El presidente Vladimir Putin ordenó el domingo que las fuerzas de disuasión nuclear de Rusia estuvieran en alerta máxima, elevando las tensiones a un nuevo nivel justo cuando Ucrania aceptó mantener conversaciones con funcionarios rusos en Bielorrusia, tras haber rechazado inicialmente la idea.
En un comunicado, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, aseguró que había hablado con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, y que había aceptado reunirse con los rusos "sin condiciones previas". Zelenskyy había dicho anteriormente que su Gobierno no asistiría a las negociaciones en Bielorrusia, un estrecho aliado de Moscú donde se concentraron miles de tropas rusas en el período previo a la invasión de la semana pasada.
Zelenskyy anunció el domingo que una delegación ucraniana se reuniría con funcionarios rusos cerca del río Pripyat en Bielorrusia, pero indicó que es poco probable que se produzca un avance.
“Recalco, sin condiciones, diré con la franqueza de siempre: no tengo mucha fe en el resultado de esta reunión”, dijo en un video compartido en su canal de la red social Telegram, “pero que lo intenten para que ningún ciudadano de Ucrania tenga ninguna duda de que yo, como presidente, traté de detener la guerra cuando había aunque fuera una pequeña posibilidad”.
En una llamada telefónica el domingo anterior, Lukashenko prometió que todos los misiles, aviones y helicópteros en su país permanecerían en tierra mientras los funcionarios ucranianos viajan hacia y desde Bielorrusia, así como durante la próxima reunión, dijo Zelenskyy.
Ucrania no ha dicho cuándo se llevará a cabo la reunión o quién formará parte de su delegación.
Fuerzas nucleares rusas en "alerta máxima"
Rusia, al igual que la OTAN y Estados Unidos, cuenta con miles de cabezas nucleares en su arsenal, y al ponerlas en alerta máxima, Putin, por primera vez en este conflicto, elevó explícitamente las apuestas mundiales a un nivel mucho más mortífero.
En una reunión con sus altos funcionarios el domingo, Putin dijo a su ministro de Defensa y al jefe del Estado Mayor del ejército que pusieran a las fuerzas de disuasión nuclear en un "régimen especial de servicio de combate".
"Los países occidentales no sólo están llevando a cabo acciones poco amistosas contra nuestro país en la esfera económica, sino que altos funcionarios de los principales miembros de la OTAN hicieron declaraciones agresivas con respecto a nuestro país", aseguró Putin en comentarios televisados.
La orden significa que Putin quiere que las armas nucleares de Rusia estén preparadas para su lanzamiento y aumenta la amenaza de que la invasión de Ucrania por parte de Moscú y la respuesta de Occidente a la misma puedan desembocar en una guerra nuclear.
Por su parte la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, respondió a las declaraciones y dijo que Putin estaba recurriendo a un patrón que utilizó en las semanas previas al lanzamiento de la invasión de Ucrania, "que es fabricar amenazas que no existen para justificar más agresiones. La comunidad mundial y el pueblo estadounidense deberían mirarlo a través de ese prisma. Lo hemos visto hacer una y otra vez".
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Un alto funcionario de la Administración Biden calificó de "innecesaria" la orden del líder ruso.
"En cada paso de este conflicto, Putin ha fabricado amenazas para justificar acciones más agresivas: nunca estuvo bajo amenaza de Ucrania o de la OTAN, que es una alianza defensiva que no luchará en Ucrania. La única razón por la que sus fuerzas se enfrentan están en riesgo hoy es porque invadieron un país soberano, y uno sin armas nucleares", aseguró el funcionario a NBC News.
Los anuncios de Zelenskyy y el presidente ruso se produjeron después de que las fuerzas ucranianas y rusas libraran batallas campales en Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, y de que el presidente Volodymyr Zelenskyy aceptara hablar con una delegación rusa que ha llegado a Bielorrusia este mismo domingo.
Mientras los combates se intensifican en el cuarto día de enfrentamientos, los habitantes de Kiev se despertaron para descubrir que la capital seguía en manos ucranianas.
"Cualquiera que quiera unirse a la defensa de Ucrania, Europa y el mundo puede venir a luchar codo con codo con los ucranianos”, dijo la oficina de Zelenskyy en un comunicado. "No hay mayor contribución que pueda hacer por el bien de la paz".
Su ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, se hizo eco del llamamiento, invitando a los extranjeros a ponerse en contacto con las misiones diplomáticas de Ucrania en sus respectivos países.
Según las autoridades regionales, los vehículos rusos irrumpieron en Kharkiv, una ciudad de 1.4 millones de habitantes situada a unas 12 millas de la frontera con Rusia.
Durante la noche, las fuerzas rusas hicieron estallar un gasoducto en la ciudad, según las autoridades. Los funcionarios trataron de tranquilizar a los residentes de que no se trataba de un ataque nuclear después de que la explosión enviara una enorme bola de fuego al cielo.
"Ahora es bastante peligroso en las calles de la ciudad”, dijo el jefe de policía Volodymyr Tymoshko mientras rogaba a los residentes que no salieran a la calle. "Debido a los pequeños grupos del enemigo que irrumpieron en la ciudad, los combates continúan".
En un mensaje de vídeo publicado en su cuenta de Instagram el domingo, Zelenskyy calificó la noche de “brutal” en todo el país. Las fuerzas rusas estaban atacando edificios residenciales, jardines infantiles e incluso ambulancias, dijo.
Rusia ha negado que haya atacado a civiles.
Kiev permanecerá bajo un estricto toque de queda hasta las 8:00 am, hora local, del lunes, lo que complica la tarea de evaluar la intensidad de los combates, ya que se pidió a los residentes que evitaran aventurarse en las calles y buscaran refugio.
Con información de NBC News y The Associated Press