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Apoyo a leyes más estrictas de armas en sus niveles más bajos en EEUU

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Por Carlos Rajo

El número de personas que apoyan el que se aprueben leyes más estrictas para el control de armas está en su nivel más bajo en lo que va de año, el 52 por ciento, según una encuesta de la cadena NBC y el diario Wall Street Journal, justo en vísperas de que se cumpla el primer aniversario de la masacre de la escuela Sandy Hook en la ciudad de Newtown, donde murieron 20 niños y 6 adultos,

En su momento lo de Newtown generó tal indignación y repulsa entre el público que dio lugar a un movimiento en favor de establecer leyes más rígidas para la venta y portación de armas, en muchas instancias con los mismos padres de los niños víctimas al frente de las iniciativas. El pico de apoyo fue en febrero, cuando un 61% de los encuestados señalaron que estaban a favor de que el Congreso pasara leyes más severas para el control de armas.

Las iniciativas para aprobar las leyes, sin embargo, en gran medida no tuvieron éxito. La principal -o al menos la única de alcance nacional ya que han habido varias otras a nivel estatal- fracasó en el Senado en abril pasado donde no pudo alcanzar los 60 votos que necesitaba para superar la oposición (en su mayoría de senadores republicanos pero también de algunos demócratas).

La iniciativa del Senado tuvo el apoyo del Presidente Obama y de varios de los padres de los niños de Newtown, lo cual sin embargo no fue bastante para a suficientes senadores. “Este ha sido un día vergonzoso para Washington”, señaló Obama junto a varios de los padres de Newtown. En ese momento el apoyo popular a las nuevas leyes para el control de armas estaba en un 55%.

El hecho de que el porcentaje de gente que está en favor de leyes más estrictas haya bajado y que además se haya fracasado en el terreno legislativo -aun con el mandatorio utilizando el púlpito o megáfono presidencial para generar interés en la ley- no describe toda la historia de lo que ha sucedido en este año después de los tristes sucesos de Newtown.

Por un lado, varios de los padres mismos de esos niños muertos han creado un vigoroso movimiento con repercusiones nacionales en favor de leyes más rígidas para el control de armas. 

Ayer jueves para el caso, un grupo de estos padres, agrupados en la llamada Newtown Action Alliance, por su nombre en inglés, tuvo una Vigilia Nacional en la Catedral Nacional en Washington, en memoria de todas las víctimas de armas de fuego en el país (más de 30 mil en el último año). 

Lo de Newton también ha servido para de alguna manera consolidar lo hecho por otros grupos de protesta o activismo -no político aseguran sus miembros, sino únicamente por la restricción a las armas de fuego- que han surgido en los últimos años luego de las masacres en la Universidad de Virginia, en el cine en Aurora, Colorado y en la base de la Marina en Washington. “Newton no es más (sólo) un lugar, es un movimiento”, escribió una residente de la ciudad en el periódico inglés The Guardian. 

Por otro, en varios estados (8) sí fue posible pasar en las legislaturas locales leyes en favor de la restricción en la venta y portación de armas de fuego, todo siempre como consecuencia del interés del público y los legisladores -o de la indignación generada- por lo de Newtown. Leyes que van desde modificaciones a lo de llevar armas cargadas en público hasta restricciones en la venta de municiones y ciertas armas.

La encuesta muestra también que existe una clara división partidaria en el tema de las leyes para el control de armas. Entre los encuestados que dicen ser demócratas, 66% están a favor de tales leyes, mientras que entre los que dicen ser republicanos, solo el 28% las apoya.

El apoyo o no a estas leyes más estrictas de control de armas ha tenido consecuencias mixtas. En unos lugares o elecciones, como la de gobernador en Virginia, ganó el candidato que claramente dijo estar en contra de la poderosa Asociación Nacional del Rifle, NRA por sus siglas en inglés, la organización bandera de la oposición a cualquier restricción a las armas de fuego. 

En otros sitios, como en Colorado -que ha votado demócrata últimamente pero que tiene una robusta tradición de vida al aire libre o pro armas de fuego-, donde se aprobaron leyes para el control de armas, dos legisladores estatales fueron destituidos y uno más se vio obligado a renunciar. En los tres casos el mensaje fue claro: quien apoye leyes sobre el control de armas deberá pagar las consecuencias políticas.

Más allá de estas batallas político-legislativas que se han dado en varios estados y la que se dio en el Senado, lo que queda claro a un año de lo de Newtown es que el tema del control de las armas de fuego sigue siendo uno de los más complicados de tratar y al cual muchos políticos le temen. 

Es cierto, la masacre de los niños y sus maestros es recordada y genera toda la indignación y solidaridad posible, sin embargo, una vez que el tema se intenta aterrizar en leyes más estrictas sobre la venta y portación de armas, intervienen una serie de factores que tienen que ver con la filiación partidaria, la tradición familiar, el sitio de vivienda -rural o urbana- y por supuesto, la manera como se interprete la Constitución -la famosa segunda enmienda que garantiza el derecho a tener armas de fuego-.