Por Orlando Matos y Mary Murray
La Habana, Cuba. - El jardinero cubano Frederich Cepeda añade una nueva marca a sus registros.
En Mayo próximo el pelotero de la isla viajará a Tokio para jugar con los Gigantes de Yomiuri, un equipo conocido como “ Los Yanquis de Japón”.
Entrevistado por NBC News, Cepeda reveló que nunca había esperado jugar en las Grandes Ligas.
Al amparo de las nuevas regulaciones que permiten a los deportistas cubanos pasar al profesionalismo, el estelar atleta ganará el 80% de un contrato por 1,5 millones de dólares sin necesidad de abandonar su país.
Siete dígitos es una cifra relevante en cualquier parte del mundo, de modo que no hay que subrayar lo que significa en un país cuyo salario medio es de alrededor de 20 dólares mensuales, o algo más si se suman la educación y la salud gratis.
En septiembre pasado el gobierno dio marcha atrás a la repudiada política de prohibir a sus atletas intervenir en el deporte profesional, la que había sido instaurada por Fidel Castro en 1961. Su hermano Raúl, ahora al mando de la isla, como parte de sus reformas cambió esa normativa también con el propósito de detener las frecuentes deserciones.
La isla acumula una larga historia de jugadores que desertan hacia Estados Unidos principalmente en busca de oportunidades para jugar en las Grandes Ligas y ganar abultados salarios.
Son notables los casos de los hermanos Hernández, Liván y Orlando “El Duque”, ambos lanzadores con largas carreras en las Mayores. Igualmente, el lanzador José contreras firmó un contrato por 32 millones de dólares con los Yankees en el 2002; el jardinero Yoenis Céspedes ganó el año pasado la competencia de jonrones del Juego de las Estrellas, y el primer base José Dariel Abreu consiguió el más reciente otoño un acuerdo de 68 millones por seis años con los Medias Blancas.
Sin embargo, la MLB no está corriendo tras la liga cubana ahora que las reglas cambiaron aquí, porque la ley estadounidense se mantiene sin variación.
Bajo el cincuentenario embargo comercial vigente, las compañías estadounidenses tienen prohibido pagarle a ciudadanos cubanos por servicios o trabajo alguno. De manera que no pueden legalmente darle empleo a los jugadores de la isla.
Las Grandes Ligas establecieron mediante una declaración -cuando se hizo el anuncio de la nueva política deportiva cubana el pasado otoño- que “MLB ha actuado y continuará actuando de acuerdo con las leyes y políticas del gobierno de los Estados Unidos”De modo que, en tanto MLB no puede irrumpir en los estadios cubanos, otros países que mantienen relaciones normales con Cuba como México, Japón y Corea del Sur, sí pueden hacerlo.
DE LA VIDA EN CUBA A TOKIO
A sus 34 años Cepeda es uno de los mejores bateadores del béisbol cubano, en cuya liga acumula 329 de average y 269 jonrones. Viaja a Japón con 17 Series Nacionales a cuestas, 3 Clásicos Mundiales y una medalla olímpica ganada en los Juegos de Atenas, Grecia, en el 2004.
En el recién finalizado campeonato nacional, Cepeda fue examinado a fondo por Tatsunori Hara, el manager de los Gigantes que guió al equipo de Japón a conseguir su segundo título consecutivo en el Clásico del 2009.Hara lo definió como uno de los jugadores realmente monitoreados por su franqjuicia. “El es una gran adquisición para nuestro equipo” dijo al periódico japonés Nikkan Sport.
Cepeda, uno de los más consistentes bateadores del equipo nacional cubano, confesó recientemente que “ha sido mi sueño jugar béisbol en Japón”.
No obstante, este jugador se está preparando para el choque cultural de trasladarse de una isla a otra, distante casi ocho mil millas. De la tranquila ciudad de Sancti Spiritus, con una población de 130 mil personas, “me mudaré para la cosmopolita Tokio. Al principio estaré solo allí. Estoy conversando con mi esposa lo que vamos a hacer, estamos analizando si nuestro hijo de 5 años en edad preescolar debe ir a la escuela en Cuba o en Japón”, reconoció.
Cuando Cepeda llegue a Tokio se encontrará con un jugador conocido. Los Gigantes de Yomkiuri también firmaron al primera base y jardinero Leslie Anderson, quien se fue de la isla Septiembre de 2009 y que fue liberado por los Tampa Bay en Diciembre pasado.Los reportes indican que este bateador zurdo ganará medio millón por su contrato de un año. “El es un excelente muchacho” dijo Cepeda y añadió que Anderson “está poniendo también el nombre de Cuba en alto porque es un cubano más”.
PRIMERO PIENSO EN EL JUEGO
Cepeda incluso parece restarle importancia al monto de su contrato.
“Esas cosas las tengo en un lugar secundario, primero pienso en el juego y en el reto de jugar como profesional, por lo que firmé. No niego que todo el mundo quiere vivir mejor, para eso se trabaja, pero por mi parte trataré de comportarme como siempre y mantener mis sentimientos y valores”.
Este comentario de parte de alguien que ganó menos de mil dólares el año pasado podría sonar falso. Pero para muchos cubanos el béisbol es sinónimo de orgullo nacional.
En el Parque Central de La Habana, en una espontánea peña conocida como “La esquina caliente”, donde cualquiera es bienvenido lo mismo de noche que de día si es para hablar de la “pelota”, los aficionados revisan las páginas deportivas de diarios extranjeros. Sus comentarios son sobre el jardinero firmado por los japoneses.
“Cepeda es uno de los más grandes bateadores ambidiestros de nuestro béisbol”, exclama Efrén Gamboa. Ninguno de los presentes lo contradice.
La mayoría de los aficionados aclamarán a Cepeda incluso cuando se ponga su uniforme con el número 23 de los Gigantes el próximo mes. Pero, a Boris Lespedeza, administrador de un almacén, le preocupa qué pasará con el béisbol cubano. “Otro equipo nuestro que pierde a otro de sus buenos jugadores”, afirmó.
No obstante, si Cepeda actúa de acuerdo con las nuevas reglas, los aficionados no tienen por qué preocuparse. Bajo su acuerdo con la Federación cubana, él jugará en el exterior de Mayo a Octubre y regresará entonces a la isla para tomar parte en la venidera Serie Nacional.