Henri se degradó a tormenta tropical durante la madrugada del domingo, pero aún registra vientos de hasta 60 millas por hora en algunas áreas, y se prevé que impacte un largo tramo de la costa noreste. Millones de personas en zonas como Long Island, Nueva York, y el sur de la región de Nueva Inglaterra se preparan para la posibilidad de inundaciones, árboles caídos y cortes de energía.
Se proyecta que el centro de la tormenta pase cerca del extremo este de Long Island al mediodía, por lo que las autoridades emitieron advertencias de huracán desde la costa de Connecticut y Rhode Island hasta las lujosas propiedades frente al mar en los Hamptons, Nueva York.
Los expertos advirtieron que es probable que la mayor amenaza de la tormenta no provenga de los vientos sino de la marejada ciclónica y las inundaciones tierra adentro, causadas por las lluvias fuertes y sostenidas.
En preparación para la tormenta, los funcionarios en Providence, Rhode Island y New Bedford, Massachusetts, cerraron las barreras gigantes contra huracanes que se construyeron en la década de 1960, después de las devastadoras tormentas de 1938 y 1954.
Las autoridades de Massachusetts cancelaron el servicio de ferry hacia Martha’s Vineyard y Nantucket hasta el mediodía del domingo después de que la Guardia Costera de Estados Unidos cerró los puertos de Cape Cod y New Bedford. Los turistas que esperaban en sus autos tendrán que esperar a que pase lo peor del fenómeno meteorológico.
El sábado por la noche sucedieron las primeras tormentas eléctricas que se caracterizaron por precipitaciones abundantes de casi 6 pulgadas (unos 15 centímetros) y comenzaron las inundaciones repentinas en algunas áreas. Bandas de fuertes lluvias abrumaron los desagües pluviales y los conductores se abrieron paso a través del agua en algunos lugares de la ciudad de Nueva York y Newark y Hoboken, Nueva Jersey.
El sábado por la tarde las tormentas que ya habían comenzado a causa del fenómeno meteorológico forzaron la interrupción del concierto 'We Love NYC: The Homecoming Concert' mientras tocaba Barry Manilow. La gente tuvo que evacuar debido a las tormentas eléctricas.
Los avisos de emergencia por huracán van desde las costas de Nueva Inglaterra hasta la zona de Nueva York y Nueva Jersey.
En esas zonas tan al norte es muy poco común que hagan impacto fenómenos tropicales como los huracanes, porque los vientos a esas alturas del hemisferio van de este a oeste y eso empuja a los ciclones y tormentas similares hacia afuera (más hacia los trópicos los vientos van de oeste a este).
Henri sería la primera vez en décadas, desde 1991, que una tormenta de tal magnitud llegue a Nueva Inglaterra.
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El Centro Nacional de Huracanes estadounidense advirtió que probablemente habrá inundaciones en partes de Long Island, Massachussetts, Connecticut y Rhode Island para la noche del domingo. Alertó que también habrá crecidas de ríos en zonas de Nueva York y Nueva Jersey.
"Marejadas de Henri continuarán afectando la mayoría de la Costa Este durante el próximo día o dos" después del domingo, indicó la agencia gubernamental.
Las empresas de servicios indicaron este sábado que muy posiblemente habrá interrupciones y suspensiones de suministro eléctrico o de agua potable por hasta una semana.
El gobernador de Connecticut, Ned Lamont, dijo que los habitantes deben refugiarse desde el domingo temprano hasta al menos la mañana del lunes; Dan Mckee, gobernador de Rhode Island, urgió a la gente de ese estado a resguardarse de igual manera.
En Nueva York, el gobernador saliente Andrew Cuomo declaró emergencia y pidió a todas las personas protegerse, al recordar lo que sucedió la última vez que un huracán tocó tierra en ese estado, en 2012.
"La supertormenta Sandy, que todos recordamos, también era categoría 1 cuando alcanzó el estado de Nueva York. Con eso se pone en perspectiva lo serio y peligroso que es [Henri]", dijo.
Sandy dejó 233 personas muertas a su paso desde el Caribe hasta Canadá. Pasó a ser huracán categoría 2 (el más grave es uno categoría 5) sobre zonas de Nueva York y Nueva Jersey.
Mientras que el huracán Bob fue el último en tocar tierra en Nueva Inglaterra (que comprende los estados de Maine, New Hampshire, Vermont, Massachusetts, Rhode Island y Connecticut) en 1991. Provocó 17 muertes y dejó 1,500 millones de dólares en daños.