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"Están sufriendo lo peor de la pandemia": las muertes por COVID-19 de latinos en el condado de Los Ángeles se disparan un 1,000%

Los hispanos en los barrios pobres del condado de Los Ángeles, donde es común que las familias vivan en condiciones de hacinamiento y trabajen bajo riesgo de contagio, están muriendo de coronavirus en una proporción mucho mayor que los blancos residentes en barrios ricos.

La comunidad hispana en Estados Unidos ha sufrido los embates de la pandemia de COVID-19 de una manera desproporcionada respecto a la población blanca del país. Pero las cifras de muertes más recientes en el condado de Los Ángeles, California, provocan en los funcionarios locales una sensación de "horror".

En esta área densamente poblada, las muertes de latinos por coronavirus han aumentado un 1,000% desde que la pandemia comenzó a arreciar nuevamente en noviembre, dijeron funcionarios de salud.

La tasa de mortalidad por COVID-19 para los residentes latinos en el condado es casi el triple que la de los residentes blancos. Los residentes de vecindarios ricos también están falleciendo en menor medida que los de barrios humildes. 

Los barrios latinos pobres, donde es común que las familias vivan en condiciones de hacinamiento, así como el hecho de que muchos sean trabajadores esenciales que no pueden permitirse pasar la crisis sanitaria en casa, son dos de las condiciones que más han contribuido al golpe

Las autoridades sanitarias piensan que aquellos trabajadores que tiene que salir a laborar a mercados, parcelas y factorías se están contagiando y están llevando el virus a sus hogares.

[Estas razones explican por qué los latinos y negros son los más expuestos a morir por COVID-19]

"Nuestra comunidad Latinx, de hecho, está sufriendo lo peor de esta pandemia", dijo esta semana Barbara Ferrer, directora de salud pública del condado de Los Ángeles.

“Si bien cada raza y grupo étnico en el condado de L.A. ha visto un aumento horrendo en las tasas de mortalidad, la brecha entre las experiencias de aquellos en nuestra comunidad Latinx y todas las demás es francamente aterradora”, dijo Ferrer.

Para tener una idea más precisa del drástico aumento de muertes, en noviembre la cantidad de residentes latinos en el condado que morían a diario por COVID-19, en promedio, durante un período de dos semanas, era de 3.5 por cada 100,000. Los últimos datos muestran cómo ese número se ha disparado a 40 muertes por cada 100,000 residentes latinos.

En medio de la crisis, las autoridades están comenzado a preocuparse también por el acceso que tendrán estas minorías a las vacunas, la herramienta más efectiva que existe en el país contra el coronavirus.

[Cuáles vacunas contra el coronavirus están disponibles y quiénes pueden recibirlas]

A pesar de que su esfuerzo ha sido esencial para mantener funcionando la economía, los trabajadores latinos esenciales en plantas cárnicas, parcelas agrícolas —y otras áreas en las que esta comunidad tiene una presencia amplia— no figuran entre los grupos de prioridad para ser inmunizados.

La presidenta del Concejo Municipal de Los Ángeles, Nury Martínez, dijo que el Gobierno debería brindar ayuda a las comunidades más afectadas de Los Ángeles lo más rápido posible, y habló en concreto de las vacunas y el problema que representa la falta de equidad.

 “Si no nos enfocamos en la equidad ahora, les diré quién va a recibir la vacuna: serán las personas que tienen el lujo de quedarse en casa y enviar a sus hijos a escuelas privadas”, dijo Martínez.

“Y las personas que no recibirán la vacuna serán las niñeras, las empleadas domésticas, las amas de llaves y los jardineros, las personas que llevan nuestros víveres, quienes preparan nuestra comida todos los días, quienes entregan nuestro correo y limpian nuestras calles”, advirtió.

En un momento en que tres variantes del coronavirus —más contagiosas que el virus original— circulan en el Estados Unidos, la vacunación está aún rezagada.

Unos 2 millones de los más de 10 millones de residentes del condado de Los Ángeles son elegibles para recibir la vacuna en este momento. Sin embargo, cada persona que recibe la vacuna de Pfizer o Moderna necesita dos dosis, y el condado no ha recibido suficientes para terminar el proceso de todos los que tienen derecho  a ello. 

Con información del Los Angeles Times