IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Estados Unidos desperdició al menos 15 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19

Cadenas de farmacias y departamentos de salud de varios estados han tirado millones de dosis a la basura, según un recuento oficial. Estos son los motivos.

Por Joshua Eaton y Joe Murphy - NBC News

Estados Unidos ha desperdiciado al menos 15.1 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 desde marzo, según datos del Gobierno federal obtenidos por NBC News, una cifra mucho mayor de la que se conocía y que probablemente sigue siendo un recuento insuficiente.

Cuatro cadenas nacionales de farmacias informaron de que habían desperdiciado más de un millón de dosis cada una, según los datos publicados el martes por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) en respuesta a una solicitud de registros públicos.

Walgreens informó de la mayor cantidad, con casi 2.6 millones de dosis desperdiciadas, frente a las 2.3 millones de CVS; 1.6 millones de Walmart; y 1.1 millones de  Rite Aid.

Los datos publicados por los CDC son autodeclarados por las farmacias, los estados y otros proveedores de vacunas. No son exhaustivos —faltan algunos estados y proveedores federales— y no incluyen el motivo por el que se tuvieron que tirar las dosis. El número de dosis desechadas sigue siendo una pequeña fracción del total de vacunas administradas en Estados Unidos.

[Conozca aquí dónde, cuándo y cómo puede vacunarse allí donde vive]

En general, hay una serie de razones por las que los centros de vacunación pueden tener que marcar las dosis como desperdiciadas, desde un vial agrietado o un error al diluir la vacuna hasta un mal funcionamiento del congelador o más dosis en un vial que las personas que las quieren. Un informe de desperdicio también puede ocurrir cuando un vial contiene menos dosis de las que debería.

Los datos sobre las dosis desperdiciadas se producen en un momento en que la variante delta, más contagiosa, se extiende rápidamente por Estados Unidos, lo que añade una nueva urgencia al esfuerzo por vacunar al mayor número de personas posible e impulsa un plan para empezar a ofrecer vacunas de refuerzo a los que ya estaban vacunados, incluso cuando muchos países de todo el mundo han vacunado a pocos o ningún habitante.

"Es realmente trágico que nos encontremos ante una situación en la que se desperdician vacunas mientras que muchos países africanos no han vacunado ni al 5% de su población", afirmó Sharifah Sekalala, profesora de derecho sanitario mundial de la Universidad de Warwick, en Inglaterra, que estudia las desigualdades en las enfermedades infecciosas.

"Gran parte del sur global no está vacunado. El continente africano aún está por debajo del 10%, y eso es una enorme desigualdad y es realmente problemático", añadió.

["Es una película de terror". Una mujer hospitalizada por COVID-19 regresa a casa y se encuentra a su marido muerto]

La portavoz de los CDC, Kristen Nordlund, dijo en un correo electrónico que la proporción de vacunas desperdiciadas "sigue siendo extremadamente baja, lo que evidencia la sólida colaboración entre el Gobierno federal, las jurisdicciones y los proveedores de vacunas para conseguir que se inocule al mayor número de personas posible y reducir el desperdicio de vacunas en todo el sistema".

"Como el acceso a la vacuna contra el COVID-19 ha aumentado, es importante que los proveedores no pierdan ninguna oportunidad de vacunar a todas las personas elegibles que se presenten en las clínicas, incluso si esto puede aumentar la probabilidad de dejar dosis no utilizadas en un vial", agregó Nordlund.

Un portavoz de CVS coincidió: "Aunque lamentamos tener que deshacernos de cualquier vacuna, estamos muy orgullosos de los empleados de nuestras tiendas que han ayudado a administrar más de 30 millones de dosis. Cuando se nos da la opción de salvar potencialmente una vida o de mejorar ligeramente nuestras cifras de desperdicios reportados, siempre elegiremos lo primero".

Walgreens, Walmart y Rite Aid no hicieron comentarios. "Nuestro objetivo siempre ha sido garantizar que se utilicen todas las dosis de la vacuna", dijo Kris Lathan, portavoz de Walgreens, a Kaiser Health News en mayo.

El número de dosis que se desperdició es una pequeña fracción de los más de 438 millones de dosis que se distribuyeron en el país hasta el martes y los 111.7 millones de dosis adicionales que Estados Unidos había entregado a otros países hasta el 3 de agosto.

La demanda de vacunas aumentó en agosto al incrementarse los casos y las hospitalizaciones debido a la variante delta. Aun así, los datos indican que el país desperdició al menos 3.8 millones de dosis solo en agosto.

Los estados, las farmacias y otros proveedores de vacunas también informaron a los CDC de al menos 4.4 millones de dosis desperdiciadas en junio y 4.7 millones en julio, más que en marzo, abril y mayo juntos.

Ningún departamento de salud estatal se acercó al número de dosis desperdiciadas por las cadenas de farmacias, pero cuatro informaron de más de 200,000 dosis malgastadas cada uno.

Texas encabezó los informes sobre el desperdicio de vacunas por parte de los estados, con 517,746 dosis desperdiciadas; Carolina del Norte informó de 285,126; Pennsylvania de 244,214; y Oklahoma de 226,163.

