IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Entramos al laboratorio chino que concentra las teorías de conspiración sobre el coronavirus (incluidas las de la Casa Blanca) de las que no hay evidencia

Este instituto en Wuhan, ciudad epicentro de la pandemia, estudia los agentes infecciosos de mayor riesgo. Y protagoniza las especulaciones más serias o lunáticas sobre la posibilidad de que el virus saliera de sus instalaciones.

Janis Mackey Frayer y Denise Chow - NBC News

Enclaustrado cerca de una importante vía peatonal, el Instituto de Virología de Wuhan podría pasar por un campus universitario; sus edificios de ladrillo rojo se distinguen en el ajetreado entorno solo por una entrada larga e imponente entrada llena de cámaras y con un guardia de seguridad de pie como si fuera un centinela.

En los terrenos cuidados al detalle y junto a un pequeño lago artificial, sobresale una estructura más moderna con paredes plateada y pocas ventanas.

Es el laboratorio BSL-4 del instituto, el primero en China en recibir la más alta autorización en bioseguridad y que es la zona cero de la tormenta internacional provocada por el papel de China en la pandemia por el coronavirus

El viernes, la cadena hermana de Telemundo, NBC News, se convirtió en la primera organización de noticias extranjera en obtener acceso al instituto desde que comenzó el brote, y se reunió con científicos de alto nivel que trabajan para identificar los orígenes del virus.

El instituto de Wuhan y sus científicos se han convertido en el foco de intensas especulaciones y teorías de conspiración, algunas incluso provenientes de la Casa Blanca, sobre los supuestos esfuerzos de China para minimizar la gravedad del brote y si el virus se expandió desde esa misma instalación.

Durante la visita de aproximadamente cinco horas, que incluyó un recorrido por el laboratorio BSL-4, donde técnicos vestidos con trajes protectores como si estuvieran dentro de una burbuja manipulaban pequeñas ampollas de vidrio inyectables y otros equipos aislados en un recinto de paredes gruesas de vidrio, Wang Yanyi, directora del Instituto de Wuhan de Virología, dijo que ella misma y otros trabajadores se sentían injustamente atacados. Instó además a que la política no empañe las investigaciones en proceso sobre cómo el coronavirus se propagó a los humanos.

"Es lamentable que seamos el chivo expiatorio del origen del virus", lamentó.

"Cualquier persona se sentiría muy enojada o incomprendida al ser objeto de acusaciones injustificadas o maliciosas mientras realiza investigaciones y trabajos relacionados en la lucha contra el virus", aseveró.

Los primeros casos de una enfermedad con síntomas similares a la neumonía se hicieron públicos en diciembre en Wuhan, una ciudad china en expansión de 11 millones de habitantes rodeada por el río Yangtze en la provincia central de Hubei.

[Wuhan detecta nuevo foco de infección y teme una segunda ola de contagios de COVID-19]

El Instituto de Virología de Wuhan, fundado en la década de 1950, es una prominente instalación que alcanzó incluso más prestigio después de la apertura del laboratorio BSL-4 en 2015. En estos días, los científicos del laboratorio se centran en el coronavirus, pero normalmente, el trabajo en las instalaciones incluye la investigación de algunos de los virus conocidos más peligrosos, incluidos el Ébola, Nipah y la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.

Debido a que el instituto de Wuhan está equipado para estudiar los agentes infecciosos y toxinas de mayor riesgo del mundo, como en la actualidad es el coronavirus, que se cree que se originó en murciélagos, se ha convertido en el blanco de acusaciones de que podría estar vinculado al origen del brote.

Vista aérea del laboratorio P4, en Instituto de Virología de Wuhan, China.
Vista aérea del laboratorio P4, en Instituto de Virología de Wuhan, China. AFP via Getty Images

Durante un evento en la Casa Blanca el 30 de abril, el presidente Donald Trump se refirió a una posible relación entre el COVID-19 y el laboratorio. Cuando se le preguntó si había visto evidencia que sugiriera que el virus se originó en esas instalaciones de Wuhan, Trump respondió: "Sí, las tengo".

Pero cuando se negó a dar detalles simplemente contestó: "No puedo decirte eso. No puedo decirte eso.

Una comunicación interna del Departamento de Estado de 2018 que planteó preocupaciones a los funcionarios de la embajada de Estados Unidos en China sobre la seguridad y la capacitación de los miembros del personal del Instituto de Virología de Wuhan.

