Por Dan De Luce - NBC News
A pesar de la indignación en los países occidentales por la invasión rusa de Ucrania, muchas otras naciones del mundo, incluidos algunos aliados y socios importantes de Estados Unidos, se han mostrado reacios a confrontar a Rusia o a apoyar las sanciones económicas contra el país invasor, dicen expertos y exfuncionarios estadounidenses.
Un pequeño número de países ha declarado su apoyo incondicional a Rusia desde que sus fuerzas entraron en Ucrania, incluidos los regímenes de Siria, Bielorrusia, Eritrea, Corea del Norte, Cuba y Venezuela.
Pero una lista más larga de Gobiernos, incluido China, ha evitado usar la palabra “invasión”, se ha abstenido de votar en la ONU para condenar a Rusia o se ha negado a participar en las sanciones económicas.
La respuesta ambivalente de los Gobiernos de todo el mundo refleja cómo Rusia ha podido utilizar su riqueza petrolera, su industria de defensa y sus lazos históricos para mantener cierto grado de influencia en países extranjeros.
Rusia está observando de cerca la respuesta de otros países, incluidos los clientes de su industria de defensa y otros productores de petróleo. Pero un Gobierno en particular puede tener la clave para Moscú: China.
Los expertos dicen que China sola tiene el peso económico y el poder global para ayudar a suavizar el golpe de las duras sanciones económicas introducidas por Estados Unidos y la Unión Europea, o para persuadir potencialmente a Moscú de que se retire de su ofensiva militar en Ucrania.
Estos son algunos de los países que siguen apoyando a Vladimir Putin y qué razones tienen para hacerlo:
India
Rusia suministra alrededor del 60% de las armas y equipos para el ejército de India, la piedra angular de una relación amistosa de décadas entre Moscú y Delhi. Los expertos dicen que eso explica en parte por qué India ha usado un lenguaje discreto en respuesta a la guerra en Ucrania, evitando críticas agudas a Rusia e instando a una solución diplomática. India también evitó criticar a Rusia después de su toma de la Península de Crimea en Ucrania en 2014.
“Creo que los estrategas indios calculan que no pueden darse el lujo de alienar a Rusia”, dijo Lisa Curtis, investigadora principal del Center for a New American Security, quien sirvió en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca de 2017 a 2021.
India ha tratado de comprar más equipo militar de Estados Unidos y otros países en los últimos años, pero sigue dependiendo de Rusia, dijo Curtis. Al ver a los vecinos Pakistán y China como adversarios, India está cada vez más preocupada por la profundización de los lazos de Moscú con Beijing.
En una medida que frustrará a Washington, el Banco Central de India está explorando un acuerdo comercial con Moscú que usaría solo rupias indias y rublos rusos, para burlar las sanciones occidentales, según el Financial Times y otros medios de prensa. India también planea comprar tres millones de barriles de petróleo de Rusia, con descuento.
Israel
El ataque de Rusia a Ucrania ha colocado a Israel, un aliado incondicional de Estados Unidos, en una posición delicada. Inicialmente cauteloso en su reacción, Israel ha condenado la invasión rusa a Ucrania en un lenguaje cada vez más duro, pero hasta ahora no se ha unido a otras democracias para imponer sanciones económicas contra Moscú.
Según la ley israelí, las sanciones solo pueden imponerse a un país designado como estado enemigo.
Israel tampoco ha prometido enviar armas a Ucrania, a pesar de que los drones de fabricación israelí podrían ser extremadamente útiles para Kiev en su intento de defenderse del ataque ruso.
Israel, citando sus relaciones amistosas con Moscú y Kiev, se ha ofrecido a desempeñar un papel como mediador en el conflicto. Desde que comenzó la guerra, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, se reunió con el presidente Vladimir Putin en Moscú y mantuvo varias conversaciones telefónicas con él y con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy. Israel también ha enviado ayuda humanitaria a Ucrania.
Desde que Rusia desplegó fuerzas en Siria para apuntalar el régimen de Bashar Assad, Israel ha forjado un entendimiento con Moscú que permite a las fuerzas israelíes atacar los envíos de armas iraníes a Hezbolá en el Líbano u otras milicias respaldadas por Irán en Siria, según exfuncionarios estadounidenses.
