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Investigan los riesgos a largo plazo para quienes han sufrido de miocarditis después de vacunarse contra el COVID-19

Tanto Pfizer como Moderna están llevando a cabo la primera investigación en Estados Unidos sobre posibles problemas cardíacos asociados a la vacuna en adolescentes y adultos jóvenes.

Por Berkeley Lovelace Jr. - NBC News

En octubre de 2021, Da’Vion Miller fue encontrado inconsciente en el baño de su casa de Detroit una semana después de recibir su primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer.

Sabía que algo iba mal: a sus 22 años, había empezado a sentir dolor en el pecho dos días después de vacunarse, seguido de fatiga, falta de aire y mareos. 

Miller fue trasladado al hospital Henry Ford West Bloomfield, donde se le diagnosticó miocarditis, una inflamación del músculo cardíaco, y pericarditis, una inflamación del revestimiento exterior del corazón. Su médico le aconsejó que no recibiera una segunda dosis de las vacunas Pfizer o Moderna.

“Me dije que era una locura”, aseguró Miller, señalando que sabe que la condición de inflamación del corazón después de la vacunación es extremadamente rara.

Da’Vion Miller.
Da’Vion Miller.Cortesía Da’Vion Miller

Miller forma parte de un grupo muy reducido de personas en Estados Unidos que han sufrido miocarditis tras la vacunación con las vacunas Pfizer-BioNTech o Moderna basadas en la tecnología de ARNm.

La miocarditis es una afección que se ha vinculado desde hace tiempo a una serie de infecciones víricas, como la gripe, los virus de la coxis y el COVID-19. También se ha observado como un efecto secundario poco frecuente pero preocupante de las vacunas de ARNm.

¿Existen riesgos de miocarditis a largo plazo?

De los cientos de millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19 que se han administrado en Estados Unidos desde finales de 2020, se han notificado unos 1,000 casos de miocarditis o pericarditis relacionados con la vacuna en niños menores de 18 años, principalmente varones jóvenes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés). La mayoría de los que desarrollaron la enfermedad se han recuperado por completo, aunque las investigaciones realizadas hasta ahora sólo han analizado su evolución después de varios meses. Algunos médicos se preguntan si puede causar daños permanentes en el corazón.

Ahora, se está llevando a cabo la primera investigación en Estados Unidos, en la que se hace un seguimiento de los efectos adversos para la salud —si es que los hay— que pueden aparecer en los años siguientes al diagnóstico de los problemas cardíacos asociados a la vacuna. Moderna ya ha puesto en marcha dos ensayos, el más reciente en septiembre. Pfizer confirmó que al menos uno de sus ensayos, que incluirá hasta 500 adolescentes y adultos jóvenes menores de 21 años, está programado para comenzar en los próximos dos meses.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) ha exigido a los fabricantes que lleven a cabo varios estudios para evaluar las posibles repercusiones a largo plazo de la miocarditis, como parte de su aprobación de las vacunas contra el COVID-19 con la tecnología ARNm en Estados Unidos. Los primeros resultados de la investigación podrían publicarse ya el año que viene, según aseguraron fuentes a NBC News.

En algunos de los ensayos se hará un seguimiento de las personas que desarrollaron la enfermedad durante cinco años, según las cartas de aprobación de la FDA. Los ensayos harán un seguimiento de la miocarditis y de la miocarditis subclínica, que no causa síntomas.

La FDA se negó a comentar los estudios de Pfizer y Moderna porque están en curso, pero un funcionario de la agencia afirmó que la probabilidad de que se produzca una miocarditis tras la vacunación es “muy baja”.

La afección no conduce a la muerte relacionada con el corazón, aseguró el funcionario, como afirmó el cirujano general de Florida el mes pasado, quien citó un análisis no publicado de datos estatales.