[En imágenes: Wuhan, la ciudad china que exportó el coronavirus al mundo, vuelve a la vida tras 11 semanas de cierre]

La Casa Blanca no ha mostrado pruebas creíbles que respalden las afirmaciones de que el coronavirus se creó y se expandió accidentalmente desde ese laboratorio. Pero Trump continúa culpando a China, con su habitual retórica racista, cuando se refiere al patógeno como el "virus de China", el "virus de Wuhan" o la "gripe kung".

El secretario de Estado Mike Pompeo también ha hecho afirmaciones similares sin proporcionar pruebas.

En abril, funcionarios de dijeron a NBC News que la Inteligencia de Estados Unidos estaba investigando si el virus se originó y salió accidentalmente del laboratorio de Wuhan, pero en ese momento las agencias de espionaje descartaron que el COVID-19 había sido creado por humanos, según los funcionarios.

Demócratas en el Congreso aseguran que las peticiones a funcionarios para que proporcionen pruebas de la relación del virus con el laboratorio de Wuhan han sido ignoradas.

La Casa Blanca se negó a hacer declaraciones sobre ese asunto.

"Cero evidencia"

Al comienzo del recorrido por el instituto, un guardia tomó la temperatura del equipo y registró el equipamiento necesario para la grabación. En las instalaciones, los trabajadores usan ropa normal y mascarilla, que se han convertido en una prenda omnipresente en China por la la pandemia.

Los árboles salpican el paisaje montañoso a lo largo del camino que conduce al laboratorio BSL-4 del instituto, al que se le dio acceso a NBC News, aunque no pudo acceder a la que se considera al área libre de gérmenes.

Durante entrevistas separadas de 50 minutos y en las que estuvo presente un representante del gobierno, Wang y Yuan Zhiming, subdirector del instituto, y el resto de entrevistados negaron rotundamente que el virus pudiera haberse originado en el instituto. También dejaron claro que los científicos de la instalación obtuvieron las primeras muestras del coronavirus después de que la enfermedad había comenzado a propagarse entre la población.

[Así vive la ciudad de Wuhan su primer día sin cuarentena]

"En repetidas ocasiones he enfatizado que fue el 30 de diciembre cuando tuvimos contacto con muestras de neumonía similar al SARS o neumonía de causa desconocida que fueron enviadas desde el hospital", reiteró Yuan. "No tuvimos información sobre el nuevo coronavirus antes de esa fecha y no hay forma de que se filtrara desde el laboratorio".

Wang dijo que ninguno de los científicos del instituto contrajo el virus, lo que, a su juicio, era extremadamente improbable que el patógeno pudiera haber escapado de la instalación.

NBC News no pudo verificar sus declaraciones sobre cuándo el laboratorio recibió por primera vez muestras del virus o si alguno de sus científicos se enfermó.

Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance, una organización sin fines de lucro con sede en la ciudad de Nueva York dedicada a estudiar y prevenir pandemias y trabajó con el instituto de Wuhan durante 16 años hasta que el gobierno de Estados Unidos recortó los fondos, también rechazó la idea de que el virus pudiera haberse filtrado al exterior desde el interior del laboratorio.

"El hecho de que divulgaran información rápidamente sugiere que no estaban tratando de encubrir nada", dijo. No hay "absolutamente ninguna evidencia de que haya escapado de un laboratorio".

[Coronavirus: latinos en Wuhan describen cómo se vive en el epicentro de la epidemia]

En mayo, el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, aseguró a National Geographic que descartaba la idea de que el virus se hubiera escapado accidentalmente de un laboratorio.

Yuan especificó que se realizan pruebas regulares a todo el personal de la instalación y hasta ahora nadie ha dado positivo al virus o sus anticuerpos.
 
Wang y Yuan también cuestionaron un cable interno del Departamento de Estado de 2018 que planteaba preocupaciones a los funcionarios de la embajada de Estados Unidos en China sobre la seguridad y capacitación de los miembros del personal del instituto.

El contenido del cable se filtró este año y posteriormente fue publicado a petición de The Washington Post, que se acogió a la cláusula consltitucional de libertad de información. Los funcionarios alegaron que observaron "una grave escasez de técnicos e investigadores debidamente capacitados necesarios para operar con seguridad este laboratorio de alta contención de virus peligrosos".

