Estados Unidos proporcionará casi 54 millones de dólares en asistencia humanitaria adicional a Ucrania, informó el domingo el secretario de Estado, Antony Blinken.
“Es con el bienestar de los ucranianos comunes en mente que estamos anunciando la provisión de casi 54 millones de dólares en asistencia humanitaria a los afectados por una invasión de Rusia”, dijo Blinken en un comunicado.
La ayuda, que pasará a través de organizaciones independientes, se gastará en proporcionar alimentos, agua potable, refugio, atención médica de emergencia, preparación para el invierno y protección, según el Departamento de Estado.
Con esto, la cifra de asistencia humanitaria que ha enviado Estados Unidos en total a Ucrania desde 2014 asciende a 405 millones de dólares.
Blinken dijo que los diplomáticos estadounidenses estaban trabajando con los países vecinos de Ucrania para mantener las fronteras abiertas para los refugiados.
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“Al igual que con cualquier situación de refugiados, hacemos un llamado a la comunidad internacional para que responda a las necesidades de quienes buscan protección de manera consistente con el principio de no devolución y nuestras obligaciones compartidas bajo el derecho internacional”, dijo Blinken. La no devolución es el principio de que nadie debe ser devuelto a un país donde sufriría un daño irreparable.
El domingo por la noche también se reportaron fuertes explosiones en Kiev, la capital ucraniana que se encuentra bajo asedio de las fuerzas rusas.
Más de 350 civiles han muerto y alrededor de 1,680 han resultado heridos en Ucrania durante la invasión rusa, que ha dejado cerca de 400,000 desplazados hasta ahora.
En medio de las tensiones de Rusia con Occidente, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, anunció este domingo que su país aumentaría el gasto militar en un 2% del producto interno bruto, invirtiendo 113,000 millones de dólares de inmediato en la defensa del país.
"El 24 de febrero marca un punto parteaguas histórico en la historia de nuestro continente", dijo Scholz en una sesión especial del parlamento alemán.
"En el centro del asunto está la cuestión de si el poder puede infringir la ley", dijo Scholz. "Si permitimos que Putin haga retroceder las manecillas del tiempo a los días de las grandes potencias del siglo XIX. O si encontramos la resolución dentro de nosotros mismos para poner límites a un belicista como Putin”.