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El precio del aceite de girasol se dispara en todo el mundo por la invasión de Ucrania

El país europeo es el mayor exportador de este líquido, pero los bombardeos por parte de Rusia han impedido comercializarlo. "Hay hombres que luchan en la guerra y yo estoy luchando aquí en los campos", dijo un trabajador ucraniano.

Por Mo Abbas, Matt Bradley y Yelyzaveta Kovtun - NBC News

El precio del aceite de girasol se dispara en todo el mundo, pero Roman Tarasevich tiene una montaña de semillas de girasol que no ha podido vender.

Ucrania es el mayor exportador de aceite de girasol del mundo, pero la invasión rusa ha hecho que el cultivo, la producción y el transporte sean prácticamente imposibles, lo que ha provocado un aumento de los precios en todo el mundo y que los compradores, desde Londres hasta Nueva Delhi, se peleen por conseguir botellas limitadas del líquido de color dorado que se utiliza habitualmente para cocinar.

"Sin duda, vamos a sufrir un golpe financiero, pero ahora mismo no quiero pensar en ello y seguimos trabajando", dijo Tarasevich, de 46 años, junto a un montón de semillas de girasol sin vender en un almacén agrícola de Zaporizhzhia, en el este de Ucrania.

Ucrania es el mayor exportador de aceite de girasol del mundo, pero la invasión rusa ha reducido masivamente la oferta, haciendo subir los precios mundiales y provocando el racionamiento en algunos países.
Ucrania es el mayor exportador de aceite de girasol del mundo, pero la invasión rusa ha reducido masivamente la oferta, haciendo subir los precios mundiales y provocando el racionamiento en algunos países.Mo Abbas / NBC News

Parecía dolido mientras describía cómo había guardado la cosecha del año pasado para negociar un precio más alto, pero como a muchos ucranianos les cayó por sorpresa la invasión rusa que empezó el 24 de febrero. Desde entonces, los puertos están bloqueados, el combustible escasea y las tarifas de los seguros están por las nubes.

Se pueden encontrar problemas similares en toda la economía del país, que según el Banco Mundial se contraerá un 45% este año debido a la guerra.

“El principal problema que tenemos para llevar nuestro producto a la frontera es que, como saben, la frontera más cercana a nosotros está a más de 1,000 kilómetros, y hay escasez de combustible”, aseguró Tarasevich.

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El mundo también tiene que adaptarse. Los supermercados han racionado las ventas de aceite de girasol en el Reino Unido, España, Italia y Grecia, entre otros países, después de que el precio medio de la tonelada métrica se disparara en marzo hasta los 2,361 dólares con respecto al mes anterior, según el sitio web de datos económicos thelgobaleconomy.com.

El sembrador de girasoles Roman Tarasevich se encuentra junto a una montaña de semillas de girasol sin vender en un almacén de Zaporizhzhia.
El sembrador de girasoles Roman Tarasevich se encuentra junto a una montaña de semillas de girasol sin vender en un almacén de Zaporizhzhia.Mo Abbas / NBC News

Rusia también es un exportador clave de aceite de girasol, y las sanciones occidentales han agudizado aún más la crisis de suministro. En conjunto, las exportaciones de Rusia y Ucrania representan el 55% del suministro mundial, según la agencia alimentaria de las Naciones Unidas.

Estados Unidos puede satisfacer la demanda interna de aceite de girasol con sus propias cosechas, pero los expertos en alimentación advierten de que los precios estadounidenses también pueden empezar a subir a medida que los compradores mundiales busquen proveedores alternativos.

“No es sólo una guerra militar”, dijo Tarasevich. “También es una guerra económica, porque el mundo depende de los productos ucranianos. Así que ahora, Rusia crea problemas no sólo para Ucrania, sino para todo el mundo”.

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Por ahora tiene problemas más cerca de casa: soldados y cohetes rusos.

"En este momento, el 80% de los campos de la región de Zaporizhzhia no pueden ser utilizados por los agricultores, ya sea por los combates o porque están ocupados", dijo, mostrando a NBC News una foto de un cráter rodeado de restos de cohetes en uno de sus campos.

Tarasevich aseguró que le preocupaban los relucientes y costosos tractores y otros equipos agrícolas que sus 65 trabajadores estaban utilizando para arar los campos y plantar la cosecha de este año.

Es un equipo que no puede permitirse perder.

"Antes de la guerra, al final de la temporada, el dinero que recibíamos de nuestra cosecha lo gastábamos en nuevos vehículos, en mejoras en la fábrica, para aumentar los salarios, para mejorar el negocio. En este momento, el dinero que ganamos es apenas suficiente para cubrir lo básico", aseguró Tarasevich.

Aun así, él y otros ucranianos que trabajan en el sector agrícola dijeron que están decididos a seguir cultivando bajo el fuego. 

Junto con su hijo Kirill, de 24 años, Tarasevich también cultiva guisantes, cebada, maíz, colza y mijo.

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“No podemos parar porque estamos produciendo alimentos para nuestro pueblo, para nuestro ejército, para todo el mundo”, dijo Tarasevich.

En un campo de Zaporizhzhia, a menos de 12 millas (19 kilómetros) de la primera línea, los trabajadores agrícolas trabajaban bajo el sol mientras llevaban chalecos antibalas.


“Hay hombres que luchan en la guerra y yo estoy luchando aquí en los campos”, dijo Yuri, un conductor de tractor de 42 años que no quiso dar su apellido por miedo a ser identificado por las fuerzas rusas.

Los cohetes de Rusia habían dispersado las bombas por los campos y sus cajas vacías estaban amontonadas en un depósito de chatarra de la granja. Desde entonces, las fuerzas ucranianas han barrido la zona y han cavado trincheras en los campos cercanos.

Al menos en Zaporizhzhia, pronto podría haber más soldados que girasoles.