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“La primera vez teníamos excusa. El resto de muertes se podían haber reducido considerablemente”

Científicos que trabajaron con Trump denuncian sus interferencias políticas en la crisis del coronavirus y las consecuencias que tuvieron. Biden crea un grupo de trabajo para investigarlas.
/ Source: Telemundo

Amenazas de muerte, negación de la emergencia, conversaciones "incómodas", teorías conspirativas y cientos de miles de muertes que quizá pudieron evitarse. Seis exfuncionarios de salud durante la Administración de Donald Trump relataron en un documental emitido este domingo por la cadena CNN cómo vivieron (y sufrieron) la gestión del coronavirus en los peores meses de la pandemia, cuando las primeras olas sacudían el país, paralizaron la economía y reinaba la incertidumbre.

Quizá en respuesta a las graves acusaciones vertidas en estas entrevistas, el Gobierno de Joe Biden ha informado este lunes en una carta a los líderes de todas las agencias federales sobre la formación de un grupo de trabajo para identificar e investigar la gestión y las supuestas interferencias políticas del expresidente sobre el equipo científico del Gobierno durante la pandemia.

Trump minimizó durante meses la pandemia, e incluso ha admitido que lo hizo a sabiendas de la gravedad real de la enfermedad, es decir, mintiendo cuando había millones de vidas en juego. Se pronunció con frecuencia de manera despectiva o sin fundamento sobre las recomendaciones de los científicos, incluso de aquellos al servicio de la Casa Blanca, menospreciando el uso de las mascarillas o asegurando que la crisis terminaría cuando llegase el calor en verano. Para el 19 septiembre ya habían fallecido más de 200,000 personas. Poco más de dos semanas después, Trump anunció su positivo en octubre y terminó ingresando en un hospital militar donde se recuperó, pero sin que los médicos informaran de la gravedad real de su situación. 

El país ya supera las 550,000 muertes por coronavirus, según la cadena NBC News.

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"Sabemos que hubo intentos flagrantes de distorsionar, de seleccionar y ignorar a la ciencia; lo vimos en múltiples agencias", afirmó Jane Lubchenco, subdirectora de Clima y Medio Ambiente en la oficina de ciencia de la Casa Blanca.

Alondra Nelson, subdirectora de la Oficina Científica de la Casa Blanca, explicó que los investigadores del Gobierno revisarán las “políticas de la era Trump que anteponían la política", pero, aunque la investigación revele casos de manipulación, será difícil que nadie rinda cuentas. 

"El objetivo no será mirar hacia atrás. Será intentar implementar prácticas y políticas que eviten que todo lo que pueda descubrirse vuelva a suceder”, señaló Nelson.

Una llamada "incómoda"

Deborah Birx, excoordinadora del grupo de trabajo de la Casa Blanca contra el coronavirus durante la Administración Trump, describió una llamada "incómoda" con el expresidente tras una entrevista en agosto con CNN en la que discutió la verdadera amenaza que representa la pandemia.

Deborah Birx y Donald Trump
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto a Deborah Birx, excoordinadora de respuesta al coronavirus de la Casa Blanca, en una conferencia de prensa en Washington, DC., el 18 de abril de 2020.Sarah Silbiger/Getty Images

"Fue un momento muy difícil, porque todo el mundo en la Casa Blanca estaba enfadado por esa entrevista, por la claridad con la que hablé sobre la epidemia. Me llamó el presidente. Fue muy incómodo, muy directo y muy difícil de oír", indicó Birx en el documental Covid War: The pandemic doctors speak out."La primera vez, teníamos excusa: hubo unas 100,000 muertes que provinieron de ese brote original", explicó, "el resto de ellas, en mi opinión, se podrían haber mitigado o rebajado considerablemente".

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Birx afirmó que todos los médicos que formaron parte del grupo de trabajo de Trump sobre el coronavirus recibieron amenazas de muerte. "Mis hijas recibieron los mismos mensajes de texto groseros. Ni siquiera puedes imaginar cómo eran esos mensajes de texto: 'El país estaría mejor si estuvieras muerta'. 'Estás engañando al país'. 'Debería cortarse la lengua", agregó.

Birx abandonó el equipo gubernamental contra el COVID-19 cuando Biden llegó al poder en enero, y no comparte la fama que ha alcanzado otra figura clave en la respuesta federal a la pandemia, el epidemiólogo Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas. Fauci también habló sobre la intimidación y el acoso que él y su familia enfrentaron, lo que lo llevó a reforzar su equipo de seguridad.
 

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Fauci explicó que supo el peligro que se avecinaba cuando vio lo que sucedía en Nueva York, una de las ciudades más afectadas del país. "Cuando vi cómo casi colapsaba nuestro sistema de atención médica, fue como, 'Dios mío". "Fue entonces cuando quedó muy claro que la decisión que tomamos el 10 de enero - hacer todo lo posible y desarrollar una vacuna - puede haber sido la mejor decisión que he tomado", añadió.

Ataques al exsecretario de Salud

Robert Redfield, exjefe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), declaró en CNN que lo que "más le ofendió fueron las llamadas" desde la oficina de Alex Azar, exsecretario de Salud y Servicios Humanos,"que querían que presionara y cambiara el MMWR [Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad sobre COVID-19]. Él puede negar eso, pero es verdad", señaló.

"Su abogado y su jefe de personal me llamaron y me presionaron hasta el punto de acusarme de que no hacer ese cambio costaría miles de vidas", continuó, "finalmente tuve un momento en el que dije: 'Ya es suficiente'. Si quieres despedirme, despídeme. No voy a cambiar el MMWR".

El comisionado de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés), Stephen Hahn, opinó sobre el presunto bloqueo ordenado por Azar a la capacidad de la FDA para regular las pruebas desarrolladas en laboratorio: "Hubo ese tipo de presión. Fue una línea roja para mí", afirmó. "Si alguien intenta pedirme que haga algo que no creo que sea correcto y mi paciente, el pueblo estadounidense, necesita algo diferente", agregó.

Trump respondió con un comunicado de prensa en el que atacó la credibilidad de sus propios funcionarios cuando ocupaba la Casa Blanca y aseguró sin ninguna prueba que la aprobación de las vacunas había sido obra suya únicamente.

“Desarrollamos las vacunas estadounidenses por un presidente estadounidense en un tiempo récord, nueve meses, lo que está salvando al mundo entero. Compramos millones de dólares de estas vacunas en una apuesta calculada de que funcionarían, quizá la apuesta más importante en la historia mundial”, aseguró el expresidente.

Con información de CNNNBC News, Axios y The New York Times.