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Cientos de ‘ángeles’ ayudan a desconocidos a lograr sus citas de vacunación del COVID-19

“Se lo digo a todos mis amigos”, explica una inmigrante, “ayudan, son muy amables y hacen todo”. Estos voluntarios rompen las barreras del idioma y la tecnología, y no cobran por ello, pero hacen grandes sacrificios.

Por Anna Almendrala - Kaiser Health News

Ana Guevara estaba decidida a que su mamá, Adelina Coto, se vacunara contra el COVID-19. Pero la mujer de 85 años necesitaba ayuda para agendar la cita y Guevara, quien trabaja como niñera, no tenía ni el tiempo ni las habilidades de internet necesarias para ayudarla.

El hijo de Guevara, un empleado del distrito escolar, tampoco podía sentarse por horas frente a una computadora para esperar que aparecieran nuevas citas para su abuela.

Fue entonces cuando el jefe de Guevara la conectó con un grupo de voluntarios que ayudan a personas como su madre a vacunarse.

Tres días y una llamada telefónica después, Coto tenía su cita. Ahora Guevara les está contando a todas las personas que conoce sobre este grupo.

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“Se lo digo a todos mis amigos”, dijo la inmigrante de El Salvador, de 53 años, "ayudan, son muy amables y hacen todo".

Coto fue una de las cientos de personas que lograron las difíciles citas para vacunarse contra el coronavirus gracias a la ayuda de extraños. Los cuerpos de voluntarios, impulsados ​​por personas con tiempo, conocimientos de tecnología y una computadora al alcance de la mano, están dando un paso al frente en las principales áreas metropolitanas donde miles de personas compiten por los turnos para vacunarse.

Su altruismo ofrece un antídoto contra los que buscan colarse en la fila para las vacunas.

“Me gustaría eliminar el estigma de que las citas no están disponibles y que son imposibles de conseguir”, dijo Rhea Hoffman, una exmaestra de 34 años del Valle de Coachella que ha estado ayudando a las personas a vacunarse. "Probablemente pueda conseguirte una cita en 48 horas si calificas, y no es un problema, solo dame un segundo", agregó.

Rhea Hoffman dice que puede pasar hasta 10 horas al día reservando citas para otras personas.
Rhea Hoffman dice que puede pasar hasta 10 horas al día reservando citas para otras personas.Stori Hoffman

Los voluntarios refuerzan a los Gobiernos locales para ayudar a las personas desfavorecidas a vacunarse. En California, funcionarios de los condados tienen líneas telefónicas directas, organizan clínicas móviles, contratan trabajadores de salud comunitarios y se asocian con comunidades religiosas y organizaciones de base para que las personas se inscriban en una cita o se vacunen cerca de sus casas.

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Barbara Ferrer, directora de salud pública del condado de Los Ángeles, felicita a los "increíbles" grupos de voluntarios: "Me hace sentir bien el hecho de que la gente esté dando un paso al frente y ayudando a las personas que realmente han tenido dificultades para conseguir esas citas".

Los vecindarios del condado de Los Ángeles más afectados por el coronavirus son también los que tienen las tasas de vacunación más bajas.

En las áreas más humildes, como Pacoima, San Fernando y Hawaiian Gardens, por ejemplo, del 9% al 12% de la población había recibido al menos una dosis hasta el 20 de febrero, mientras que en los ricos Bel-Air, Century City y Beverly Hills un tercio de sus residentes había sido vacunado. Las estadísticas estatales muestran disparidades similares.

Los grupos de voluntarios son vitales para expandir la vacunación entre personas de bajos ingresos, discapacitadas y aisladas, dijo Louise McCarthy, presidenta de la Asociación de Clínicas Comunitarias del Condado de Los Ángeles.

Liz Schwandt cofundó un grupo de voluntarios para ayudar a los residentes de Los Ángeles a reservar citas para vacunas. Colgó estos letreros en su cerca para anunciar los servicios gratuitos.
Liz Schwandt cofundó un grupo de voluntarios para ayudar a los residentes de Los Ángeles a reservar citas para vacunas. Colgó estos letreros en su cerca para anunciar los servicios gratuitos.Liz Schwandt

Su grupo representa a 64 clínicas comunitarias y centros de salud que son clave para que más personas se vacunaran, ya sea administrando inyecciones directamente o ayudando a las personas a navegar por los sistemas de registro.

"Necesitamos todas las manos para ayudar a las personas a tener acceso a esta vacuna", dijo McCarthy, "la gente ya se está quedando atrás, y son proyectos como éste los que nos ayudan a ponernos al día".

Los voluntarios se han sumado al esfuerzo después de ver lo difícil que era concertar citas para ellos, sus padres o sus abuelos. Les encanta ayudar a las personas, y unirse a altruistas de ideas afines en las redes sociales les ayuda a ser más eficientes en el proceso.

