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Cientos de latinos escapan al calvario de lograr una cita para recibir la vacuna contra el COVID-19 gracias a la ayuda de voluntarios

La brecha digital, el idioma o la falta de paciencia se interpone entre los brazos de cientos de personas y la vacuna. Para solucionarlo, trabajadores estatales y voluntarios de todo el país ofrecen su tiempo y conocimientos informáticos.
/ Source: Telemundo

NUEVA YORK. — Más de 1,100 millas separan a Adriana Scamparini y Paula Machado, la primera trabaja en un banco en la Gran Manzana y la segunda es la gerente de una agencia de comunicación en Florida, pero las dos reciben los mismos mensajes de agradecimiento en sus celulares por haber ayudado a decenas de ancianos a conseguir una cita para vacunarse contra el COVID-19.

A la primera persona que Scamparini ayudó fue a su padre. Intentó conseguirle una cita el día que anunciaron que en Nueva York se podían vacunar los mayores de 65 años. “Tardé 18 horas. Todo era muy confuso. Cada proveedor tuviera su propio sitio web”, recuerda la abogada de 45 años nacida y criada en Brasil. Tras esa primera odisea, como ya conocía el sistema y tenía las contraseñas guardadas empezó a ofrecer sus servicios a familiares y amigos.

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Con la ayuda del portero de su vivienda y de los porteros de sus amigas, la noticia fue circulando “de boca a oído” y ya ha conseguido que unas 70 personas se hagan con sus dosis y hasta ha acompañado a ancianos a los centros de distribución. Pese a que lo hace de manera totalmente altruista, Scamparini ha recibido, además de mensajes llenos de emoticones de corazones, con chocolates y flores.

Vacunación en el condado de Seminole, en Florida.
Vacunación contra el COVID-19 en el condado de Seminole, en Florida. Seminole County Government

Por su parte, Machado, quien trabajó con el condado de Seminole en Florida para repartir 500 vacunas a la población latina de la región, dice entre risas que ahora es “la persona más bendecida”.

“Todos los viejitos a los que ayudé me daban la bendición, alguno hasta se puso a llorar y me dio las gracias por ser un humano que hablase con ellos y les explicara todo atentamente”, señala.

Esta puertorriqueña de padres cubanos hizo cada una de las reservas de manera telefónica, le dio su número a un par de iglesias de la zona y en 48 horas ya había repartido todas las citas que el contado le proporcionó y hasta consiguió hacerse con una lista de espera con cientos de nombres.

Internet, una herramienta a la que no siempre pueden acceder los más mayores

“Muchas personas mayores no tienen acceso a una computadora, menos saben usarla o navegar en inglés”, destaca.

Machado ejemplifica este hecho apuntando que uno de los pasos que tenía que rellenar para poder dar una cita era poner un correo electrónico, a lo que la gran mayoría contestaba que no tenía un e-mail, algunos de ellos ni disponían de un teléfono que recibiera mensajes de texto, por lo que optó por poner su correo personal y pedir a los ancianos que apuntasen su número de referencia en un papel, por si se lo pedían el día de la cita.

Por el acento, Machado cree que la mayoría de la gente que le llamó era de Puerto Rico, seguidos de venezolanos, cubanos, colombianos y unos pocos mexicanos. Además, la también periodista y traductora dice que ninguna de las personas que le contactó desconfiaba de la vacuna en sí, pero sí que tenían dudas sobre si era recomendable vacunarse con ciertos problemas de salud.

Awilda Rivera, una puertorriqueña de 73 años, fue una de las 500 personas latinas que se vacunaron este 15 de febrero en Seminole. Consiguió el número de Scamparini por una amiga y además de su cita, organizó la de sus hermanas y los maridos de estas.

“Hacerse con una cita es un nightmare [una pesadilla]. Yo entré a la página que me dio una amiga y cuando llamé al teléfono, me colgaron. Busqué en otros sitios unas cinco veces y todo estaba lleno, lleno, lleno y cuando se me abrió esta puerta dije: ‘Sea donde sea en Florida, yo voy’”, recalca la jubilada.

Rivera describe el día que se vacunó como perfecto, solo tardó media hora en llegar, no tuvo que hacer fila, había voluntarios que le explicaban en español cómo rellenar los documentos, todo estaba muy limpio y el broche de la jornada fue que después de la inyección le regalaron un mantecado con la cara de Mickey Mouse.

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El representante demócrata del distrito 49 del estado soleado Carlos Guillermo Smith, explica que las bajas vacunas de la comunidad hispana en la región son alarmantes. “La situación en Florida es complicada, porque las comunidades afroamericanas e hispanas representan el 40% de la población, pero este mismo grupo representa sólo el 13% de los que han sido vacunados”.

