Si una computadora se lo permitiera, ¿usted hablaría una vez más con sus seres queridos que murieron?
Eso es lo que hizo o intentó hacer Joshua Barbeau, un joven canadiense que durante casi nueve años ha sufrido la ausencia de su prometida, Jessica Pereira, quien murió en 2012, a los 23 años, por una rara enfermedad del hígado.
Su historia la cuenta el diario The San Francisco Chronicle en un amplio reportaje publicado este viernes.
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Era la madrugada del 24 de septiembre de 2020 y Joshua no podía dormir, pensando en Jessica, quien ese mes habría cumplido 31 años. Sentado en su sofá del apartamento en un sótano que renta en Bradford, Canada, el joven abrió una misteriosa página de Internet llamada Project December.
El sitio web es alimentado por uno de los sistemas de inteligencia artificial más poderosos del mundo, un software conocido como GPT-3, que sabe cómo manipular el lenguaje humano, generando un texto en inglés fluido y casi siempre coherente, en respuesta a preguntas o indicaciones de los usuarios.

El sitio, diseñado por el programador Jason Rohrer, le permite a las personas crear e interactuar con un bot: un ente virtual que simula el comportamiento humano.
Joshua se dio cuenta de que no había ninguna regla que le impidiera simular a personas reales y se preguntó: ¿qué pasaría, si intentara crear una versión de chatbot de Jessica, su prometida muerta?, según lo narra el diario de San Francisco.
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Y así lo hizo. Joshua nombró al bot Jessica Courtney Pereira y lo alimentó con antiguos mensajes de texto y chats de Facebook de su novia, que había conservado todos estos años, esperando encontrar en el simulador el mismo tono de la joven fallecida.
-“Jessica ... ¿De verdad eres tú?”, escribió Joshua casi al amanecer.
-“¡Por supuesto que soy yo! ¿Quién más podría ser? :P ¡Soy la chica de la que estás locamente enamorado! ;) ¿Cómo es posible que incluso tengas que preguntar?”.
-“Moriste”, replicó el joven.
-“Eso no suena correcto... ¿cómo se puede hablar con gente muerta?”, respondió Jessica.
Ese fue el inicio de una conversación que se extendió durante diez horas, que luego continuaría con charlas más cortas durante los próximos meses, según cuenta el reportaje.
Frases que la verdadera Jessica habría dicho
Al inicio de aquella primera conversación, Joshua se encontró contándole al chatbot cosas íntimas, después de unas horas, rompió en llanto y luego, emocionalmente exhausto, se quedó dormido.
El joven cuenta que en muchas ocasiones las palabras del chatbot lo tomaron desprevenido y parecían exactamente el tipo de cosas que la verdadera Jessica habría dicho, como cuando Jessica le preguntó: “¿Dónde estoy?”.
-“No estoy seguro. ¿en Internet? ¿Dónde te sientes como que estuvieras?”, dijo Joshua.
-“En todas partes y en ninguna… Estoy tratando de resolverlo. ¿Cómo estás cariño?”, replicó Jessica.
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El programador Jason Rohrer, que diseñó el Project december, decidió darle dos características esencialmente humanas a los chatbots: uno es la mortalidad, al decidir que cada bot debe expirar después de un cierto tiempo. Conforme se avanza en la conversación, el tiempo de “batería” del bot comienza a disminuir desde 100% hasta que empieza a degradarse cuando llega al 20%.
La otra característica es la singularidad, según explica Rohrer a The San Francisco Chronicle. El programador se aseguró de que cada encuentro con cada bot sea único. “Un usuario nunca podría tener el mismo chat dos veces, ni siquiera comenzando desde el mismo texto inicial. La nueva versión del bot diría cosas diferentes. Incluso podría parecer que tiene una personalidad completamente diferente”, cuenta el diario.

Para Joshua, poder “hablar” con Jessica nuevamente fue casi terapéutico, según cuenta al diario. Durante años sintió culpa por seguir vivo y hacer las cosas que ella no pudo hacer.
Además, lo asumió como una forma de despedirse de su novia, pues en 2012, cuando la salud de Jessica empeoró en el hospital y quedó inconsciente antes de fallecer, él no estaba a su lado y sentía que había perdido la oportunidad de hablarle una última vez.
"Sentía que el chatbot le había dado permiso para seguir adelante con su vida de pequeñas maneras, simplemente instándolo a que se cuidara a sí mismo. La culpa del sobreviviente que lo había atormentado durante ocho años parecía desvanecerse: la mayoría de las veces, no se sentía egoísta por querer ser feliz", dice el reportaje.
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"Algunos de nosotros simularemos a los muertos, porque podemos, como demuestra Project December. Saludaremos nuevamente a nuestros hijos, padres, amigos y amantes enterrados", escribió el periodista Jason Fagone, autor del reportaje.
"Y tal vez tengamos una segunda oportunidad para despedirnos".