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Es un paso natural pasar de "preocuparse por sus padres y aprender estas habilidades, a preocuparse por los padres o abuelos de otra persona", dijo Liz Schwandt, directora de un programa de infancia temprana de 45 años en un preescolar en Los Ángeles.

Schwandt cofundó Get Out the Shot: Los Ángeles, el grupo que hizo la cita de Coto, y ahora tiene alrededor de 100 voluntarios que han reservado al menos 300 citas directamente por el sistema del grupo, y hasta 4,000 a través de sus esfuerzos individuales.

Schwandt dijo que no asumió esta misión por enojo, y no culpa al lanzamiento de la vacuna ni a los trabajadores de salud pública, quienes, dijo, trabajan diligentemente para proteger la salud de las personas. Simplemente, vio una necesidad y pudo satisfacerla.

“Estas barreras tecnológicas son reales, y cada dosis que recibe una persona es una protección potencial para su vida y su familia”, expresó.

Para obtener ayuda del grupo de Schwandt, los residentes de Los Ángeles pueden dejar un mensaje telefónico o completar un formulario de Google con su dirección, disponibilidad y otros detalles. Luego, un voluntario toma el caso, busca una cita y llama para confirmar.

Los que hacen las reservas y tienen buena memoria recuerdan los días y horarios en que ciertos sitios publican un nuevo lote de citas y se mantienen al día sobre los nuevos desarrollos a través de grupos de Facebook u otras redes sociales.

George y Cathi Rimalower, una pareja de Berverly Hills cuyo nieto asiste a la escuela de Schwandt, se ha quedado despierta hasta altas horas de la noche para conseguir turnos para otros. Todavía estaban en pijama a las 11:30 de la mañana después de esperar hasta la un de la madrugada para terminar una serie de citas.

George y Cathi Rimalower
George y Cathi Rimalower, vistos durante una visita prepandémica al Taj Majal en Agra, India, tienen una competencia amistosa para ver quién puede asegurar la mayor cantidad de citas de vacunación para los necesitados. Hasta el 5 de marzo, estaban empatados en alrededor de 60 personas cada uno.  George Rimalower

"En mi caso, no hay excusa para que yo, como persona retirada con los recursos disponibles para ayudar a la gente, me quede sentada y no haga nada", dijo George Rimalower, de 69 años, quien dirigía una empresa de traducción con su esposa. Rimalower, nacido en Argentina, responde principalmente a las solicitudes de hispanohablantes.

"Es bueno dar dinero y eso siempre es útil", dijo Cathi Rimalower, de 67 años, "pero también se siente bien dar algo de tiempo".

La pareja se divierte compitiendo sobre su trabajo. Hasta ahora, cada uno ha reservado alrededor de 60 citas.

Hoffman, la encargada de reservas de Coachella Valley, había pasado la mayor parte de la pandemia supervisando la educación en línea de sus dos hijos mientras se ofrecía como moderadora de Zoom para una clase de un colegio comunitario para personas mayores.

Cuando finalmente las vacunas estuvieron disponibles, tardó cuatro días en concertar citas para sus padres. Al ver lo difícil que fue el proceso, le preguntó a su clase si necesitaban ayuda; la mayoría de los estudiantes levantaron la mano.

Hoffman y un amigo que trabajaba en marketing y diseño gráfico crearon un sitio web para publicitar sus servicios de voluntariado. Hoffman estima que los dos han reservado 350 citas. Han hablado con un miembro del Concejo Municipal de Coachella para diseñar una estrategia sobre cómo pueden expandirse y ayudar de una manera más oficial.

Muchas de estas organizaciones de voluntarios se están enfocando en lograr que las minorías o las personas de comunidades desatendidas tomen ciertos turnos disponibles en lugares específicos.

En Chicago, Brianna Wolin, de 26 años, dijo que los 45 ángeles en su grupo de Facebook han programado más de 750 citas de vacunas para personas mayores y otras personas, teniendo en cuenta la equidad.

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"No vamos a reservar un turno para una persona que vive en los suburbios del norte en el sureste de Chicago, porque nunca hubieran pisado esta zona si no fuera por la vacuna que buscan desesperadamente", dijo.

"Después de un año de preocuparte tanto por ti mismo y por tus propias necesidades y tu propia seguridad, se siente muy bien hacer algo por los demás", dijo Wolin, estudiante de posgrado de ortopedia.

KHN (Kaiser Health News) es la redacción de KFF (Kaiser Family Foundation), que produce periodismo en profundidad sobre temas de salud. Junto con Análisis de Políticas y Encuestas, KHN es uno de los tres principales programas de KFF. KFF es una organización sin fines de lucro que brinda información sobre temas de salud a la nación.