Wang cuestionó las conclusiones. Explicó que los funcionarios estadounidenses visitaron el Instituto de Virología de Wuhan, pero en marzo de 2018, aproximadamente dos meses después del 19 de enero de 2018, cuando se envió la comunicación interna. Agregó que los funcionarios no recorrieron ninguno de los laboratorios de la instalación y tampoco discutieron los procedimientos de bioseguridad.

Los comentarios de Wang y Yuan se hacen eco de los de otros funcionarios chinos que insisten en que, en lugar de ser criticados, se debe elogiar a China por sus esfuerzos para contener e identificar el virus. Pero esos argumentos se han visto socavados por la historia del gobierno chino de ejercer control sobre los datos científicos y la falta de transparencia del país durante la pandemia, según críticos.

El Departamento de Estado no respondió directamente a las afirmaciones de Wang y Yuan de que funcionarios estadounidenses no habían visitado el laboratorio antes de la comunicación interna de enero sobre el laboratorio, aunque un portavoz declaró que "el gobierno chino aún tiene que compartir suficientes datos o muestras con la comunidad internacional".

“Todavía no tenemos las respuestas que necesitamos sobre un virus que ha dejado 700.000 muertos”, se quejó. "Para que el mundo tenga esas respuestas, Beijing debe brindar acceso abierto y transparente a la información completa necesaria para permitir una comprensión completa de los orígenes del virus".

Wang dijo que el instituto "apoyará plenamente" a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha enviado un equipo a China para entrevistar a científicos en Wuhan y desarrollar un marco para investigar el origen del coronavirus. 

También pidió una mayor colaboración internacional, pero China y Estados Unidos siguen en desacuerdo: las tensiones se intensificaron en 2018 con disputas comerciales, luego se agudizaron un año después por la política china de Xinjiang y las protestas en Hong Kong, y se agravaron aún más por la pandemia. 

En abril, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos pusieron fin a los fondos que financiaban la colaboración de EcoHealth Alliance con el Instituto de Virología de Wuhan. El proyecto a largo plazo tenía como objetivo identificar áreas en riesgo de enfermedades infecciosas emergentes y recolectar así como estudiar muestras de murciélagos para prevenir futuros brotes de coronavirus. Yuan dijo que al instituto no se le dio una razón para la cancelación de la subvención.

Los Institutos Nacionales de Salud no respondieron a las solicitudes de comentarios.

Una neumonía misteriosa

Aproximadamente ocho meses después de una pandemia que ha matado a más de 720.000 personas y ha socavado a la economía mundial, sigue siendo un misterio dónde y cuándo surgió el virus. 

Los primeros casos inexplicables de una enfermedad similar a la neumonía fueron comunicados a la oficina de la OMS en el 31 de diciembre, y el 3 de enero se proporcionó información detallada sobre la "neumonía viral de causa desconocida", según esa agencia. 

Trump ha acusado a la OMS de no advertir adecuadamente al mundo sobre el brote de coronavirus y que la respuesta de la agencia al brote, a la que califica como "títere de China", permitió que la pandemia se saliera de control. Ese mismo mes, anunció que Estados Unidos retiraría los fondos a la agencia. 

Los eventos desde el principio del brote de coronavirus ha sido objeto de un intenso escrutinio, incluido si China actuó con la suficiente rapidez para alertar a la OMS de la evidencia de que el virus se estaba transmitiendo entre humanos. 

Las autoridades locales han sido criticadas por restar importancia a la amenaza para el público y ser lentas en imponer medidas de cierre en Wuhan, que entraron en vigor el 23 de enero.

También surgieron informes de que el gobierno chino había suprimido la información sobre el coronavirus, incluso que la policía castigara a un médico de 34 años llamado Li Wenliang después de que advirtiera sobre el virus en un grupo de chat en la aplicación WeChat a fines de diciembre.

Li murió de COVID-19 el 7 de febrero y posteriormente el gobierno llevó a cabo una investigación, tomó medidas disciplinarias contra los policías involucrados y aclamó póstumamente a Li como un "mártir".

