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Un trozo de madera de 16 centímetros con forma fálica sugiere el uso de ‘juguetes sexuales’ en la Antigua Roma

“Debemos estar dispuestos a aceptar la existencia de consoladores y la ocurrencia de prácticas sexuales en la cultura pasada”, dicen los arqueólogos sobre el curioso objeto tallado en madera de fresno que antes fue considerado como un instrumento para triturar.

Un objeto de madera con forma de falo, que inicialmente se consideró una herramienta para zurcir, podría ser en realidad un objeto sexual utilizado por los romanos hace más de 2,000 años, planteó esta semana un estudio publicado en la revista académica Antiquity.

Encontrado en 1992 en el fuerte romano de Vindolanda, en la región de Northumberland (al norte de Inglaterra), el objeto mide 160 milímetros (16 centímetros) de largo y está tallado en madera de fresno “con una base ancha y cilíndrica que tiene un extremo convexo, un astil más estrecho y una punta con forma de glande”.

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Los investigadores consideraron que está cuidadosamente tallado y que, probablemente, se usó una sola herramienta y un experto para moldearlo. Los análisis a los que fue sometido el curioso objeto revelaron también que “ambos extremos del falo eran notablemente más lisos, lo que indicaba un contacto repetido a lo largo del tiempo”.

La herramienta pudo haber tenido tres posibles funciones, precisa el estudio: que fuera un amuleto de la buena suerte, un mortero para triturar, o un objeto sexual.

La primera hipótesis viene de que objetos con similar forma se colocaban “a menudo cerca de las puertas, donde los transeúntes podían tocarlos para recibir protección”, o se insertaban en las hermas, que eran bustos sin brazos tallados por los romanos.

“A veces, el falo se fabricaba por separado y se introducía en el monolito. También son conocidos en el mundo romano los falos montados sobre edificios o estructuras”, precisan los investigadores. 

La segunda teoría plantea que podría haberse usado para “moler o mezclar materiales, mientras que el mayor desgaste del otro extremo del falo puede indicar el lugar por donde se sujetaba”. 

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La tercera hipótesis de los investigadores sugiere que la frase ‘juguete sexual’ “puede ser inexacta o anacrónica según el contexto histórico”, pues su uso “puede no haber sido exclusivamente sexual o para el placer de quien lo usaba”, detalla el estudio.

Estos utensilios podían utilizarse en actos que perpetuaban los balances de poder, como entre una persona esclavizada y su dueño, como atestigua la recurrencia de la violencia sexual en la literatura romana”, según la investigación.

“El tamaño del falo y el hecho de que estuviera tallado en madera plantean una serie de interrogantes sobre su uso en la Antigüedad”, aseguró en un comunicado Rob Collins, coautor del estudio y profesor de Arqueología en la Universidad de Newcastle.

Collins insistió en que, pese a que no hay certeza de para qué fue usado, es conocido que “los antiguos romanos y griegos utilizaban utensilios sexuales. Este objeto de Vindolanda podría ser un ejemplo”, concluyó.

Los utensilios de madera son comunes en el mundo antiguo pero rara vez sobreviven, detalló la investigación. El fuerte romano de Vindolanda ha preservado unos 2,000 de ellos, con fechas posteriores a los siglos I y II d.C.

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“El falo de Vindolanda es un caso extremadamente raro de conservación”, agregó Rob Sands, profesor de Arqueología en la Universidad Colegio Dublín. “El cambio climático y la alteración de las capas subterráneas hacen que la supervivencia de objetos así esté cada vez más amenazada”.

La mayor parte de los objetos de madera de las civilizaciones antiguas “probablemente se pudrió o se quemó”, según el estudio.

“El falo de madera puede ser único en su género en esta época, pero es poco probable que fuera el único de este tipo utilizado en el yacimiento, a lo largo de la frontera o, de hecho, en la Gran Bretaña romana”, indicó por su parte Barbara Birley, conservadora del Fideicomiso Vindolanda.

Los investigadores concluyeron que, aunque la posibilidad de que se trate de un objeto sexual resulte incómoda para el mundo moderno, “debemos estar dispuestos a aceptar la presencia de consoladores y la manifestación de prácticas sexuales en la cultura pasada”. 

“Esperamos haber impulsado la búsqueda de objetos similares en otros lugares y fomentado su incorporación significativa a las narrativas del pasado”, añadieron.

El fuerte de Vindolanda fue construido alrededor del año 85 d.C y es uno de los sitios arqueológicos mejor conservados del Imperio romano. El objeto se encuentra en exhibición en el museo que lleva el mismo nombre.