“No hay pruebas de un mayor riesgo de muerte tras las vacunas de ARNm en comparación con los individuos que no se vacunaron”, agregó el funcionario. “De hecho, la evidencia de estudios publicados, bien realizados y revisados por pares, sugiere que el riesgo de muerte es mayor para los individuos no vacunados para casi todos los grupos de edad”.

¿Qué se sabe sobre la miocarditis y las vacunas?

La gran mayoría de los casos se dan en hombres jóvenes, de entre 16 y 24 años, según los CDC. La agencia no disponía de datos sobre el número total de casos en adultos jóvenes de 24 años o menos, pero estima que se han producido 52.4 casos y 56.3 casos por cada millón de dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna, respectivamente.

Los síntomas de la miocarditis incluyen:

  • Dolor en el pecho
  • Dificultad para respirar
  • Sensación de que el corazón late con rapidez, aleteo o palpitaciones

Un estudio realizado por investigadores canadienses y publicado el lunes en la revista Journal of the American College of Cardiology reveló que los hombres menores de 40 años que recibieron la vacuna Moderna tenían un mayor riesgo de sufrir problemas cardíacos, generalmente en los 21 días siguientes a la segunda dosis. El estudio fue observacional, lo que significa que no demuestra causa y efecto, pero es uno de los pocos estudios que comparan el riesgo de miocarditis entre las vacunas Pfizer y Moderna.

El mes pasado, los científicos de Kaiser Permanente descubrieron que la incidencia de la miocarditis después de una dosis de refuerzo de la vacuna Pfizer o de la Moderna era mayor que después de la primera dosis, pero menor que después de la segunda. 

No se ha observado un patrón de informes similar después de recibir la vacuna de Johnson & Johnson. Novavax ha dicho que no se plantearon problemas de inflamación del corazón durante los ensayos clínicos de su vacuna.

La miocarditis asociada a la vacuna suele ser más leve que la de tipo vírico y la mayoría de las personas que la padecen se recuperan por completo, dijo la doctora Nicola Klein, experta en vacunas de Kaiser Permanente.

En algunos casos, las personas que han desarrollado miocarditis después de una infección viral pueden sufrir cicatrices a lo largo del tejido del corazón, lo que reduce su capacidad de bombear sangre y hacer circular el oxígeno por el cuerpo, dijo el doctor Leslie Cooper, jefe del departamento de cardiología de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota. Cooper se unió a un grupo de expertos asesores formado por Moderna para supervisar la seguridad de su vacuna contra el coronavirus.

No se sabe cuántas personas con miocarditis asociada a la vacuna experimentarán esta cicatrización, dijo, señalando que alrededor del 20% de las personas con miocarditis vinculada a los virus llegan a experimentar insuficiencia cardíaca.

“Podría ser el 2%. Podría ser el 0%. Podría ser el 20%”, dijo, refiriéndose al porcentaje de personas con miocarditis asociada a la vacuna que podrían experimentar consecuencias cardíacas a largo plazo. “No sabemos la respuesta”.

Los CDC publicaron recientemente un estudio en The Lancet que analizaba los resultados de salud de más de 500 adolescentes y adultos jóvenes al menos 90 días después de la aparición de la miocarditis tras la vacunación con ARNm.

La mayoría mejoró al menos tres meses después de los síntomas. Otros hallazgos del informe de los CDC fueron:

  • Aproximadamente una cuarta parte de los pacientes del estudio tenían prescrita una medicación diaria relacionada con la miocarditis en su último seguimiento por parte del médico.
  • Algo más de 100 de los pacientes no tenían autorización para realizar actividades físicas.
  • Además, 81 pacientes presentaban una anomalía en su resonancia magnética cardíaca, aunque eso no significa necesariamente que estén en riesgo de sufrir algún problema de salud adverso.

Los CDC harán un seguimiento de los pacientes que no se han recuperado del todo durante 12 meses, según Ian Kracalik, autor principal del estudio y epidemiólogo de los CDC.