Por Melissa Chan - NBC News
Las familias del oeste de Nueva York se afanaban el lunes por encontrar alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad después de que una ventisca histórica bloqueara las carreteras y cortara la electricidad, obligando a cerrar a muchos de los principales supermercados y farmacias.
En Buffalo, donde han muerto al menos 18 personas, las dos mayores cadenas de supermercados llevan cerradas desde el viernes, ya que las últimas previsiones anunciaban entre 15 y 20 centímetros más de nieve.
“No hay tiendas abiertas. Es cualquier cosa que puedas agarrar”, dijo Scott McCandless, de 54 años, que vive en Orchard Park, un suburbio al sureste de Buffalo.
Rodeado de nieve el domingo por la noche, McCandless se comió un bol de tostadas genéricas de canela crujiente para la cena de Navidad. Por la mañana, se preocupó al ver que su provisión de pan y huevos disminuía y su número de latas de sopa de albóndigas se reducía a tres.
“Me estaba quedando sin nada y me estaba poniendo nervioso”, contó.
Cuando, a las 9 de la mañana, por fin le araron el camino de entrada, McCandless salió en busca de supermercados abiertos. “Conduje tres millas (cinco kilómetros), luego cinco millas (ocho kilómetros) en mi coche y no había nada abierto. Me di por vencido”, explicó.
En el hotel Salvatore’s Garden Place, a menos de tres millas (cinco kilómetros) del aeropuerto internacional de Buffalo Niágara, el suministro de alimentos es cada vez menor, ya que el hotel sirve tres comidas al día a más de 80 huéspedes.
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“Intentamos sobrevivir como podemos”, dijo Leven Oxmaul, un agente de recepción que lleva atrapado en la nieve desde el jueves.
“Nos estamos quedando sin comida”, reclamó Oxmaul, añadiendo que ya no hay aperitivos ni bebidas en la tienda de regalos del hotel. “Es realmente frustrante. Los huéspedes también están perdiendo la paciencia. No podemos ir a ninguna parte. Estamos enterrados en la nieve”, apuntó.
La ventisca “única” -que ha causado la muerte de al menos 57 personas en todo el país, 27 de ellas en el condado de Erie, al oeste de Nueva York- ha dejado a muchos en una situación desesperada.
Las peticiones desesperadas de los habitantes de Buffalo han inundado los grupos de Facebook dedicados a la recuperación tras la tormenta.
Una persona pidió pañales de repuesto para dos bebés gemelos, y otra medicinas para el resfriado de un niño enfermo. Varias personas pidieron con urgencia leche de fórmula para bebés.
“Nos estamos quedando sin comida, estamos atrapados en casa”, escribió un residente de Buffalo con cuatro hijos pequeños. “Empezó a cundir el pánico cuando miré fuera y vi que nevaba más”, agregó.
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No está claro cuándo volverán a abrir los principales supermercados de la zona de Buffalo.
El lunes, la nieve continuó cubriendo el condado de Erie, dejando intransitables las carreteras en muchas zonas, incluida la mayor parte de Buffalo, dijo el ejecutivo del condado, Mark Poloncarz, en una conferencia de prensa.
Alrededor de 10,000 personas seguían sin electricidad en Buffalo el lunes por la tarde, según el alcalde Byron Brown.
Poloncarz dijo que esperaba que algunos de los suburbios serían capaces de levantar las prohibiciones de conducir el martes, lo que permite Tops Friendly Markets y Wegmans Food Markets para reanudar el negocio.
Mientras tanto, Poloncarz dijo que los supermercados se les ha permitido obtener los envíos de reemplazo, mientras que los funcionarios estaban coordinando el transporte de alimentos a los refugios, los equipos de emergencia y las personas atrapadas en el interior que pueden estar quedando sin comida.
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“Es una preocupación en la que estamos trabajando. Lo siento por la gente de ahí fuera. Tienen mis más profundas disculpas”, dijo Poloncarz.
Todos los locales de Tops en el condado de Niágara están actualmente abiertos, según comunicó la cadena de supermercados. Pero al menos 20 tiendas en el resto del condado de Erie seguían cerradas el lunes por la tarde.
Wegmans no respondió de inmediato.
Funcionarios del condado y del estado dijeron que la devastación de la ventisca aún no había quedado atrás.
“Sabemos que la tormenta está regresando”, dijo la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul. “Así que cualquiera que declare la victoria y diga que se ha acabado, es demasiado pronto para decirlo”.