Por Jennifer Peltz - The Associated Press
Todos los maestros de las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York y el resto del personal educativo tendrán que vacunarse contra el coronavirus, anunciaron las autoridades locales este lunes mientras el sistema escolar más grande del país se prepara para el regreso a las clases en septiembre.
El alcalde, Bill de Blasio, había indicado anteriormente que existiría la posibilidad de soslayar ese mandato a cambio de hacerse pruebas semanales de COVID-19, pero hoy ha eliminado definitivamente esa opción.
Cerca de 148,000 empleados educativos y contratistas que trabajan en escuelas tendrán así que recibir al menos una primera dosis de vacuna antes del 27 de septiembre, según el anuncio del alcalde.
"Queremos que nuestras escuelas sean extraordinariamente seguras", dijo De Blasio. La responsable local del sistema escolar, Meisha Ross Porter, calificó la política como "otra capa de protección para nuestros niños", lo que incluye a su propia hija, que estudia en el sistema de educación pública.
Las autoridades no han dicho cuál será la sanción por negarse, o si habrá exenciones. El requisito previo de vacunarse o hacerse las pruebas establecía suspensiones no pagadas para los trabajadores que no cumplieran.
Los sindicatos que representan a los empleados de las escuelas dijeron que necesitaban más información aún y que entablarían negociaciones al respecto.
Michael Mulgrew, presidente de la Federación Unida de Maestros, dijo que su prioridad era “mantener a nuestros niños seguros y las escuelas abiertas”, pero las disposiciones para excepciones médicas y otros detalles “deben negociarse" y, "si es necesario, resolverse por medio de un arbitraje".
Robert Troeller, presidente del sindicato de custodios, dijo que le preocupaba que la ciudad anunciara esa exigencia sin negociar. Alrededor del 60% de sus miembros tienen al menos una dosis, afirmó, pero alguno han evitado inmunizarse porque “están totalmente en contra de eso”.
Al menos el 63% de todos los empleados de las escuelas ya han sido vacunados, sin incluir además a los que pudieron hacerlo fuera de la ciudad.
El nuevo requisito se anunció después de de que los reguladores federales dieron la aprobación completa a la vacuna COVID-19 de Pfizer, una de las tres disponibles en Estados Unidos. Todas ya tienen la autorización para uso de emergencia, pero los funcionarios esperan que la aprobación total aumente la confianza del público en las vacunas.
Está previsto que el 13 de septiembre se inicien las clases para el cerca de un millón de estudiantes que asisten a las escuelas públicas de la ciudad.
Recientemente, la ciudad de Nueva York comenzó a exigir un comprobante de vacunación para ingresar a los restaurantes, gimnasios y muchos otros lugares públicos, una política pionera en el país que otras ciudades también han implementado.
Y la semana pasada el estado de Nueva York anunció que los trabajadores de hospitales y centros de atención a mayores tendrían que vacunarse.
Los mandatos de vacunas para los maestros son poco usuales en Estados Unidos, aunque el estado de Washington exige que los docentes se vacunen o enfrenten el despido. Los requisitos de vacunación o la realización de pruebas periódicas son más comunes y se han implementado en ciudades como Los Ángeles y Chicago que, después de Nueva York, son los dos distritos escolares más grandes del país.
Una nueva encuesta del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de Associated Press-NORC encontró que aproximadamente seis de cada 10 ciudadanos del país dicen que se debería exigir a los alumnos y maestros que usen mascarillas mientras están en la escuela, y que a los maestros y estudiantes elegibles también se les debe exigir que se vacunen. Pero los demócratas y los republicanos difieren mucho en estos temas, según muestra el sondeo formal.