Por Jonathan Krieger – NBC News*
En este preciso momento, hay científicos compitiendo por desarrollar una vacuna para detener la propagación del COVID-19; equipos médicos trabajando las 24 horas del día para salvar vidas; y empresas instalando aparatos como escáneres térmicos y barreras de plexiglás para proteger a clientes y empleados.
Pero mientras unos mueven cielo y tierra para mantenernos a salvo, hay muchos que, al bajar la guardia, se bajan también la mascarilla.
Como país, nunca hemos sido famosos por seguir instrucciones simples, pero uno pensaría que por lo menos podríamos ir un poquito más allá de los intentos fallidos, los fracasos y los esfuerzos desganados que se ven por las calles de Estados Unidos.
Estas ofensas masivas llegan en el peor momento posible. Los estados están registrando un número récord de casos nuevos de coronavirus, e incluso así continúan con sus planes de reapertura económica. Las últimas proyecciones dicen que casi 180,000 estadounidenses habrán muerto para el 1 de octubre.
Pero todavía hay tiempo para hacer algo al respecto. Los científicos estiman que si el 95% de los ciudadanos comienza a usar mascarillas en este momento, salvarían cerca de 25,000 vidas en los próximos tres meses.
Pero claro, eso es asumiendo que la gente las use bien. Los médicos nos dicen que, para bloquear eficazmente las pequeñas gotas respiratorias que propagan el COVID-19, las mascarillas deben cubrir la cara desde la parte inferior de la barbilla hasta la parte superior de la nariz.
A todos los que están siguiendo estas instrucciones, muchas gracias. Pero parece que muchos necesitan repasar este curso. Aquí tiene ocho ejemplos que quizá usted haya visto por ahí y que definitivamente son incorrectos.
Usted está usando su mascarilla mal si ha hecho esto:

Esta persona hizo bien el primer paso: se puso la tira de la mascarilla alrededor de una oreja, pero luego se dio por vencida cuando le tocó ponérsela sobre la segunda oreja. Para quienes buscan la elegante estética de una oreja de elefante, la mascarilla colgante es perfecta. Para quienes buscan salvar vidas, no tanto.

Reducir el desperdicio es loable cuando hablamos de reutilizar bolsas de supermercado. Pero siga haciéndolo con su tapabocas y cuando se dé cuenta ya estará usando algo tan sucio que califica como desperdicio tóxico móvil. Los expertos recomiendan que los cubrebocas de tela se laven con frecuencia. Al menos lavarla aunque sea una vez ya sería un buen comienzo.

Algunas personas logran superar el duro desafío de hablar con mascarilla. Otros, bueno, no lo logran. Pero si usted está considerando bajarse su tapabocas para que otros puedan entenderle mejor sus importantes opiniones, ¿por qué no intenta murmurar menos y hablar más claro? Así, el que lo oye puede mantenerse a salvo mientras usted le explica lo que piensa sobre ese documental nuevo que vio en Netflix.

Mire, a nadie le gusta estornudarse encima. ¿Pero sabe a quién tampoco le gusta que le estornuden encima? A todo el mundo alrededor suyo. Si siente la necesidad incontrolable de disparar miles de gotas al aire, en una explosión de gran velocidad y de gran alcance, quizá no sea el mejor momento para quitarse la mascarilla.

¿Sabe cuál es la peor parte de usar una mascarilla? Usar una mascarilla. Es incómodo, te tapa la cara y, cuando pega la humedad es una pesadilla. Pero para aclarar, un tapabocas no es un talismán para evitar una infección simbólicamente; es una precaución efectiva para frenar la propagación de un virus. Pero solo cuando se usa, bueno, como un tapabocas.

Muchos diseñadores ahora están fabricando mascarillas con agujeros para los popotes, pitillos, pajitas, (o como se diga en su país) para las bebidas. Pero los expertos advierten que los cubrebocas con agujeros no previenen la transmisión viral, una aclaración que francamente suena como que le estamos haciendo perder el tiempo a los expertos. Pero, de nuevo, los expertos también tuvieron que explicarle al presidente que uno no debe ingerir lejía para matar al coronavirus.

Si usted usa una de esas mascarillas sueltas y estiradas como la manga de un mago, que cuelgan flácidas sobre su cara, no solo está disminuyendo la efectividad de su tapabocas, también está indicando que básicamente ya se rindió con la vida. Y eso que ahora que hay tanta gente en Estados Unidos andando en pijama y en chanclas todo el tiempo, y que se duchan cada dos días, eso ya es decir mucho.

Todavía hay mucho que no sabemos sobre el coronavirus. Pero cuando se trata de respirar, la comunidad científica está de acuerdo: lo hacemos por la boca y la nariz. Por lo tanto, esa mascarilla que usted ha usado para cubrirse la primera pero no la segunda es, sí, digamos que técnicamente mejor que nada, pero tampoco es que sea mucho.
*Ilustraciones de Robin Muccari / NBC News
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