Y a pesar de la experiencia del país con el SARS, otro tipo de coronavirus que surgió en China en 2003 antes de propagarse a otros cuatro países, las autoridades chinas han sido acusadas de no hacer lo suficiente para detener el comercio de animales exóticos, que pueden contagiar a los  humanos la conocidas como enfermedades zoonóticas.

El "mercado húmedo" es un foco

Las primeras investigaciones sugieren que este virus se parece mucho a un coronavirus conocido que albergan los murciélagos en herradura, pero descubrir su origen, y si hubo un animal intermedio que se contagió antes de infectar a los humanos, probablemente será un proceso largo y complicado.

Algunos de los primeros casos reportados se rastrearon hasta el mercado de mariscos de Huanan en Wuhan, un "mercado húmedo" donde los puestos al aire libre venden una variedad de carne, mariscos y animales vivos para el consumo humano. Los funcionarios de salud pública han advertido que este tipo de mercados de animales vivos pueden ser focos de enfermedades infecciosas emergentes.

Yuan, subdirector del instituto de Wuhan, dijo que los científicos aún no han encontrado una prueba irrefutable que vincule el patógeno con ese mercado.

"Hasta ahora, no hay evidencia que demuestre que el nuevo coronavirus saltó de los animales a las personas en el mercado de mariscos de Huanan en Wuhan", destacó, y agregó que aún no está claro "cómo habría saltado de los animales a los humanos en las primeras etapas, qué animal pudo haber sido el transmisor y cuando comenzó el contagio masivo".

El mercado de mariscos de Huanan cerró el 1 de enero, y aunque se informó que científicos del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades habían recolectado muestras en el lugar, la mayoría de los datos no se han hecho públicos, lo que alimenta aún más las sospechas que pesan sobre el gobierno chino.

Los científicos pueden obtener información sobre un virus a partir de su material genético, pero la composición molecular de un patógeno no revela todo sobre su origen. El Instituto de Virología de Wuhan participó en la secuencia del genoma del coronavirus, y los investigadores chinos publicaron los resultados el 12 de enero. El genoma del virus reveló que se trataba de un nuevo patógeno, pero había marcadas similitudes entre este coronavirus y uno de una muestra de un murciélago que se recolectó en 2013 en la provincia de Yunnan.

Se descubrió que los genomas de los coronavirus eran iguales en un 96.2%, pero las diferencias son cruciales, dijo Shi Zhengli, un destacado investigador de murciélagos que dirige el Centro de Enfermedades Infecciosas Emergentes en el instituto de Wuhan. 

Según las dos secuencias, se necesitarían más de 1,100 mutaciones para que el virus aislado en la muestra de 2013 evolucionara hacia la cepa de coronavirus que se está propagando por todo el mundo, explicó. 

La OMS ha sostenido que animales podrían albergar el coronarivus y los autores de un estudio publicado en marzo en la revista Nature dijeron que es "improbable" que el patógeno surgiera como resultado de manipulaciones de laboratorio de un coronavirus relacionado. 

Aproximadamente un mes antes de que se publicara ese documento, 27 científicos de salud pública de nueve países firmaron una declaración en la revista médica The Lancet apoyando a sus colegas en China y rechazando la información errónea que rodea a la pandemia. 

La decisión de Estados Unidos de este año de poner fin a la financiación de la investigación sobre murciélagos de EcoHealth Alliance también envió ondas de alarma en la comunidad científica, un sentimiento que Daszak, su presidente, dijo que compartía. "Cortar nuestra relación con los científicos sobre el terreno, los lugares donde comienzan estas pandemias, es absolutamente incorrecto", aseveró.

Fotografías de la construcción y la apertura del laboratorio, una colaboración con Francia, decoran una pared que conduce al laboratorio del instituto. Los técnicos de laboratorio se capacitaron en Lyon, Francia, y al menos dos de ellos se educaron en Galveston, Texas, informó Yuan, quien lamentó que el empeoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y China está dañando la colaboración científica y afirmó que el mundo estaría mejor con más y no menos cooperación. "No queremos ver la tensión entre China y Estados Unidos, porque no es bueno para el desarrollo científico. No es bueno para el progreso y la estabilidad del mundo". 

"Hemos aprendido mucho de los científicos estadounidenses en términos de tecnología científica, espíritu y experiencia relevante". "Durante esta pandemia, creo que todavía debemos creer en la ciencia, respetar la ciencia y confiar en los científicos", concluyó.