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Las sanciones obligan a Rusia a fabricar un popular automóvil sin airbags ni otros elementos de seguridad

El primer auto ruso producido desde la invasión de Ucrania tuvo que sacrificar la seguridad debido a las sanciones en “un paso atrás muy simbólico” para la posición de Rusia a nivel mundial, según los expertos.

Por Phil McCausland - NBC News

Una empresa automovilística rusa obstaculizada por las sanciones internacionales por la invasión de Ucrania reanudó la producción la semana pasada, pero el fabricante se vio obligado a eliminar elementos de seguridad clave, como los airbags, en la última versión de su popular sedán.

Avtovaz detuvo la producción de su marca Lada en marzo y despidió a muchos de sus trabajadores porque no podía adquirir ciertas piezas debido a las sanciones. Pero, tras la decisión del Gobierno ruso de recortar las normas de seguridad, las líneas de montaje volvieron a cobrar vida.

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Como resultado, el asequible turismo de cuatro puertas Lada Granta, ya no contará con airbags, sistemas de frenado antibloqueo, control electrónico de estabilidad o bloqueos de retracción de emergencia en los cinturones de seguridad. Tampoco cumple las normas de emisiones del siglo XXI adoptadas por muchos de los vecinos de Rusia.

“Se trata de un paso muy retrógrado”, opinó David Ward, presidente ejecutivo del Programa de Evaluación de Automóviles Nuevos, un grupo destinado a desarrollar normas de seguridad para los automóviles en todo el mundo.

Afirmó que es “muy triste” e “irónico” que Rusia haya dado marcha atrás en materia de seguridad, sobre todo teniendo en cuenta que el país ocupa la vicepresidencia del Foro Mundial para la Armonización de las Reglamentaciones sobre Vehículos de las Naciones Unidas.

“¿Cómo pueden pretender ser líderes en seguridad vial a nivel mundial?”. se preguntó Ward, calificándolo de “un paso atrás muy simbólico” para el país que había acogido la primera gran conferencia sobre seguridad vial en 2009. 

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Expertos en política exterior entrevistados por nuestra cadena hermana NBC News explicaron que se trata de una maniobra clásica del libro de jugadas de la Guerra Fría de Moscú, que se esfuerza por parecer indiferente a las sanciones económicas de Occidente mientras hace que su pueblo sacrifique comodidades esenciales, como los dispositivos de seguridad de los coches, para asegurarse de mantener la ilusión de tranquilidad económica.

Se trata de un duro cálculo político por parte del Kremlin, según Jeffrey Edmonds, que fue director para Rusia en el Consejo de Seguridad Nacional de la Administración Obama.

“Esto apunta definitivamente a una voluntad por parte del Gobierno ruso de sacrificar realmente bienes de calidad y seguridad en nombre de esta invasión”, afirmó.

Puesto de control de la empresa Avtovaz en Tolaty, Rusia, en febrero.
Puesto de control de la empresa Avtovaz en Tolaty, Rusia, en febrero.Konstantin Zavrazhin / Getty Images

“Para el público nacional y extranjero, quieren hacer ver que las sanciones no tienen realmente el impacto que tienen, y depende de una mentalidad casi de supervivencia que el Kremlin supone que tiene el pueblo ruso”, añadió.

Avtovaz fue propiedad de Renault hasta mayo, cuando devolvió la propiedad al Gobierno ruso en protesta por la invasión de Ucrania. No fue posible contactar con el fabricante de automóviles francés para que hiciera comentarios.

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Sin embargo, Avtovaz dijo en un comunicado de prensa la semana pasada que el nuevo modelo garantiza “la máxima localización posible del coche”, al mismo tiempo que hace frente al “impacto de la escasez de componentes importados”.

“Tenemos que seguir produciendo los coches más populares y asequibles del mercado ruso, que no dependen de la escasez de componentes importados”, dijo Maxim Sokolov, su presidente, en un comunicado. “Para ello, la empresa, junto con las autoridades federales y regionales, participa activamente en el desarrollo de las competencias de los proveedores rusos”.

Además de la reanudación de la producción de Avtovaz, el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, anunció que la fábrica que antes poseía Renault en la ciudad comenzaría a fabricar el Moskvich, una marca de turismos de la época soviética que se fabricó por última vez hace 20 años.

Road Safety on Russian Roads, un grupo que aboga por las normas de tráfico y seguridad de los vehículos en el país, señaló en su sitio web que casi 15,000 personas murieron en las carreteras rusas en 2021.

El grupo de defensa no pudo ser contactado para hacer comentarios y su página web ha permanecido inactiva desde que Rusia invadió Ucrania. La Alianza Mundial de ONG para la Seguridad Vial dijo que no había tenido noticias del grupo desde marzo.

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Sin embargo, las últimas cifras de muertes en carretera forman parte de un descenso constante -confirmado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)- desde que Rusia comenzó a trabajar activamente para reducir las muertes por accidentes de tráfico en la década de 2000. Eso podría cambiar con estos coches ahora en la carretera.

“El objetivo de la ONU, en cuya consecución Rusia desempeñó un papel destacado, es reducir a la mitad las muertes en carretera para 2030”, declaró Saul Billingsley, director ejecutivo de la Fundación FIA, un grupo internacional de seguridad vial con sede en Londres.

“El retroceso de estas normas básicas supone un retraso de décadas en el diseño de los vehículos y causará daños continuos en las carreteras durante los próximos años. Por desgracia, los rusos de a pie pagarán el precio”, explicó.

Este no es el único espacio en el que los viajes o la fabricación en Rusia se han visto afectados por las sanciones.

China anunció a principios de este mes que cerraba su espacio aéreo a los aviones rusos Boeing y Airbus si no se aclaraba su situación legal y de seguridad, según la agencia de noticias rusa RBK.

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Estados Unidos y la Unión Europea prohibieron la entrega de aviones civiles y piezas de repuesto una vez iniciada la guerra en Ucrania, lo que aumentó la preocupación de que algunos aviones producidos en Occidente en Rusia sean cada vez más peligrosos de volar.

A medida que aumentan las presiones para mantener los aviones en el aire, la autoridad de aviación rusa, o Rosaviatsia, ha dado permiso a las empresas rusas para desarrollar piezas de repuesto no aprobadas para aviones civiles.

“Creo que estos controles de exportación son algo que los rusos no habían previsto y están mal equipados para contrarrestar”, oinó Daniel Fried, un exembajador de Estados Unidos en Polonia que sirvió como coordinador del programa de sanciones contra Rusia en 2014. “El Kremlin va a decir que es Occidente el que hace la vida de los rusos miserable, pero creo que a muchos en Rusia no les gustará lo que está pasando”, añadió.

“Están poniendo en riesgo a su propia gente, para poder matar a más ucranianos”, lamentó.