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Estos son los motivos por los que el Gobierno recomendará una dosis de refuerzo para las personas inmunizadas

Los nuevos datos que avalan una tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19 pueden basarse en una caída en la inmunidad en otros países. Pero un experto recuerda: "Las personas no vacunadas constituyen la mayoría de las hospitalizaciones y muertes”.

Por Erika Edwards y Elizabeth Chuck - NBC News

Los funcionarios de salud federales presentarán este miércoles evidencias de por qué es necesario inyectar una dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 ocho meses después de la segunda, según fuentes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

Lo más probable es que el plazo de ocho meses se base en los hallazgos tanto de Estados Unidos como de otros países que han analizado cómo se han mantenido las vacunas a lo largo del tiempo y si pueden hacer frente a la contagiosa variante delta del coronavirus que se ha propagado por el país.

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"[La variante] delta está forzando esta discusión" sobre la dosis de refuerzo, señaló la doctora Colleen Kraft, directora médica asociada del Hospital de la Universidad de Emory en Atlanta.

La variante ahora representa casi el 100% de los nuevos casos de coronavirus en EE.UU., según los CDC. El promedio de siete días de casos de COVID-19 se ha disparado en un 700% desde principios de julio, cuando delta se convirtió en la cepa dominante en el país.

Quedan preguntas sobre cómo actúan las vacunas contra la variante delta y si la protección disminuye con el tiempo. De hecho, los expertos están ansiosos por ver cualquier dato nuevo que conduzca al cronograma propuesto por el Gobierno para las inyecciones de refuerzo.

Los datos de los países que comenzaron sus campañas de vacunación antes que EE. UU. brindan pistas importantes sobre cuándo podrían ser necesarias las dosis de refuerzo.

Es probable que la investigación limitada de Israel, uno de los primeros países en comenzar la campaña de vacunación, que ha utilizado casi exclusivamente la vacuna de Pfizer-BioNTech, haya jugado un papel en el anuncio de la dosis de refuerzo, según los médicos.

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“Los datos sugieren fuertemente que las personas que se vacunaron temprano en Israel, es decir, en enero, están sufriendo infecciones en los vacunados a una tasa más alta que las personas que se vacunaron en abril”, explicó el doctor Sankar Swaminathan, jefe del departamento de infecciones División de Enfermedades de la Universidad de Utah Health.

Vacuna contra el coronavirus.
Una mujer recibe una dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer-BioNTech en Skippack Pharmacy en Schwenksville, Pennsylvaniaa, el 14 de agosto de 2021.REUTERS/Hannah Beier

Los datos publicados en la página web del Ministerio de Salud de Israel indican que las vacunas administradas a personas mayores de 65 años en enero ahora ofrecen solo un 55% de protección contra síntomas graves.

Eso es motivo de preocupación, en particular por lo contagiosa que es la variante delta, según un experto en cuidados intensivos y pulmonares, el doctor Benjamin Singer, profesor asistente de medicina en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.

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La variante se ha asociado con infecciones irruptivas y, aunque estas infecciones son raras y, en general, mucho menos graves, los estudios indican que las personas completamente vacunadas pueden propagar el virus si se infectan.

En cuanto a por qué las inyecciones de refuerzo se recomendarían a los ocho meses, Singer aclaró que "no está del todo claro, pero probablemente sea una combinación de inmunidad menguante con el tiempo y el hecho de que las variantes circulantes actuales son mucho más contagiosas y se propagan mucho más fácilmente".

Aún así, los datos de Israel vienen con salvedades. Swaminathan explicó que aquellos que se vacunaron primero eran poblaciones de alto riesgo, que ya pueden tener una mayor probabilidad de contraer infecciones irruptivas, por lo que no está claro si su riesgo de infección u hospitalización ocho meses antes coincidiría con el de la población general.

El doctor Peter Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical del Baylor College of Medicine y codirector del Centro para el Desarrollo de Vacunas del Texas Children's Hospital, añadió: “Todo lo que estamos obteniendo son fragmentos de datos sobre el Ministerio de Salud de Israel".

Hotez tiene curiosidad por saber si, además de una disminución en la eficacia contra las infecciones leves, hubo una disminución de hospitalizaciones de personas vacunadas a hace tiempo.

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John Grabenstein, exdirector ejecutivo de asuntos médicos para vacunas en Merck, y exinmunólogo del Departamento de Defensa, estuvo de acuerdo en que es necesario presentar más datos.

"Los datos israelíes son una instantánea, y no quiero tomar una decisión rápida basada en una instantánea. Quiero ver múltiples imágenes, múltiples vistas de la misma cosa, con los números comenzando a fusionarse sobre la misma conclusión", afirmó Grabenstein.

Sin embargo, un estudio reciente de la Clínica Mayo también sugirió una disminución de la inmunidad a las vacunas. La investigación, que aún no se ha publicado en una revista revisada por pares, encontró que la protección contra la infección durante el apogeo de la propagación de la variante delta se redujo al 76% entre los que habían recibido las inyecciones Moderna y al 42% entre los que recibieron las dosis de Pfizer-BioNTech.

"Parece haber una caída en términos de respuestas inmunes", señaló el autor del artículo, el doctor Abinash Virk, especialista en enfermedades infecciosas de la Clínica Mayo. Su equipo está tratando de determinar si la caída se debe realmente a la disminución de la inmunidad o si la variante delta es la principal culpable.

"Es realmente difícil resolver todo esto, porque todo esto está sucediendo al mismo tiempo", explicó Virk, y recordó que la variante delta comenzó a propagarse cuando se levantaron  las órdenes de llevar mascarilla.

Algunos médicos cuestionaron por qué la guía de EE.UU. parecía ser una recomendación general para todos.

“Lo sorprendente de esto es que puede ser una recomendación universal que se basa en el tiempo y no en el factor de riesgo, y eso me parecería un poco inusual, especialmente cuando miramos al resto del planeta, que tiene , en algunas áreas, muy bajo acceso a las vacunas ”, opinó el doctor Buddy Creech, director del Programa de Investigación de Vacunas de Vanderbilt en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt.

Tampoco está claro qué efecto podrían tener las inyecciones de refuerzo en la trayectoria de la pandemia.

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Algunos predijeron que los refuerzos podrían reducir las infecciones graves entre las personas inmunodeprimidas u otras personas con alto riesgo de complicaciones. Pero para hacer una mella real en la reducción de la transmisión, la clave para poner fin a la pandemia, aquellos que no se han vacunado en absoluto tendrán que recibir sus primeras dosis, según Singer.

“Los refuerzos probablemente tengan un impacto limitado, porque en realidad son las personas no vacunadas las que constituyen la gran mayoría de las hospitalizaciones, admisiones en UCI y muertes”, apuntó Singer.

"Si tiene menos infecciones, incluidas las infecciones irruptivas, puede romper ese tren de transmisión, pero si está mirando ahora, la mayor parte de la transmisión se produce entre personas que no han recibido ninguna vacuna", concluyó.