La primera cápsula de la compañía SpaceX con cuatro astronautas a bordo llegó este lunes por la noche a la Estación Espacial Internacional, que será su nuevo hogar hasta la primavera.
La nave Dragon se detuvo y atracó a destino luego de un vuelo de 27 horas completamente automatizado desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA, ubicado en Florida. El enlace ocurrió 262 millas (422 kilómetros) sobre Idaho.
“Oh, qué bueno escuchar esta voz”, gritó la astronauta de la estación espacial Kate Rubins cuando el comandante del Dragón, Mike Hopkins, hizo contacto por radio por primera vez.
Esta es la segunda misión con tripulación humana de SpaceX. Pero es la primera vez que la compañía de Elon Musk transporta a un equipo de astronautas para una estadía completa de seis meses en la Estación Espacial Internacional. El vuelo de prueba de dos pilotos a principios de este año duró dos meses.
Tres astronautas estadounidenses y uno japonés permanecerán en el laboratorio en la órbita hasta que sus reemplazos lleguen a bordo de otro Dragón en abril. Y así seguiran las cosas, con SpaceX, y posiblemente también Boeing, como encargadas de transportar astronautas hacia y desde la Estación Internacional para la NASA.
Este servicio regular de taxis del espacio empezó oficialmente con el lanzamiento del domingo por la noche.
Hopkins y su tripulación, Victor Glover, Shannon Walker y Soichi Noguchi, se unen a dos rusos y un estadounidense que volaron a la estación espacial el mes pasado desde Kazajstán. Glover es el primer astronauta negro en mudarse al espacio por una temporada larga.
Los cuatro nombraron su cápsula Resilience (Resiliente, en español) para brindar esperanza e inspiración durante un año especialmente difícil para todo el mundo. El lunes transmitieron un recorrido por su cápsula, mostrando los controles de la pantalla táctil, las áreas de almacenamiento y su indicador de gravedad cero: un pequeño Baby Yoda de peluche.
Mientras se preparaban para la conexión de la estación espacial, la tripulación del Dragon transmitió en vivo vistas de Nueva Zelanda y un Pacífico azul brillante, surcado de nubes, 250 millas más abajo, desde las ventanillas de la cápsula.
"Se ve increíble", comentaron por radio desde la sede de SpaceX en Hawthorne, California. "También se ve increíble desde aquí", respondió Hopkins.
Traducción y edición de Francesco Rodella.