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Caos e inseguridad en Los Cabos tras huracán

Caos e inseguridad en Los Cabos tras huracán

Por IGNACIO MARTINEZ DE JESÚS




Los Cabos, México (AP) — Las autoridades federales informaron el jueves que aplicarán una política de mano dura para detener los saqueos que se han extendido por la península de Baja California tras los estragos provocados por el paso del huracán Odile.

El Comisionado Nacional de la Policía Federal Enrique Galindo dijo que siete personas fueron detenidas por tratar de cometer saqueos, dos de ellas con armas de fuego.

Residentes de Cabo San Lucas se organizaron en grupos y encendieron grandes fogatas durante la noche para protegerse de los saqueadores luego de que la destrucción y los ataques a comercios se generalizaron.

Un residente de la localidad turística de Los Cabos, David García, dijo en una entrevista radial que "el problema ya no es el huracán" sino la violencia que ha comenzado a desatarse.

"Todo empezó con los saqueos, no habían pasado ni ocho horas del huracán cuando se estaban destrozando tiendas", dijo. "Empezaron con tiendas pequeñas y después pasaron a los súper", añadió.

En un Wal-Mart inundado y saqueado hasta la última estantería alguien pintó sobre una pared "Viva la delincuencia".

El Servicio de Protección Civil informó que la ciudad de Bahía de los Ángeles se encuentra aislada por los fuertes daños que el huracán provocó en la autopista que la conecta con el resto del estado. Las imágenes mostraron daños en el asfalto y un gran tráiler volcado.

Las autoridades locales de Baja California comenzaron el jueves a evaluar daños y restablecer los servicios públicos.

"Hemos podido restablecer en torno al 30% del servicio eléctrico, igual que el agua potable", dijo Esthela Ponce, alcaldesa de La Paz, capital del estado.

Agregó que "estamos haciendo un levantamiento de cada vivienda. Hay 10.000 casas dañadas en la ciudad".

Las autoridades federales redoblaron sus patrullas durante la noche en la zona turística de Los Cabos, donde los saqueadores vaciaron muchos comercios y decenas de miles se enfrentaban el jueves a un cuarto día sin agua ni electricidad. También se han desplegado 1.000 miembros de la recién creada Gendarmería Nacional para colaborar con el restablecimiento del orden.

Tras golpear la península mexicana de Baja California y otras zonas del norte del país en los últimos días, lo que queda de Odile puso rumbo hacia el suroeste de Estados Unidos.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dijo que algunas zonas de Arizona y México podrían recibir entre 6 y 9 pulgadas (de 15 a 23 centímetros) de lluvia y advirtió sobre posibles inundaciones. Se esperaba que la zona de Tucson se llevase lo peor de la tormenta, aunque Phoenix también podría sufrir lluvias y fuertes vientos.

Desde el sur, el huracán Polo se fortalecía en la costa pacífica de México y se dirigía hacia Los Cabos, aunque se pronostica que no tocará tierra.

La Secretaría de Turismo dijo en su cuenta de twitter que 5.000 de los 30.000 turistas que se calcula se encontraban el domingo en Baja California han sido evacuados de la zona. Además, aviones del gobierno se dirigían a la región con agua y otros suministros.

Las líneas aéreas y la gendarmería organizaban la mañana del jueves largas colas de turistas que esperaban ser evacuados desde el aeropuerto de Los Cabos.

Por su parte, Polo se encontraba a 290 kilómetros (180 millas) al sur de Manzanillo, México, con vientos sostenidos de hasta 120 kilómetros por hora (75 millas por hora). La tormenta avanza hacia el oeste noroeste a 17 kilómetros por hora (10 millas por hora).

En el Atlántico central, el Huracán de categoría 1 Edouard podría provocar olas y marejadas al norte de la Costa Este de Florida, aunque se espera que se quede lejos del continente.