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Lo que debemos saber sobre la vacuna del COVID-19 para niños de 12 a 15 años

La vacuna es segura para los menores, quienes pueden contribuir a la inmunidad colectiva. Además, ya no tienen que esperar 14 días para recibir sus inmunizaciones de rutina contra otras enfermedades.
/ Source: Telemundo

Por Carmen Heredia Rodríguez - Politifact

Las autoridades sanitarias han aprobado el uso de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 para niños de 12 a 15 años. Estos menores pueden recibir la vacuna de dos dosis sin un período de espera antes o después para otras vacunas rutinarias, lo que brinda a los padres la oportunidad de inmunizar a sus hijos de cara a los campamentos de verano o para regresar a las clases presenciales en el otoño. En este momento, Pfizer y otras compañías farmacéuticas están realizando ensayos para comprobar la eficacia de las vacunas en los niños más pequeños.

La autorización de la vacuna Pfizer para preadolescentes y adolescentes agregó casi 17 millones de personas al grupo de elegibles para ser inmunizados contra el COVID-19. Esto ayuda a que la población vacunada esté más cerca de la inmunidad colectiva. Las farmacéuticas Moderna y Johnson & Johnson también están probando la eficacia de sus vacunas en adolescentes y niños.

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Aunque los niños parecen contraer COVID-19 con menos frecuencia y desarrollan síntomas más leves que los adultos, pueden desarrollar una respuesta inflamatoria rara pero grave o padecer síntomas duraderos. También queda por ver qué efectos a largo plazo, si los hay, pueden experimentar los pacientes más jóvenes por COVID-19.

La proporción de contagios entre niños y adolescentes está aumentando: casi una cuarta parte de los nuevos casos semanales de COVID-19 se encontraron en esta población, según informaron el 6 de mayo la Academia Estadounidense de Pediatría y la Asociación de Hospitales de Niños.

Y aunque los niños tienen menos probabilidades de enfermar gravemente, ellos aún pueden representar un riesgo de infección para las personas vulnerables que los rodean, porque es posible que ni siquiera sepan que son portadores del virus, como documentaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

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La doctora Margaret Stager, pediatra y directora de la división de medicina adolescente en el MetroHealth Medical Center de Cleveland, cuenta que ha tenido que explicar a sus pacientes jóvenes que vacunarse ayudaría a su comunidad a frenar la propagación del virus, reducir el riesgo de variantes y contribuyen a la reapertura de las actividades usuales. 

"Hablo de que ellos hagan su parte", dijo, "que contribuyan al bien común". 

Vacunación simultánea 

Los CDC recomendaron el 12 de mayo el uso de la vacuna Pfizer para niños de 12 a 15 años después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) extendiera su autorización de emergencia para incluirlos en el proceso de vacunación. Ellos ahora pueden recibir las mismas vacunas en el mismo período de tiempo (con 21 días de diferencia) que los adultos. 

Contrario a lo que se recomendaba anteriormente, los adolescentes y adultos ya no necesitan esperar 14 días antes o después de recibir la inyección de COVID-19 para recibir una vacuna por otra afección. Esto podría ser una bendición para los proveedores de atención médica que tienen pacientes infantiles que se retrasan en otras vacunas de rutina, lo que ha sido un problema persistente durante la pandemia.

"Es una gran oportunidad para ponerse al día", dijo Stager.

Funcionarios de los CDC señalaron el 12 de mayo que no tienen datos que analicen específicamente los potenciales efectos secundarios en pacientes inmunizados al mismo tiempo contra COVID-19 y otras enfermedades. Sin embargo, la agencia federal tomó la decisión de recomendar la vacuna debido a los sólidos datos de seguridad de la inyección de Pfizer y la experiencia previa con otras vacunas.

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Esta pregunta se volverá más importante a medida que se estudien las vacunas del COVID-19 en niños más pequeños. Se planean ensayos para probar la vacuna en niños de hasta 6 meses de edad.

