Por Deepa Bharath - The Associated Press
Desde que los bombardeos comenzaron a intensificarse en las ciudades de Kiev y Kharkiv hace una semana, Julia Entin ha estado trabajando intensamente --a miles de millas de distancia en Los Ángeles-- para evacuar a los supervivientes del Holocausto en Ucrania.
Durante los últimos seis años, esta asistente jurídica de 39 años de la organización Bet Tzedek Legal Services ha ayudado a poner en contacto a los supervivientes del Holocausto con los servicios locales que los pueden asistir. Ahora, Entin está coordinando los esfuerzos de rescate en Ucrania porque dice que siente una conexión personal con su dolorosa situación.
"Ya son supervivientes de graves traumas", dice Entin, refugiada de la antigua Unión Soviética y nieta de un sobreviviente del Holocausto ucraniano. "Y ahora, con este conflicto, vuelven a experimentar ese trauma".
Entin es parte de una intrincada red de organizaciones comunitarias --judías y no judías-- que ha estado trabajando a diario en lo que pasa en Ucrania, con operadores de taxis y autobuses, para transportar a los miembros de las comunidades vulnerables fuera de la zona de guerra.
En un momento de crisis en el que los judíos de Ucrania intentan huir a Europa e Israel, grupos como la Federación Judía de Los Ángeles y organizaciones asociadas como la de Entin, han ayudado a las familias de Estados Unidos que quieren traer al país a sus seres queridos. Según Entin muchos se han puesto en contacto con ella directamente por su trabajo previo con los supervivientes del Holocausto.
La facilitadora ha estado llamando a los sobrevivientes en Ucrania, normalmente acompañada de un familiar o amigo.
Puede resultar difícil establecer una relación rápida con personas mayores --muchas de ellas con graves problemas de salud-- encerradas en sus casas. Entin comienza las llamadas disculpándose por hablar en ruso, en lugar de en ucraniano.
"Me identifico y les digo quién soy: la nieta de un superviviente del Holocausto", explica. “Les cuento cómo mi abuelo no fue evacuado y vivió [la Segunda Guerra Mundial] bajo la ocupación nazi. Es una conexión profunda que tenemos. Y eso ayuda a crear confianza".
Entin igual ha tenido problemas para conseguir que los supervivientes se vayan con operadores de taxi o autobuses de confianza, que, según ella, son investigados y reclutados a través de referencias. Esta semana, un hombre de casi 80 años se negó a marcharse porque temía morir en el camino.
"Convencerlo ha sido un verdadero reto porque no se puede garantizar que eso no ocurra", afirma ella.
Esta vacilación parece ser común entre las personas mayores. Svetlana Jitomirskaya, profesora de matemáticas en la Universidad de California en Irvine, ha hablado con un amigo de su padre de 87 años en Kharkiv, un superviviente del Holocausto.
"Se niega a marcharse, no quiere mudarse", dijo, y añadió que su esposa, de 88 años, también tiene problemas médicos. "Esto es lo más desgarrador".
Pero ha habido algunas historias de éxito que han mantenido la esperanza de Entin.
El domingo, el superviviente del Holocausto Valery Semenovich Zharkovsky, de 81 años, su hija Inna Valerievna Zharkovskaya y su hija de 8 años, fueron rescatados de su casa en Kharkiv.
Entin dijo el miércoles que la familia llegó a Alemania, donde vive el hermano de Zharkovsky. Aseguró que los refugiados judíos suelen elegir ir a Israel --la Ley del Retorno del país les permite hacer el aliyah (viajar a ese país) y adquirir la ciudadanía-- o a otras partes de Europa donde podrían recibir beneficios, como atención de salud, de inmediato.
"Independientemente de dónde decidan ir, tiene que ser un traspaso cálido", lo que significa que siempre habrá alguien al otro lado de la frontera para recibirlos y ponerlos en el camino hacia su destino, agregó Entin.
