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Argentina gana fácil a Bélgica

La Argentina de Leonardo Messi, y en este caso también del artillero Gonzalo Higuaín, derrotó fácil a una Bélgica que nunca mostró el potencial de lo que se ha llamado la “generación de oro” del fútbol del país europeo

Por Carlos Rajo

La Argentina de Leonardo Messi, y en este caso también del artillero Gonzalo Higuaín, derrotó fácil a una Bélgica que nunca mostró el potencial de lo que se ha llamado la “generación de oro” del fútbol del país europeo.

Una vez más la misma canción que se ha repetido en el mundial: equipos que pintan mucho, que en el papel ofrecerían gran juego y batalla a los grandes y favoritos de siempre, cuando llega la hora de la verdad son otros. De Bélgica se había dicho tanto de este grupo de jugadores, muchos de ellos estrellas en la Premier League de Inglaterra, que no era de locos ponerlo incluso como favorito para al menos llegar a las semifinales. Contra Argentina sin embargo, fueron un desastre. Si el marcador no fue mayor en favor de Argentina es porque como también se ha repetido, Argentina es solamente Messi y muy poco más.

Este “un poco más” lo dio hoy el centro delantero Higuaín, quien recogió un rebote que surgió de la nada -pegó en un jugador belga y el balón queda saltando en el borde del área- y de primera intención lanzó el tiro a la derecha del arquero belga Courtois que se quedó clavado ante la sorpresa del remate. La jugada se había iniciado en un balón que perdió el central y capitán belga Vincent Kompany, que luego jugó muy bien Messi quien dio el pase a Di María que al tirar originaría el rebote que tomó Higuaín.

A partir del gol dio la impresión de que Argentina estaba satisfecha con la ventaja y que no había necesidad de apretar el ritmo del partido. Aun cuando salió el talentoso Di María por lesión, Argentina siguió controlando el juego. Los cambios que hizo el entrenador argentino Alejandro Sabella para el partido le dieron resultado. Fundamentalmente el fortalecer la defensa con el ingreso del central del Manchester United Martin Demichelis. Más allá de alguna otra llegada de Bélgica vía un córner o un centro, el equipo europeo no tuvo nunca una llegada clara.

Es posible que alguien diga que no es justo que Argentina sea medida con la misma vara estricta que se mide a los brasileños, es decir, que se le pide que no sólo gane sino que también gane jugando bien y dando espectáculo. Y quizá haya razón en el argumento, pero el punto es que por lo mostrado hasta ahora es un equipo ordinario que sólo gana porque siempre aparece de una manera u otra -metiendo el gol o generando la jugada del gol- el genio Messi. Interesante que casi al final del partido Messi quedo solo con el buen arquero belga y este le ganó el mano a mano al famoso jugador. La lección es que al final Messi es un mortal y no siempre le saldrá bien todo.

Por hoy este poco nivel mostrado por Argentina ha sido suficiente para llegar a las semifinales. Lástima por el fútbol porque uno pensaría que una potencia como Argentina -lo mismo se espera de Brasil- debería de mostrar mucho más. Así como hay gritos de alarma en Brasil por la pérdida de Neymar, de seguro lo mismo sucedería si algo le pasa a Messi. No sólo por el jugador mismo por supuesto, sino por el equipo, porque es una oncena muy pobre ¿Qué le pasará al fútbol sudamericano? vale también la pregunta ¿Por qué este bajo nivel de grandes potencias futbolistas como Argentina y Brasil?

De Bélgica otro misterio. Ciertamente una “generación de oro” -lo han demostrado en las grandes ligas europeas- que sin embargo cuando juegan juntos pareciera que no se conocen. De seguro que algo de responsabilidad tiene el entrenador que nunca supo por ejemplo como hacerles entender a sus delanteros que un buen hombre de área tiene que moverse, que un buen extremo tiene que picar en diagonal, en fin, que no puede haber un buen delantero sino existe movilidad. A menudo Bélgica tenía la pelota en el medio cambio y no había nadie libre para recibirla. Es posible que muchos nos fuimos con la finta del sambenito de la “generación de oro”, pero lo cierto es que por lo mostrado ante Argentina esta Bélgica está muy lejos del nivel de una Alemania y Holanda -por hoy las grandes potencias europeas.

Aunque por supuesto no es culpa de Argentina el haber tenido a un rival como Bélgica, da un tanto de rabia o frustración ver un partido de esta categoría. Aun por el simple coraje, por las ganas y por la intención de dar espectáculo, hubiese sido mejor que Estados Unidos hubiera sido el rival de Argentina. Nunca entenderemos qué es lo que pasa cuando un jugador o un equipo está frente al momento ese de hacer historia. 

Así como ayer fueron los colombianos y antes fueron otros -Chile en su momento con Brasil-, a los jugadores belgas simplemente les temblaron las rodillas, se les llenó la mente de angustias o lo que haya sido, el punto es que no fueron lo que se esperaba de ellos. O quizá ese haya sido el problema: que nunca han sido o serán eso que se esperaba de ellos. Que al final de cuentas son un equipo menor inflado por la prensa y las expectativas de los analistas de buscar siempre lo diferente o lo nuevo.

Bien por Argentina. Al parecer en tanto Messi esté completo, llegarán a la final. Triste por el buen fútbol. Bélgica, de regreso a ser lo que han sido siempre: un equipo en el segundo o tercer nivel de las grandes selecciones europeas que sólo sirve de granja para descubrir y formar a grandes jugadores que luego compran los equipos de la Premier League y otros.