Al igual que en los adultos, aún se desconoce cuánto dura la inmunidad en los niños, dijo Rebecca Wurtz, profesora de enfermedades infecciosas en la Universidad de Minnesota. Sin embargo, dijo, es probable que cualquier disminución de la inmunidad que se detecte en adultos también se observe entre los jóvenes.

"Lo que sea que aprendamos en los adultos", dijo Wurtz, "los niños no se quedarán atrás".

Está por verse si la aprobación de emergencia de la vacuna llevará a las escuelas a exigir la vacunación contra COVID-19 para los estudiantes que regresen a las aulas este otoño, dijo Stager. No está claro si la ley federal permite a las autoridades estatales imponer una vacuna que aún no ha sido completamente aprobada. Dicho esto, la aprobación del gobierno probablemente también influirá en las decisiones de los padres de si envían a sus hijos a un campamento de verano.

¿Qué se encontró en los ensayos?

Pfizer probó la vacuna en 2,260 niños y adolescentes jóvenes que viven en Estados Unidos. Los investigadores siguieron a los participantes durante dos meses o más, dijo la FDA. El protocolo clínico de Pfizer dice que la compañía continuará siguiendo a los participantes durante dos años después de la segunda dosis.

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Los resultados muestran que la vacuna es segura en en los niños y adolescentes, causando efectos secundarios similares a los observados en los adultos jóvenes, para quienes ya había sido aprobada, según un comunicado de prensa de la FDA. Los vacunados también produjeron una fuerte respuesta inmunitaria: el nivel de anticuerpos registrado en este grupo de edad fue incluso más fuerte que el observado en los jóvenes de 16 a 25 años.

El grupo vacunado tampoco tuvo casos de COVID-19 cuando se evaluó siete días después de su segunda dosis. Dieciséis participantes de 978 que no recibieron la vacuna pero fueron seguidos como parte del grupo de control del estudio dieron positivo por el virus. Es decir, la vacuna fue 100% efectiva para prevenir el COVID-19, según la FDA.

¿Por qué tan pocos niños?

Un dato que puede hacer dudar a los padres es el número de participantes del ensayo. La cantidad es relativamente baja, especialmente si se compara con las decenas de miles de personas inscritas en ensayos de adultos. Pero es un reflejo de lo que los investigadores estaban tratando de lograr, explicó Kawsar Talaat, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins.

Calcular si la inyección era segura para los niños y si generaba una fuerte respuesta inmunitaria no requería un gran grupo de estudio, dijo. Los estadísticos pueden calcular cuántas personas necesita un ensayo para generar resultados significativos sin exponer innecesariamente a las personas a patógenos peligrosos como el coronavirus.

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Además, los hallazgos sobre al grupo de edad más joven se desarrollaron sobre lo que ya se aprendió en estudios anteriores.

"Simplemente no es práctico hacer pruebas con 30,000 personas una y otra vez con la misma vacuna", dijo Talaat. Los ensayos grandes son costosos, agregó. Incluir a los menores también plantea desafíos adicionales, como obtener el consentimiento de los padres, explicó la doctora Stager. 

Jerica Pitts, portavoz de Pfizer, dijo en un correo electrónico que la compañía está utilizando un "enfoque cuidadoso y escalonado" para incluir a menores en los ensayos clínicos.

La doctora Stager dijo que las similitudes fisiológicas entre niños de 12 a 15 años en respuesta a las vacunas ya se han documentado. Los estudios relacionados con una vacuna para el virus del papiloma humano han demostrado que los niños de esta edad también generan respuestas inmunes fuertes y similares a las de los adultos.

Administrar la vacuna a un gran número de niños y adolescentes jóvenes puede revelar efectos adicionales que no se detectaron en los ensayos clínicos, dijo A. Oveta Fuller, profesor de microbiología e inmunología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan.

Pero, al sopesar la amenaza del virus con la seguridad demostrada de la vacuna, la elección es clara, dijo Fuller. 

"El peligro no son tanto las vacunas sino contra lo que protegen", concluyó Fuller.