por promover una narrativa falsa para convencer a las personas de que las vacunas no son seguras.

“Y demonizar a una médica que habla con franqueza les da el enemigo que están buscando”, dijo.

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Hubo indicios obvios de que el tuit atribuido a Solenkova era falso, probablemente fabricado con un generador de tuits. No solo el mensaje era absurdo, sino que la fuente (de las letras) era incorrecta y tenía 53 caracteres por encima del límite de 280 de Twitter.

Uno de los primeros tuits con la imagen manipulada fue publicado el 1 de enero en la noche por Paul Ramsey, un blogger de Oklahoma y orador frecuente en conferencias de supremacistas blancos que se hace llamar Ramzpaul. Ramsey agregó un comentario diciendo: “COVID realmente era un culto”.

La doctora Natalia Solenkova trabaja en medicina ambulatoria en Miami.
La doctora Natalia Solenkova trabaja en medicina ambulatoria en Miami.Cortesía de Natalia Solenkova.

En un correo electrónico enviado el viernes en respuesta a una consulta de NBC News, Ramsey dijo que se encontró por primera vez con el tuit falso en otro sitio web.

“Respondo a los tuits que veo en varios foros de mensajes y grupos de noticias. Si me entero de que el tuit no es legítimo o es una sátira, lo borro”, escribió. El tuit de Ramsey fue borrado segundos después.

Para el miércoles, el tuit falso se había vuelto viral, republicado por cuentas populares que obtuvieron millones de visitas y cientos de miles de 'me gusta' y 'compartidos'.

Ian Miles Cheong, un comentarista derechista de Twitter a quien el dueño de la red social, Elon Musk, responde con frecuencia, lo compartió y agregó: “Ella borró el tuit. Me pregunto por qué.” Sin embargo, Cheong luego eliminó su tuit.

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Jenna Ellis, comentarista política de derecha y exabogada del expresidente Donald Trump en su intento por anular las elecciones de 2020, lo tuiteó con el comentario: “Justificación delirante”.

En respuesta a los mensajes de acoso, Solenkova hizo lo que pudo para detener la bola de nieve y cambió su cuenta de Twitter a privada. Pero algunos no lo tomaron como evidencia de que una publicación falsa estaba causando daño, sino como prueba de que el tuit era auténtico.

“Al principio, pensé que tenía que ser una cuenta de parodia”, tuiteó el abogado canadiense y YouTuber David Freiheit. “Luego fui a ver su perfil y sus tuits estaban protegidos, lo que indica que no era una parodia. ¡Y ahora estoy bloqueado, confirmando que no fue una parodia!”, escribió.

Solenkova dijo que reportó repetidamente los tuits a Twitter y pidió a sus 30,000 seguidores que hicieran lo mismo. Las respuestas de Twitter compartidas con NBC News muestran que la compañía determinó que los tuits no violaban sus políticas. “Para que una cuenta viole la política, debe representar a otra persona o empresa de manera engañosa o errónea”, decía el mensaje.

Los críticos han cuestionado la capacidad de la Twitter para detener la desinformación, el odio y la suplantación de identidad en la plataforma. La empresa no respondió a una solicitud de comentarios sobre la experiencia de Solenkova. Ella Irwin, vicepresidenta de confianza y seguridad de Twitter, tampoco respondió a un correo electrónico solicitando comentarios.

Para el 4 de enero, el tuit falso había llegado al podcast de Spotify “The Joe Rogan Experience”, que transmitió un segmento de 11 minutos donde lo analizaba y lo mostraba al público.

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“Es una perspectiva fascinante”, dijo Rogan a su invitado, Bret Weinstein, exprofesor de biología en el Evergreen State College de Washington, que ha promovido curas no probadas contra el COVID-19, incluida la ivermectina.

“La opinión de esta mujer sobre esto es la encapsulación perfecta de la captura ideológica que se ve en las redes sociales”, dijo Rogan.

El jueves, Rogan eliminó temporalmente el episodio y explicó en Twitter que lo habían engañado. “Mis más sinceras disculpas a todos, especialmente a la persona que vivió el engaño”, tuiteó.

El episodio se publicó de nuevo sin la discusión del tuit falso.

Weinstein escribió en un tuit que sacar el episodio era la única forma de “proteger a la persona que estaba siendo suplantada”. Aún así, los videos del segmento permanecen en línea, publicados por cuentas no asociadas con Rogan. Uno de los videos en Twitter ha sido visto más de 5 millones de veces.

El publicista de Rogan no respondió a una solicitud de comentarios. Weinstein tampoco respondió a una solicitud similar.

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“Pasas 11 minutos masacrando mi nombre, mostrando mi foto, y luego la gente me busca en Google”, dijo Solenkova, y agregó que temía por el impacto duradero que la falsificación y su amplificación podrían tener en su carrera como médica ambulante.

“Estoy haciendo lo mejor que puedo”, dijo, “solo sé que no escribí esto. Pero, ¿aparecerá en una queja ante una junta médica? ¿En mis resultados de Google? Trato de mantener la calma y pensar, ‘se comportaron como idiotas y Twitter perdió credibilidad’, pero la gente necesita saber que esto nos puede pasar a cualquiera”.