En medio de preguntas sobre si los oligarcas rusos con propiedades y vínculos con Israel podrían evadir las sanciones occidentales en el país, el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Yair Lapid, prometió que su país "no será una ruta para eludir las sanciones impuestas a Rusia por Estados Unidos y otros países occidentales”.
Sin embargo, funcionarios israelíes fueron citados en los medios israelíes diciendo que el Gobierno no tenía autoridad para impedir que una empresa israelí hiciera negocios con empresas rusas.
Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos
Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos se han negado a respaldar a la Administración Biden en su intento de aislar y castigar a Rusia por la invasión de Ucrania, y las dos potencias regionales han evitado criticar a Moscú desde que las fuerzas rusas comenzaron lo que Putin llama una “operación militar especial”.
Emiratos Árabes Unidos se abstuvieron el mes pasado de votar un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condena la invasión rusa de Ucrania. Y hasta ahora, los países del Golfo no han optado por aumentar la producción de petróleo para controlar un aumento en los precios del crudo, a pesar de las solicitudes de Washington y otros Gobiernos occidentales.
Las ricas monarquías del Golfo Pérsico ven a Rusia como un actor crucial en una coalición de productores de petróleo diseñada para administrar el mercado mundial del petróleo.
En 2019, los saudíes y otras potencias petroleras invitaron a Rusia a formar un grupo ampliado conocido como OPEP+ para controlar la producción y garantizar un mercado petrolero estable y rentable.
Los estados árabes del Golfo no quieren poner en peligro ese acuerdo por la guerra en Ucrania, y ven a Rusia como un pilar importante para la coalición productora de petróleo.
Los estados del Golfo Pérsico, que albergan a las fuerzas estadounidenses, han apoyado constantemente a Estados Unidos durante décadas, pero su respuesta a la guerra en Ucrania refleja cómo sus intereses comienzan a divergir de los de Washington, según expertos.
El asesinato en 2018 del columnista del Washington Post Jamal Khashoggi por parte de un equipo de ataque saudita ha ejercido una tensión permanente en las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita, y los emiratíes están frustrados porque la Administración Biden no ha impuesto sanciones duras a las fuerzas hutíes respaldadas por Irán después de una serie de ataques en Emiratos Árabes Unidos.
Los estados del Golfo también desconfían de los esfuerzos de la Casa Blanca de Biden para revivir el acuerdo nuclear con Irán de 2015, por temor a que la restauración del acuerdo pueda dar fuerzas a sus archirrivales en Teherán.
Turquía
Bajo la presidencia de Recep Tayyip Erdogan, Turquía ha tenido una relación contradictoria con Rusia, y los dos Gobiernos han encontrado puntos en común en algunas áreas, incluso cuando chocan en otras.
Turquía, miembro de la OTAN, votó a favor de una resolución de la Asamblea General de la ONU que condena a Rusia por sus acciones en Ucrania, pero no impuso sanciones a Moscú ni cerró su espacio aéreo a los aviones rusos.
En Libia y Azerbaiyán, Turquía ha apoyado a grupos que luchan contra las fuerzas respaldadas por Rusia. Pero Erdogan y Putin han forjado una relación amistosa, y Turquía ha comprado misiles antiaéreos S-400 de fabricación rusa y ha cerrado acuerdos energéticos con Moscú. Turquía también mira a Rusia para que le ayude a mantener la presión sobre los grupos kurdos en Siria, ya que Ankara teme el surgimiento de un estado kurdo en su frontera.
En Ucrania, el Gobierno de Kiev ha utilizado drones de fabricación turca con gran eficacia contra los convoyes blindados rusos, aunque Ankara no ha llamado la atención sobre sus exportaciones de armas a Ucrania.
Turquía ha calificado la invasión rusa como una “guerra”, lo que le permite, en virtud de la Convención de Montreux de 1936, cerrar el Estrecho del Bósforo, que conecta con el Mar Negro, a los buques de guerra. Pero la decisión no significa que la armada de Rusia no pueda navegar hacia el Mar Negro.
Como uno de los estados ribereños del Mar Negro, Rusia puede afirmar que el movimiento de barcos a través del área es para regresar a su base naval de origen. Sin embargo, la acción de Turquía podría socavar la capacidad de Rusia para reabastecer sus fuerzas.
