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Aumentan las exenciones religiosas para evitar los mandatos de la vacuna contra el COVID-19

Pese a que la mayoría de religiones no está en contra de las vacunas contra el coronavirus, varios trabajadores estatales han argumentado sus creencias como un impedimento para seguir las recomendaciones sanitarias, que cada vez se vuelven más exigentes.

Por Collen Long y Andrew Demillo – AP

Alrededor de 3,000 empleados del Departamento de Policía de Los Ángeles están alegando objeciones religiosas para no vacunarse contra el COVID-19. En el estado de Washington, miles de trabajadores estatales están solicitando exenciones similares.

Las objeciones religiosas, que antes se utilizaban escasamente en todo el país para no aplicar varias vacunas obligatorias, se están convirtiendo en un recurso legal mucho más utilizado con la vacuna COVID-19. 

La semana pasada el presidente, Joe Biden, estableció el requisito para más de 100 millones de estadounidenses, incluidos los empleados del poder ejecutivo y los trabajadores de empresas con más de 100 personas en nómina.

La Administración reconoce que una pequeña minoría de estadounidenses utilizará, y algunas tratarán de explotar las exenciones religiosas. Pero le apuesta a que incluso las mejoras marginales en las tasas de vacunación salvarán vidas. 

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No está claro cuántos empleados federales han solicitado una exención religiosa, aunque los funcionarios del sindicato dicen que habrá muchas peticiones. El Departamento de Trabajo ha dicho que una adecuación puede ser denegada si supone una carga excesiva para el empleador. 

En los estados, los requisitos de la mascarilla y vacunas varían, pero la mayoría ofrece excepciones para ciertas condiciones médicas u objeciones religiosas o filosóficas. El uso de éstas, sobre todo por parte de los padres en nombre de sus hijos en edad escolar, ha ido creciendo en la última década.

La exención fue consagrada en la Ley Federal de Derechos Civiles de 1964, que establece que los empleadores deben hacer ajustes razonables para los empleados que se oponen a los requisitos de trabajo debido a sus creencias religiosas "sinceras".

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Una creencia no tiene que estar reconocida por una religión organizada, y puede ser nueva, inusual o "parecer ilógica o irrazonable para los demás", según las normas establecidas por la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo. Pero no puede basarse únicamente en ideas políticas o sociales.

Eso pone a los empresarios en la difícil posición de determinar qué es una creencia religiosa legítima y qué es un intento de evasión.

Muchas de las principales religiones no tienen objeciones a las vacunas contra el COVID-19. Pero su aprobación ha suscitado acalorados debates debido al papel que han desempeñado durante mucho tiempo las líneas celulares derivadas del tejido fetal, directa o indirectamente, en la investigación y el desarrollo de diversas vacunas y medicamentos.

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Los líderes católicos romanos de Nueva Orleans y St. Louis  llegaron a calificar la inyección de COVID-19 de Johnson & Johnson de "moralmente comprometida" aún cuando la compañía ha subrayado que no hay tejido fetal en su vacuna.

Además, la oficina de doctrina del Vaticano ha dicho que es "moralmente aceptable" que los católicos reciban las vacunas COVID-19 que se basan en la investigación que utilizó células derivadas de fetos abortados. El propio Papa Francisco asegura que sería un "suicidio" no vacunarse, y él se ha vacunado completamente con la fórmula de Pfizer.

En Nueva York, los legisladores estatales han intentado hacer obligatoria la vacuna para los trabajadores médicos, sin exenciones religiosas. El martes, un juez federal impidió que el estado aplicara la norma para dar tiempo a un grupo de trabajadores a argumentar que es ilegal porque carece de la exención religiosa. 

En todo Estados Unidos, funcionarios públicos, médicos y líderes comunitarios han tratado de ayudar a la gente a eludir las mascarillas y los requisitos de vacunación.

En Tulsa, Oklahoma, el pastor Jackson Lahmeyer está ofreciendo un formulario de "exención religiosa" en el sitio web de su iglesia para su descarga, junto con enlaces para donaciones sugeridas a la iglesia. Este joven de 29 años se presenta como candidato al Senado por el Partido Republicano.

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Pero obtener una exención religiosa no es tan sencillo como presentar un formulario firmado. Los brotes de sarampión en las escuelas durante la última década hicieron que algunos estados cambiaran sus políticas. Ahora varios exigen  una declaración jurada firmada por un líder religioso en lugar de un formulario en línea. California se deshizo de las exenciones no médicas en 2015.

Algunos empleadores están adoptando medidas más agresivas. United Airlines comunicó a sus empleados la semana pasada que aquellos que obtuvieron exenciones religiosas estarían de baja sin sueldo hasta que se establecieran los nuevos procedimientos de pruebas de coronavirus.

En Los Ángeles, el jefe de policía Michel Moore dijo que está esperando la orientación del departamento de personal de la ciudad con respecto a las exenciones. La ciudad ha ordenado que los empleados municipales se vacunen antes del 5 de octubre, a menos que se les conceda una exención médica o religiosa. Un grupo de empleados de la policía de Los Ángeles ha interpuesto una demanda por esta política.

En el estado de Washington, aproximadamente 60,000 empleados estatales están sujetos a un mandato emitido por el gobernador Jay Inslee de que se vacunen completamente antes del 18 de octubre o pierdan su trabajo, a menos que obtengan una exención médica o religiosa y reciban una adaptación que les permita seguir siendo empleados.

Hasta el martes, más de 3,800 trabajadores habían solicitado exenciones religiosas. Hasta ahora, 737 han sido aprobadas, pero los funcionarios subrayan que una exención no garantiza la continuidad del empleo.