La prima de Zharkovsky, Marina Sonina, que vive en la zona de Chicago, afirmó que se sintió aliviada al saber que sus familiares habían salido sanos y salvos. Habló con él el sábado pasado, un día antes de que saliera de Ucrania.
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"Estaba asustado porque la situación era realmente mala", dijo, sollozando. "No está bien de salud. Me alivia mucho saber que todos están fuera de la zona de peligro y en un lugar seguro".
Ante la intensificación de los ataques, han llegado voluntarios a la frontera polaca para ayudar en las tareas de evacuación.
Liana Georgi --artista, psicóloga y activista LGBTQ que reparte su tiempo entre Berlín y Estambul-- forma parte del núcleo de voluntarios de Safebow, un grupo formado por el actor y activista de género no conforme Rain Dove para llevar a cabo operaciones de rescate.
El grupo se comunica por WhatsApp y comenzó "como una organización de apoyo mental para dar a la gente el valor de huir", dijo Georgi, hablando desde Varsovia. "Se trata de estar ahí para los demás, aunque sea virtualmente".
Safebow se ha asociado con la organización de Entin para evacuar también a los supervivientes del Holocausto.
Georgi dijo que el grupo se está centrando en el rescate de grupos minoritarios vulnerables, incluidos los de la comunidad LGBTQ, los discapacitados y las personas de color.
La Federación Judía en Los Ángeles y la Federación Judía de Norteamérica han participado en el traslado de refugiados judíos de Ucrania a Israel, dijo el rabino Noah Farkas, presidente y director general de la primera. Agregó que su organización recaudó 1 millón de dólares en cuatro días, y que el sufrimiento en Ucrania resonó en los miembros de otras comunidades de la diáspora en Los Ángeles.
"Muchos aquí incluso si no son rusos o ucranianos, se ven a sí mismos en esta historia", aseguró Farkas. "Hemos recibido donaciones de hijos y nietos de supervivientes del Holocausto. Tenemos una comunidad diversa en Los Ángeles: de Irán, Marruecos y otras comunidades mizrahi".
California también alberga a casi 60,000 inmigrantes ucranianos, la segunda cifra más alta del país después de Nueva York, según los datos de la Encuesta de la Comunidad Americana de 2016 a 2020. Solo en el área metropolitana de Los Ángeles viven unos 17,000 ucranianos.
El vicepresidente de la Federación Judía de Los Ángeles, Aaron Goldberg, que tiene su sede cerca de Jerusalem, ha ayudado a poner en contacto a los refugiados recién llegados con los servicios que necesitan.
"Nuestro objetivo es apoyar su inmigración e integración en la sociedad israelí", dijo Goldberg.
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El presidente ruso, Vladimir Putin, ha afirmado --en lo que los expertos califican como una estrategia cínica-- que quiere "desnazificar" Ucrania, dirigida por Volodymyr Zelenskyy, un presidente judío cuyos familiares fueron asesinados en el Holocausto. Se teme una nueva represión judía y algunos de los 250,000 judíos que quedan en Rusia también intentan huir a Israel, pero el proceso ha sido más complicado porque no hay tantos recursos, dijo Goldberg.
"Pero, ahora mismo, no sabemos cómo podrían afectar las sanciones a la comunidad judía allí”, aseguró. "Estamos atentos para ver qué necesidades surgen en la comunidad judía rusa".
La labor de evacuación de los supervivientes del Holocausto en Ucrania continúa mientras los bombardeos se han intensificado esta semana. El martes, Entin dijo que estaba trabajando para ayudar a tres parejas --todos supervivientes del Holocausto-- que estaban luchando tras una noche de más bombardeos y devastación en Kharkiv.
"Una de las parejas no tiene agua ni calefacción", dijo. "Llevo 38 horas seguidas tratando de resolverlo".
Entin aseguró que estaba tratando de conseguir un taxista para que visitara a la pareja sin calefacción, cuyo apartamento también estaba empezando a inundarse.
"Ha sido una noche dura", añadió. "La esposa dijo que no cree que su marido vaya a vivir mucho más tiempo".