Reparto de citas en la entrada de los supermercados para que haya más equidad

El político explica que la razón que justifica este bajo porcentaje es la falta de acceso a las citas de la población latina, ya sea por no tener acceso o conocimientos informáticos o por no vivir cerca de un centro de vacunación.

Líderes locales reparten citas para vacunación contra el COVID-19 en un supermercado de Orlando.
Líderes locales reparten citas para vacunación contra el COVID-19 en un supermercado de Orlando. Carlos Guillermo Smith

Para luchar contra esta brecha digital, Smith participó, junto al pastor de la Iglesia Episcopal Jesús de Nazaret, José Rodríguez, en unas jornadas que repartieron 500 citas a las puertas de dos supermercados de Orlando.

“Queríamos asegurarnos de que las vacunas que teníamos disponibles para la comunidad hispana se repartieran de manera equitativa”, señala Smith para explicar por qué optaron por esta peculiar localización y no una iglesia, por ejemplo.

Información en español

La preocupación que existe para que la comunidad hispana disponga de toda la información posible no es una característica que se da solo en Florida, también hay voluntarios en estados del resto del país que luchan por romper con la distancia tecnológica que hay entre las vacunas y los brazos de los residentes estadounidenses de la tercera edad.

“Sabíamos que era realmente importante publicar el contenido de nuestro portal en español y chino lo más rápido posible, porque sabemos que esas comunidades se han visto realmente afectadas de manera desproporcionada por la pandemia y queríamos asegurarnos de que esta información también estuviera disponible para ellos lo más rápido posible”, dice Zoelle Egner, quien dejó su trabajo en marketing este mes para dedicarse a tiempo completo a Vaccinate VA )web que indica que centros del estado cuentan con vacunas en el estado de California).

Lo peculiar de Vaccinate CA es que la información que cuelgan proviene de decenas de llamadas telefónicas que los voluntarios del portal hacen diariamente a los centros de vacunación y expertos en la distribución de vacunas.

“Hemos visto un crecimiento constante a lo largo del mes. Tuvimos cientos de miles de personas que visitaron la página y sigue aumentando con el tiempo a medida que corremos la voz y hay más vacunas disponibles. Hubo una especie de pico hace unas semanas cuando más vacunas se pusieron en línea y luego, desafortunadamente, hubo una escasez muy grave, la frustración aumentó entre la población y las búsquedas bajaron”, explica Egner.

La comunidad tech se junta para ayudar a las personas de riesgo

Daniel Benamy y Michael Kuznetsov también intentan poner su granito de arena para ayudar a que el complejo sistema de conseguir una cita en la ciudad de Nueva York sea más sencillo. Llevan un mes trabajando en NYC Vaccine List, un portal en el que de un golpe de vista los neoyorquinos pueden ver qué centros de la ciudad de la Gran Manzana disponen de citas.

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“La comunidad tecnológica en general se está uniendo [para ayudar]. En muchos casos el dinero es el que mueve a la gente, pero en este caso todos queremos ayudar a la gente de la manera más rápida, fácil y justa posible”, resalta Kuznetsov en referencia no solo a las decenas de voluntarios que trabajan en esta web, sino a las donaciones de software y otras herramientas que ha recibido la página.

Asimismo, Kuznetsov, quien en este proyecto se encarga de obtener datos relacionados con las vacunas que los centros no comparten en internet, señala que cada día se pregunta qué es lo que puede hacer para aportar valor agregado al proyecto y cómo hacer que la información sea lo suficientemente clara para que alguien que no esté familiarizado con internet lo entienda.

“Estamos en una situación de emergencia en este momento y lo más importante que podemos hacer es asegurarnos de que las personas que pueden recibir una vacuna sepan dónde está su dosis y cómo conseguirla. Pensamos que si la vacuna en vez de estar en el brazo de alguien está en una nevera eso es un fracaso para todos. Pues significa que nuestra sociedad tardará más en salir de esta pandemia”.

Las organizaciones que trabajan con minorías tienen la primicia sobre la llegada de las vacunas 

El paso extra que NYC Vaccine List decidió tomar fue crear una comunicación directa con organizaciones que trabajan con las minorías que no tienen acceso a información que cuelgan en la red, algunas de ellas latinas.

“Cuando hay muchas vacunas nuevas disponibles les decimos: ‘Oye, como sabemos que eres una organización que se centra en la equidad de las vacunas en la ciudad de Nueva York te vamos a ayudar para que puedas estar al tanto de las nuevas vacunas tan pronto como las veamos’. Lo cual no es algo que podemos hacer para todo el mundo, pero es una forma en que podemos tratar de ayudarlos”, explica Kuznetsov.