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Canciller Ebrard: “Veo un buen ambiente de inicio” con EEUU

Marcelo Ebrard se reunió a puerta cerrada con Kirstjen Nielsen, en marco de primera gran prueba para relaciones EEUU-Mexico

WASHINGTON — El canciller designado de México, Marcelo Ebrard, se reunió este lunes a puerta cerrada con la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, para tratar asuntos de interés bilateral, incluyendo la seguridad fronteriza, y aunque no anunció ningún tipo de acuerdo sobre asilo, afirmó que encontró un “buen ambiente de inicio”.

Ebrard sostuvo reuniones de acercamiento con funcionarios de alto rango de la Administración Trump, en el marco de la primera gran prueba del nuevo gobierno mexicano para ayudar a miles de migrantes centroamericanos varados en ese país.

Ebrard, cuya confirmación como canciller aguarda un voto en el Senado mexicano, concluyó hoy una visita relámpago de 24 horas en Washington, tras reunirse con Nielsen en la sede del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Ayer se reunió con el secretario de Estado, Mike PompeoAmbas reuniones se llevaron a cabo a puerta cerrada, y ni el DHS ni el Departamento de Estado emitieron declaraciones o comunicados a la prensa.

De hecho, no hubo ningún anuncio oficial hoy respecto a las negociaciones entre EEUU y México sobre un presunto plan en ciernes, denominado “Quédate en México”, que obligaría a los migrantes centroamericanos a permanecer en territorio mexicano a la espera de la resolución de sus casos de asilo en Estados Unidos.

En breves declaraciones a la prensa en la embajada de México en Washington, Ebrard explicó que la “visita de cortesía” a Nielsen, correspondiendo a la que ella hizo para la investidura del presidente Andrés Manuel López Obrador, y cuyo objetivo fue tratar asuntos como inmigración, seguridad fronteriza, y el comercio y transporte bilateral de personas y mercancías.

“Yo veo un buen ambiente de inicio. Encontré una relación cordial y respetuosa; habrá otras reuniones subsecuentes con otros secretarios”, afirmó Ebrard.

Por otra parte, la reunión con Pompeo, señaló, “fue una primera conversación oficial… sentí que fue una buena conversación”, aunque no se desarrollaron “todos los puntos principales todavía” en la relación bilateral.

En ese sentido, Ebrard le manifestó a Pompeo el deseo de México de fomentar una agenda que permita un desarrollo económico que constituya a Norteamérica “en una de las regiones más prósperas”.

La visita de Ebrard generó titulares más por la noticia que no ocurrió, tomando en cuenta que la Administración Trump ha venido presionando por la aprobación del plan “Quédate en México”, como una especie de “válvula de escape” a la crisis que ha generado en la frontera sur la llegada de caravanas de miles de inmigrantes centroamericanos en busca de asilo.

AMLO, de 65 años, ganó la presidencia con promesas de llevar un cambio “radical y profundo” a México y, al inicio de su sexenio, su gobierno afrontará una larga lista de prioridades incluyendo el combate a la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado; la creación de empleos, y el fortalecimiento de la seguridad ciudadana.

Durante su investidura el pasado sábado, el mandatario prometió responder a las raíces de la emigración ilegal de Centroamérica, que utilizan a México como puente hacia EEUU, mediante un trabajo conjunto con los países de la región. Uno de sus propios actos oficiales fue la firma de un acuerdo socioeconómico con los mandatarios de los países del “Triángulo del Norte” con ese objetivo.

Aunque el DHS ha dicho que el plan “Quédate en México” ayudaría a Estados Unidos a agilizar las solicitudes de asilo, la propuesta ha generado el rechazo de grupos cívicos y humanitarios en todo el país, que advierten que, de implementarse, los migrantes quedarían varados en México durante meses o años a la espera de una resolución.

La Administración Trump ha impuesto restricciones al ingreso de solicitantes de asilo que están siendo impugnadas en los tribunales federales.

El viernes pasado, un juez federal en California, Jon Tigar, reafirmó su dictamen de frenar esas restricciones, que incluye prohibir el acceso al asilo a personas que no entren por los puntos de entrada oficiales.

Pero una ley federal de 1965 permite que los inmigrantes soliciten asilo sin importar su estatus migratorio o por dónde entraron en la frontera.

En declaraciones a este diario, el abogado Muzaffar Chishti, director de la oficina en Nueva York del Instituto para Política Migratoria (MPI), dijo hoy que “si la historia sirve de guía, creo que un tribunal federal determinará que (el plan) es ilegal”.

“Hasta que no haya un acuerdo sobre papel, todo es especulación, y creo que, tomando en cuenta el derecho internacional,  EEUU no puede imponer este plan sobre México; es el derecho soberano de México hacer lo que les parezca necesario” respecto a los migrantes, explicó el experto.

“Si México tiene la voluntad de permitir que estos migrantes continúen en su territorio a la espera de sus citas de asilo, eso probablemente pasaría la prueba de legalidad. Sin duda, será la primera prueba del nuevo presidente sobre un asunto tan volátil entre EEUU y México, muy importante para la política doméstica”, afirmó.

Una señal de que no habría anuncio sobre el polémico plan es que Ebrard vino a Washington acompañado con solo un asesor, desprovisto de especialistas en temas de inmigración del gobierno mexicano.

La semana pasada, Ebrard había expresado interés en que EEUU aporte unos $20,000 millones para proyectos de desarrollo económico en México y Centroamérica, para así atender las raíces de la emigración ilegal. Pero anoche dijo a los periodistas que no pondría esa petición sobre la mesa.

Al parecer, la propuesta de México para ayudar a los países centroamericanos será discutida formalmente en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Migración en Marruecos la próxima semana.