Mientras intenta equilibrar a Rusia, Ucrania y la OTAN, Turquía se ha convertido en un mediador potencial, junto con Israel, en los esfuerzos por encontrar una solución negociada a la guerra.
Erdogan ha estado ofreciendo ayudar con el diálogo entre Moscú y Kiev desde abril del año pasado, recibiendo a Zelenskyy para las conversaciones y luego viajando a la ciudad rusa de Sochi en septiembre para reunirse con Putin.
A principios de este mes, Turquía organizó las primeras conversaciones cara a cara entre funcionarios rusos y ucranianos en la ciudad sureña de Antalya, donde los ministros de Relaciones Exteriores discutieron un posible alto el fuego de 24 horas.
China
La respuesta de China a la guerra en Ucrania podría determinar el resultado del conflicto y el enfrentamiento más amplio entre Moscú y Occidente.
China se presenta a sí misma como neutral ante la “crisis” en Ucrania, pero sus medios estatales se hacen eco de la propaganda rusa y han respaldado la opinión de Rusia de que la guerra fue causada por la expansión de la OTAN desde el final de la Guerra Fría.
Durante años, los lazos entre Rusia y China han mejorado constantemente, particularmente desde que Xi Jinping llegó al poder.
Las dos potencias comparten puntos en común en su hostilidad hacia Estados Unidos, las democracias en general y el orden mundial basado en reglas creado por Estados Unidos y sus aliados europeos después de la Segunda Guerra Mundial. Al margen de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, Xi y Putin dijeron en una declaración conjunta que la asociación entre sus dos países “no tenía límites” y que no había “áreas de cooperación imposibles”.
Desde que el Gobiernos de Estados Unidos y algunos en Europa impusieron sanciones a Rusia después de la invasión, las exportaciones de China a Rusia han aumentado, incluidos equipos eléctricos, vehículos y maquinaria, mientras que Moscú ha enviado a China productos derivados del petróleo y madera.
Pero no está claro si China estaría lista para enviar material militar a Rusia para reponer las existencias gastadas.
China dice que ha enviado ayuda humanitaria a Ucrania y ha acusado a Estados Unidos de agravar el conflicto al enviar armas al gobierno de Kiev.
La guerra ha complicado las ambiciones de China en Europa, un mercado clave en los planes a largo plazo de Beijing, y sus efectos en la economía mundial podrían tener consecuencias graves para la economía de China, que ya se tambaleaba antes de la invasión rusa.
Aunque India y otros países parecen dispuestos a seguir comerciando con Rusia y abstenerse de criticarla públicamente, solo China tiene el poder de lanzarle un salvavidas a Rusia, mientras las sanciones occidentales aplastan su economía.
“Hay países que podrían ayudar a Rusia aquí y allá. Pero la gran pregunta es realmente China”, dijo Barry Pavel, exfuncionario del Pentágono.
Como lo ha hecho en otros casos, incluso con Irán o Corea del Norte, China puede decidir hacer la vista gorda ante las sanciones occidentales sin desafiarlas explícitamente, según Pavel.
Los expertos no están de acuerdo sobre en qué medida China podría aliviar el impacto de las duras sanciones financieras que provocaron la caída del rublo ruso y generaron especulaciones de que el sector bancario ruso podría eventualmente colapsar.
Sudáfrica
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, culpó a la OTAN por la guerra en Ucrania y dijo que se resistiría a los llamados para condenar a Rusia.
Los líderes políticos sudafricanos conservan su lealtad a Moscú desde la época de la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética entrenaba y armaba a los activistas contra el apartheid mientras que Estados Unidos apoyó al régimen del apartheid durante años.
Sudáfrica se encontraba entre las dos docenas de países africanos que se negaron a unirse a una votación de las Naciones Unidas este mes deplorando las acciones de Rusia en Ucrania.
Rusia ha cultivado lazos en todo el continente a través de acuerdos de cooperación militar sin condiciones de derechos humanos, y los mercenarios rusos han sido vinculados a conflictos en la República Centroafricana y Malí.
“La mayoría de la humanidad (que no es blanca) apoya la posición de Rusia en Ucrania”, dijo en un tuit el teniente general Muhoozi Kainerugaba, hijo del presidente de Uganda, Yoweri Museveni.