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¿Por qué las películas navideñas son tan atractivas en esta temporada?

Los filmes sobre la Navidad han sido una parte esencial de las celebraciones estadounidenses. Ofrecen una idea de cómo podría ser el mundo, y esperanzas en épocas difíciles como este 2020.
Ver películas navideñas se ha convertido en una de las tradiciones estadounidenses más arraigadas durante esta temporada.
Ver películas navideñas se ha convertido en una de las tradiciones estadounidenses más arraigadas durante esta temporada.Getty Images / Getty Images

S. Brent Rodríguez-Plate – The Conversation

Debido a las restricciones impuestas por la pandemia durante la temporada navideña, muchos estadounidenses no viajarán y se sentarán frente al televisor para ver sus películas favoritas, junto con su bebida preferida, una taza de sidra de manzana caliente o una copa de vino, para agregar algo de alegría.

Las películas navideñas se han convertido en una parte esencial de las celebraciones invernales estadounidenses y es probable que lo sean más para quienes están en cuarentena este año. El sitio de entretenimiento Vulture informa 82 nuevos estrenos de películas navideñas en 2020. Pero, incluso antes del cierre, se informó que la producción anual de películas navideñas aumentó al menos un 20% desde 2017 en una sola compañía de televisión por cable.

Las películas navideñas no solo son populares porque son “escapes”, como sostiene mi investigación sobre la relación entre religión y cine. Más bien estas películas ofrecen a los espectadores una visión del mundo como podría ser.

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Películas navideñas como reflejo

Esto es particularmente cierto con las películas navideñas.

En su libro de 2016 La Navidad como religión, el académico de estudios religiosos Christopher Deacy afirma que las películas navideñas actúan como un “barómetro de cómo podríamos querer vivir y cómo podríamos vernos y medirnos”.

Estas películas ofrecen una variedad de retratos de la vida cotidiana al tiempo que afirman los valores éticos y las costumbres sociales en el camino.

El clásico de 1946 Es una vida maravillosa —una película sobre un hombre llamado George Bailey, que ha tocado la vida de muchos, a pesar de todos sus problemas— representa visiones de una comunidad en la que cada ciudadano es un componente vital.

Otra película que se repite con frecuencia en esta época del año es La familia Stone de 2005, que retrata los enfrentamientos de una familia en su mayoría promedio, pero muestra a los espectadores que las peleas pueden resolverse y la armonía es posible.

Love Actually, la película navideña británica de 2003 que sigue la vida de ocho parejas en Londres, trae a los espectadores el tema perenne del romance y las pruebas en las relaciones.

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Ver películas como práctica ritual

A medida que las películas navideñas llevan a los espectadores a un mundo ficticio, las personas pueden superar sus propios miedos y deseos sobre la autoestima y las relaciones. Estas películas pueden proporcionar consuelo, reafirmación y, a veces, incluso valor para seguir trabajando en situaciones difíciles. Las películas ofrecen la esperanza de creer que, al final, todo saldrá bien.

Cuando las personas ven cómo se desarrolla una parte de sus propias vidas en la pantalla, el acto de mirar funciona de una manera sorprendentemente similar a cómo funciona un ritual religioso.

Como explica el antropólogo Bobby Alexander, los rituales son acciones que transforman la vida cotidiana de las personas. Los rituales pueden abrir “la vida ordinaria a la realidad última o a algún ser o fuerza trascendente”, escribe en la colección Antropología de la religión.

Los actores Hugh Grant, Bill Nighy, Heike Makotsch, Lucia Monic y Duncan Kenworthy de la película 'Love Actually', en octubre de 2003.
Los actores Hugh Grant, Bill Nighy, Heike Makotsch, Lucia Monic y Duncan Kenworthy de la película 'Love Actually', en octubre de 2003. AFP via Getty Images / AFP via Getty Images

Por ejemplo, para judíos y cristianos, observar ritualmente el día de reposo al compartir las comidas con la familia y no trabajar los conecta con la creación del mundo. Los rituales de oración en las tradiciones musulmana, cristiana y judía conectan a quienes oran con su Dios, así como con sus compañeros creyentes.

