La invasión rusa de Ucrania es el mayor conflicto que ha visto Europa desde la Segunda Guerra Mundial, ya que Rusia está llevando a cabo una ofensiva múltiple en todo el país.
El Ejército ruso ha bombardeado amplias zonas de Ucrania con ataques aéreos y ha llevado a cabo importantes bombardeos con cohetes y artillería, lo que ha provocado un gran número de bajas.
Aquí un vistazo a algunas de las armas que se utilizan en el conflicto.
Aviones de guerra y misiles
El Ejército ruso ha utilizado aviones de guerra y misiles de crucero Kalibr (Calibre) para atacar instalaciones en todo el país.
El Kalibr es un arma de precisión, pero las instalaciones militares ucranianas y los edificios gubernamentales a los que aparentemente apuntan esos misiles en Kyiv y Kharkiv están situados cerca de zonas residenciales, lo que provoca víctimas civiles.
Lo mismo ocurre con los misiles transportados por los aviones de guerra rusos, que apuntaron a infraestructuras militares en ataques que también implicaron daños colaterales.
Para golpear objetivos clave, el Ejército ruso también ha utilizado misiles Iskander que tienen un alcance de hasta 300 millas (500 kilómetros) y llevan una cabeza nuclear mucho más potente que puede destruir grandes edificios y algunas instalaciones fortificadas. Algunos misiles Iskander habrían sido disparados desde el territorio de Bielorrusia, aliado de Rusia, que ha servido de base para la invasión.
Cohetes y artillería
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, y otros funcionarios han acusado al Ejército ruso de bombardear indiscriminadamente edificios residenciales, escuelas y hospitales en todo el país.
Imágenes de la segunda ciudad más grande de Ucrania, Kharkiv, verificadas por The Associated Press, mostraban lo que parecía ser un bombardeo de cohetes rusos contra edificios residenciales en un ataque que mató e hirió a decenas de civiles.
Los lanzacohetes múltiples de diseño soviético Grad (Granizo), Smerch (Tornado) y Uragan (Huracán) están diseñados para disparar una descarga de potentes cohetes para destruir concentraciones de tropas o equipos militares. Su uso contra zonas pobladas causa inevitablemente muchas bajas y grandes daños a la infraestructura civil.
El Ejército ruso también cuenta con una amplia gama de potentes unidades de artillería de diseño soviético, que extrañamente recibieron nombres de flores, como los obuses autopropulsados Peonía de 203 mm, Jacinto y Acacia de 152 mm.
Moscú ha afirmado que sólo tenía como objetivo las bases e infraestructuras militares, pero AP ha documentado daños masivos en infraestructuras civiles y zonas residenciales de Kiev, Kharkiv y otras muchas ciudades y pueblos de Ucrania. Funcionarios rusos han alegado que las fuerzas ucranianas han desplegado ampliamente armas pesadas en zonas residenciales para utilizar a los civiles como escudos, una afirmación que no ha podido ser verificada de forma independiente.
La jefa de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, dijo el jueves en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra que “la mayoría de las víctimas civiles fueron causadas por el uso de artillería pesada, sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes y ataques aéreos en zonas pobladas, con informes preocupantes sobre el uso de municiones de racimo que golpean objetivos civiles”. No especificó qué bando pudo haberlas utilizado.
Municiones de racimo y armas termobáricas
Los funcionarios ucranianos han acusado a Rusia de utilizar municiones de racimo, acusaciones que el Kremlin ha negado.
Este tipo de armas están diseñadas para apuntar a las tropas y armas enemigas en una amplia zona, y su uso en zonas pobladas provocaría inevitablemente bajas masivas entre la población civil.
Las bombas de racimo, los cohetes y los proyectiles de artillería se abren en el aire, liberando submuniciones, o “bombetas”, que se dispersan por una amplia zona y alcanzan simultáneamente múltiples objetivos.
Más allá del impacto inicial, las bombetas tienen un alto porcentaje de no explotar, lo que supone una larga amenaza de matar y mutilar a personas durante mucho tiempo después de haber sido disparadas.
Las armas termobáricas están formadas por un contenedor de combustible y dos cargas explosivas separadas: la primera detona para dispersar las partículas de combustible y la segunda enciende el combustible disperso y el oxígeno en el aire, creando una onda expansiva de presión y calor extremos que crea un vacío parcial en un espacio cerrado. Esto hace que el arma sea especialmente mortal para las personas que se encuentran en un espacio cerrado.
El Pentágono ha dicho que se han visto lanzadores móviles rusos de armas termobáricas dentro de Ucrania, pero no ha podido confirmar su uso.
El arsenal de Ucrania
El Ejército ucraniano ha confiado en el mismo surtido de lanzadores de cohetes múltiples y obuses de construcción soviética que tiene el ejército ruso.
No posee armas sofisticadas de precisión de largo alcance como los misiles balísticos Iskander y los misiles de crucero Kalibr de Rusia.
El Ejército ucraniano cuenta con misiles balísticos de corto alcance Tochka-U de la era soviética, que tienen una poderosa ojiva pero poca precisión en comparación con las últimas armas rusas.
Además de sus envejecidos arsenales de fabricación soviética, Ucrania ha recibido grandes envíos de armas occidentales, como misiles antitanque Javelin y misiles antiaéreos Stinger de fabricación estadounidense. Funcionarios ucranianos dijeron que el ejército del país los ha utilizado para infligir grandes bajas a las fuerzas rusas invasoras.
El Ejército ucraniano también ha utilizado drones Bayraktar suministrados por Turquía antes del conflicto. Ha publicado un video que muestra un ataque de Bayraktar contra un convoy militar ruso.