Lara Anton, portavoz del Departamento de Salud de Texas, dijo que el estado "dio instrucciones a los proveedores de vacunas para que otorgaran prioridad a la vacunación de las personas cuando acudieran a vacunarse en lugar de esperar hasta que encontraran suficientes personas para utilizar todas las dosis del frasco antes de abrirlo", lo que pudo dar lugar a dosis desperdiciadas. Anton también mencionó que el clima extremo de mayo contribuyó a las cifras de desperdicio en Texas.

Representantes de los departamentos de Salud de Carolina del Norte, Pennsylvania y Oklahoma no hicieron comentarios.

La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, en inglés) autorizó en agosto las vacunas de refuerzo para las personas inmunodeprimidas, ya que su organismo puede no responder al régimen de vacunación inicial. El Gobierno de Joe Biden también ha anunciado un plan, pendiente de la aprobación de la FDA y los CDC, para ofrecer vacunas de refuerzo a todos los estadounidenses ocho meses después de su última dosis en respuesta a la evidencia de la disminución de la inmunidad.

Estas medidas suscitaron un debate sobre si era moral ofrecer en Estados Unidos una protección adicional cuando tantas personas de todo el mundo no han recibido ni siquiera una sola inyección.

Pero los nuevos datos muestran que Estados Unidos ha desperdiciado muchas más dosis de vacunas que las que tienen muchos países más pobres para toda su población. Por ejemplo, el país Georgia, un punto caliente del coronavirus, ha administrado solo 1.1 millones de dosis de vacunas para su población de 4.9 millones. Nepal, asolado por la variante delta, solo ha administrado 9.7 millones de dosis para su población de 30.4 millones.

"Es un problema de equidad", dijo Tim Doran, profesor de política sanitaria de la Universidad de York del Reino Unido. "Tienes un país muy rico con buen acceso a las vacunas que esencialmente tira vacunas, y muchas, y tienes otros países y otras comunidades dentro de esos países que realmente lo necesitarían, que han tenido que esperar y no están teniendo acceso a la vacuna y eso los está haciendo susceptibles mientras esperan la vacunación", aseguró.

Sekalala dijo que el hecho de que Estados Unidos desperdiciara tantas dosis era "inevitable bajo el modelo" en el que los países ricos compraban grandes cantidades de vacunas para sí mismos, pensando solo en donarlas a los países más pobres después.

"Es un fallo del sistema actual, en el que los países ricos compran sus lotes individuales de vacunas y luego tienen que pensar en qué va a pasar si no las usan", señaló. "Esto condujo a un exceso de compras, con gente comprando suministros que no necesitaban o que no podían utilizar", agregó.

Uno de los factores que contribuyen al desperdicio de vacunas es la forma en que estas se envasan. La mayoría de las vacunas para otras enfermedades vienen en viales de una sola dosis. Pero, dependiendo del equipo utilizado para extraer una dosis, la vacuna contra el COVID-19 de Moderna tiene hasta 15 dosis en un vial, mientras que la de Pfizer tiene hasta seis y la de Johnson & Johnson hasta cinco.

Una vez que se pincha un vial —por ejemplo, si un cliente solicita la vacuna en una farmacia— el reloj empieza a correr. Un vial de la vacuna de Moderna tiene que ser desechado 12 horas después de ser pinchado, mientras que los de Pfizer y Johnson & Johnson tienen que ser desechados después de seis horas.

El elevado número de dosis en cada vial y el plazo relativamente corto para utilizar un vial una vez perforado contribuyeron probablemente a que las dosis no utilizadas se desperdiciaran.

Los datos publicados el martes son más detallados y completos que los publicados por los CDC en abril, cuando una investigación de Kaiser Health News descubrió que el país desperdició casi 200,000 dosis de la vacuna Covid desde diciembre de 2020 hasta marzo de 2021.

Una investigación separada realizada por el periódico The New York Times encontró alrededor de un millón de dosis desperdiciadas en 10 estados desde diciembre hasta julio.

Los datos más detallados sugieren que los CDC tienen ahora una mejor idea de la cantidad que se desperdicia y dónde se desperdicia que antes en el programa de vacunación. Sin embargo, siete estados no aparecen en los datos recién publicados: Arkansas, Connecticut, Louisiana, Maine, Nevada, Ohio y Oregon.

Otro estado, Michigan, ha informado a los CDC de solo 12 dosis desperdiciadas desde el 1 de marzo.

Varios proveedores de vacunas informaron del desperdicio de miles de dosis a los CDC en un solo informe. Pero en general, los datos recién publicados muestran que el desperdicio de vacunas fue un goteo lento y constante en lugar de una avalancha: el informe más común en los datos fue de solo cuatro dosis desperdiciadas a la vez.

También faltan en los datos de los CDC las dosis desperdiciadas por las agencias federales que administran las vacunas, incluyendo el Departamento de Defensa, la Oficina de Prisiones, la Administración de Salud de los Veteranos y el Servicio de Salud Indígena.

Hay más datos sobre el desperdicio de vacunas en Tiberius, un sistema gestionado por el Departamento federal de Salud, pero las autoridades aún no los han publicado. Los datos publicados el martes proceden del Sistema de Seguimiento de Vacunas de los CDC, o VTrckS, que extrae datos de los registros de vacunación estatales y locales.