Las películas navideñas hacen algo similar, excepto que la “fuerza trascendente” que hacen sentir a los espectadores no se trata de Dios u otro ser supremo. En cambio, esta fuerza es más secular: es el poder de la familia, el amor verdadero, el significado del hogar o la reconciliación de las relaciones.

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Las películas crean un mundo idealizado

Tomemos el caso del musical Holiday Inn de 1942. Fue una de las primeras películas, después de las diversas versiones de la era del cine mudo de Cuento de Navidad de Charles Dickens, en la que la trama utiliza la Navidad como telón de fondo y cuenta la historia de un grupo de artistas que se han reunido en una posada rural.

En realidad, fue una película profundamente secular sobre intereses románticos, expresados ​​en el deseo de cantar y bailar. Cuando se lanzó, Estados Unidos había estado completamente involucrado en la Segunda Guerra Mundial durante un año y el espíritu nacional no estaba muy alto.

La película no ha perdurado como un clásico. Pero la canción de Bing Crosby “Blanca Navidad”, que apareció en ella, se grabó rápidamente en la conciencia navideña de muchos estadounidenses, y una película de 1954 llamada Blanca Navidad se hizo más conocida.

Como dice la historiadora Penne Restad en su libro de 1995 Navidad en América, el canto de Crosby ofrece la “expresión por excelencia” de las fiestas, un mundo que “no tiene un lado oscuro”, uno en el que “la guerra se olvida”.

En las películas navideñas posteriores, las tramas principales no se han ambientado en el contexto de la guerra, sin embargo, a menudo hay una batalla: la de superar un tipo de vacaciones materialista, de compra y entrega de regalos.

Películas como Un padre en apuros, Un vecino con pocas luces y Cómo el Grinch se robó la Navidad se centran en la idea de que el verdadero significado de la Navidad no es el desenfrenado consumismo sino la buena voluntad y el amor familiar.

El famoso Grinch gruñón de Dr. Seuss cree que puede arruinar la Navidad llevándose todos los regalos. Pero a medida que la gente se reúne, sin regalos, se dan la mano y cantan mientras el narrador les dice a los espectadores: “La Navidad llegó de todos modos”.

“Todo está bien en el mundo”

Aunque la Navidad es una fiesta cristiana, la mayoría de las películas navideñas no son religiosas en el sentido tradicional. Casi nunca se menciona a Jesús o el escenario bíblico de su nacimiento.

Como escribe el académico en estudios de medios John Mundy en un ensayo de 2008 La Navidad y las películas, “las películas de Hollywood continúan construyendo la Navidad como una realidad alternativa”.

Estas películas crean mundos en pantalla que despiertan emociones positivas mientras ofrecen algunas risas.

Una historia de Navidad, de 1983, se tiñe de nostalgia por las vacaciones de la infancia cuando la vida parecía más simple y el deseo de un rifle de aire comprimido Red Ryder era lo más importante del mundo. La trama de Elfo de 2003 se centra en la búsqueda para reunirse con el padre perdido.

Al final, como dice el narrador cuando termina Una historia de Navidad —después de que la familia ha superado una serie de contratiempos risibles, se han desenvuelto los regalos y se han reunido para la Navidad— estos son momentos en los que “todo está bien en el mundo”.

Para finalizar un 2020 turbulento, y como tantas familias están físicamente aisladas de sus seres queridos, la gente necesita creer en mundos en los que todo está bien. Las películas navideñas permiten vislumbrar ese lugar.

S. Brent Rodríguez-Plate es profesor asociado de religión, medios y cine en el Hamilton College. Esta es una versión actualizada de un artículo publicado por primera vez el 6 de diciembre de 2019.